AIRES DE ESTÍO
Huele el estío a sombra sin cuajo,
a mi casa de julio,
al sombrero escondido,
a casi un puente debajo del agua,
a dormitorio atolondrado.
Huele mi estío a boca de gazpacho,
a trenes lejanos, a poca soledad
y a tirantes solitarios en cómodas vestidas
con orilladas luces;
a paso lento huele el estornudo
y a pantalón corto huele la higuera.
A bienvenidas y abrazos, a vencejos altos,
a cierta parecida libertad
y a olvidada llovizna en el paisaje.
Huele el corazón del estío
a poema en la mesa y a caramelo en el bolsillo,
a diezmo de calores,
a camisa abierta, a desnudez, a falta de prisa,
a belleza y a brocal,
huele el estío a mi reino esperado.
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