Enviaré aquietar a los obispos, seré con ellos compasivo sin gratificarles, seré fiel con la música, con la tarde, fiel con la amistad y los paisajes. Cruel con nada. O quizá con la burla de los malditos, con los miserables que incendiaron esperanzas en los pueblos, con las ratas de factoría humana, con la colección de avaros. Cruel con nada, nada más cruel, para dejar previsto cómo los sueños se colorean desde la utopía.
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