LA CALOR
Dulcemente amanece y nada con el sopor se inquieta, se acerca el sol, baja hasta la tierra para poseerla y a los humanos más próximos los atrapa; es la calor que viene de lejos y de las sombras, pone cara de no romper un plato, tiene la habilidad de ser potente y terca, amaga y trastorna pero alegra, funciona quizá con el impulso de los deseos; estuvimos esperándola mucho rato, que el viento llegó con agudeza y anduvo moviéndonos los sentidos; ahora es la calor, es su tiempo, aligera el paisaje y el ropaje, malgasta las luces y las prendas, nos obliga a vivir de una manera más libre y desenfadada. Hoy barrunto que llega provista de quimeras la calor de la vida.
Ramón Llanes.
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