RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

martes, 4 de junio de 2024

COSAS DE NIÑOS

 

COSAS DE NIÑOS

 

Dedicado a Calañas,

tierra de mi estirpe,

y alma mía.

 

 

 

¿Dónde está la fuente, madre?,

¿dónde la niña galana?,

¿dónde los hombres cansados

con sueños en la mirada?.

¿A dónde van los señores

con la grupera y la jaca?,

¿de dónde vienen las voces

que se oyen, tan lejanas?,

¿dónde están los empedrados

de la cuesta de la plaza?,

¿por qué se miran los novios

con las manos enlazadas?,

¿por qué la muerte se avisa

con un toque de campana?,

¿por qué dicen que es eterno

el Morante, que me encanta?.

 

Y tú, ¿por qué lloras, madre

cuando ves la Coronada?.

Dime, madre, ¿tú qué sabes

de la mina, que se acaba?,

¿qué sabes de “los adentros”

que solo conoce el alma?,

¿qué sabes, madre, del miedo

que por las noches te abrasa?,

¿dónde guardas la alegría

que nunca asoma a tu cara?.

 

-Tantas preguntas me haces,

mi niño, que me emborrachan;

la fuente está adormecida

entre los sueños del agua

y delante de la Virgen

señorea la galana.

Los hombres no están cansados,

esperan a la esperanza.

Esos señores que miras,

con la grupera y la jaca,

son los jinetes del tiempo

que galopan por el alba

y van haciendo caminos

por las sendas solitarias.

¿Tú no ves las calles viejas

con las esquinas más blancas

y las vidas de la historia

en sus paredes grabadas?.

Allí los novios se cuentan

sensaciones y se hablan

y se besan escondidos

del pudor de las miradas.

 

Así es el amor, mi niño,

preludio de fuego y lágrima;

y por eso se entretienen

con las manos enlazadas.

 

La campana de la Iglesia

hace temblar la templanza

pero a gloria también toca

y a rosario de plegaria.

Es tan eterno el Morante

como el frío y la mañana

y es eterno centinela

de la vida de Calañas.

 

Ya sabes lo que yo siento

al llegar la Coronada

¿por qué me preguntas, hijo?,

las emociones se callan.

La mina nunca se agota,

de tarde en tarde se para

por razones que no entiendo,

nadie sabe lo que pasa.

Cuando tú seas mayor

verás cómo se levanta

y podrás dejar en ella

el sudor de tus entrañas.

 

Los “adentros” son “adentros,

cosas que viven guardadas,

motivos de la existencia

que te consuelan el alma.

Y cuando me viene el miedo

y me perturba la calma

con una sonrisa tuya

ya me siento consolada.

Tú eres, hijo, la alegría

de todas mis esperanzas.

Las vocecillas que suenan

son el eco que dejaran

los niños, que como tú,

hacen preguntas tan raras.

 

 

Ramón Llanes. 1992.

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