APUNTES DEL ESTÍO
Se acerca la luz con rabia y aleja las sombras de la tahona, prende
tiempo en las cales, amedrenta los ocasos tan largos y se comporta de ocupa
invulnerable. Es la ficción de la luz, para que el pulso de los vivos se
acelere cuando la barrunte. Inercia o destino que gubia y sembrados aceptan,
como barranco y abejas asimilan. Presume el estío de bisturí para quejas, echa
luz y empacha rebeldías; domina el espacio solo con la claridad y aligera la calma.
Por el estío se trizan los espejos, se calientan ilusiones o se olvidan
horizontes. Todo en uno, dejando caer la tristeza para la niebla, abrochando el
botón de la nostalgia. Todo en uno hasta preguntarnos qué hará fulano con el sol
que le toque; a dónde mengana avistará
el amanecer más próximo; en qué remojo de playa dejará zutano sus
embelesos; si tendrá Eva su tiempo abierto para tardes de odios al fútbol y
remitirá la fuerza cuando se anime a comerse los versos; de qué estío tendrá la
pluma poética el recuerdo en alza; a dónde irán ellos que no encuentren
misoginia o hipocresía; si será tiempo propicio para que el galeno nos revise
pensamientos con su buen modo y alguien se deleite con sueños de postín. Todo
en un estío que se nos desnubla y nos adhiere a lo afable, a lo de Pepa o Juana,
a lo de Lucía, a lo de casa; a todo lo uno que inventamos para desaparecer o
estar.
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