ESA SOMBRA
“Esa sombra me suena” fue su
saludo amable y me extendió el abrazo, hicimos parada para refrendarnos el
afecto, intercambiamos las palabras necesarias, nos miramos y nos reímos a la
vez, apenas dos minutos o tal vez un repaso a la vida, luego, sin olvidarnos,
continuamos con la misión marcada de cada cual
pero un rato largo recordé su manera tan lírica de saludarme; no solo me
percibió el cuerpo sino también la sombra e intuí que se refería amistosamente
al alma. Y tanto me gustó que me produjo este inspirado sentimiento que aquí
descargo con idéntica profusión de cariño.
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