RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

domingo, 30 de junio de 2024

OJOS

OJOS
Los ojos,
trizas de aire,
vaivén, ni un respiro
de luz, la tienta de la sombra,
preludio de un castigo,
vida sin desterrar
en un añil de biznaga blanca.
Se han caído los ojos
desde la esperanza.
Rllanes

EL INSULTO DE SER POBRE

EL INSULTO DE SER POBRE
Luego llegaron pobres y mendigos cargados de tristezas nuevas y viejas, mutilados de tanta mala vida y hechos a la miserable condición del olvido y entonces fue cuando nos enseñaron a desconfiar de ellos con descalificaciones personales que aludían a su peste, a que nunca se lavaban ni se preocupaban de la decencia; dijeron que la pobreza es una actitud de habilidad para despertar compasión, ser atendido y vivir sin necesidad de trabajar, y una mayoría creyó la enseñanza y la otra minoría puso en duda la realidad de la pobreza. Lo decían con gráficos, estadísticas y libros, lo repetían desconfiar de la pobreza, es falsa, así nos alertaban hasta librarnos de todos los efectos nocivos que la sociedad sufría como consecuencia de gente tan inútil como los pobres.

Ramón Llanes

sábado, 29 de junio de 2024

FANDANGO. DE REBELDE


 

FANDANGO. SOLO DICEN LA VERDAD


 

COLUMPIARSE O VIVIR

COLUMPIARSE O VIVIR

Denota indigencia.
Escribo, escasamente de vivir,
la pared de atrás
es la delantera, no tiene puertas, no enseña
el número de la calle,
se saluda a la desolación
cuando el columpio cambia sus colores
por óxido. Ni flores ni ortigas
solo el resplandor de un sol caído,
solo una ráfaga de aire
que se columpia en la vida aquella
que por suerte no es la mía
y se parece.
Contar los placeres ahora es impropio,
más impropio resaltarlos,
más impropio volverlos a vivir.
Conforme al estado
valga un vaivén de columpio
imaginando que la luz se encendió
y huele de nuevo a nosotros.

Ramón Llanes.

viernes, 28 de junio de 2024

jueves, 27 de junio de 2024

JUNTOS

Juntos


Hemos abierto juntos los oasis, nos distinguimos

por copiar de quienes se aman cómo subir peldaños

y cómo atesorar premura en los bolsillos,

hemos cerrado juntos

las balsas humedecidas del olvido,

supimos juntos del arqueo

y de las soledades, fuimos hormigas del mismo harén

y mansedumbre frente a la hondonada,

nos quemamos juntos, nos parimos juntos en gemidos

y alientos, nos tenderemos juntos

cuando suene el último acordeón.


Ramón Llanes

miércoles, 26 de junio de 2024

SOMOS II

SOMOS (II)

Para lo bueno del saldo
y lo peor de la herida,
para lo alto y lo bajo,
para el redil que cobija,
para la lucha y el tajo,
para la misión de arriba,
para el beso y el regalo,
para jugar la partida,
para perder lo ganado,
para despejar la ira,
para vivir sin halagos,
para desterrar la huida,
para recordar de un trago
el amor que no se olvida,
para morirse despacio,
somos, tú y yo, la vida.

Ramón Llanes.

martes, 25 de junio de 2024

TE CUENTO DE CALAÑAS

TE CUENTO DE CALAÑAS

Habita Calañas en mi vida como una de las estribaciones sentimentales que la empoderan, la hacen génesis y le dan brillo esplendoroso por la grandeza que dejara la estirpe a la cual pertenezco, calañeses venidos que asentaron su actitud en esta tierra con toda la voluntad posible. Mi inspiración se merodea por estas fibras, tiene el halago como una mitología adorativa que se regenera en cada mirada porque en ella está depositada la completa memoria de mis antepasados. He contado todo esto a modo de expresión emocional en multitud de ocasiones y esta tarde de junio me haré un poco más infinito al sentarme en el foro de la Ermita de los Santos Mártires a presentar mi libro TE CUENTO y allí volveremos a traer la presencia imaginada de quienes me forjaron en entusiasmo y calvicie, a ellos nos dedicaremos el tiempo calmo que nos ofrecerá la dicha. Amigos de mi honda amada me acompañarán en lectura y agasajo y será como renacer.

Ramón Llanes 26 junio 2024





LA CALOR

LA CALOR

Dulcemente amanece y nada con el sopor se inquieta, se acerca el sol, baja hasta la tierra para poseerla y a los humanos más próximos los atrapa; es la calor que viene de lejos y de las sombras, pone cara de no romper un plato, tiene la habilidad de ser potente y terca, amaga y trastorna pero alegra, funciona quizá con el impulso de los deseos; estuvimos esperándola mucho rato, que el viento llegó con agudeza y anduvo moviéndonos los sentidos; ahora es la calor, es su tiempo, aligera el paisaje y el ropaje, malgasta las luces y las prendas, nos obliga a vivir de una manera más libre y desenfadada. Hoy barrunto que llega provista de quimeras la calor de la vida.

Ramón Llanes.

lunes, 24 de junio de 2024

ADELFA

ADELFA


Siempre pinta la adelfa el barranco y le echa un esplendor humilde de rojo pasión, blanco pálido o rosa reverente, sin faltar, sin queja por la más o menos lluvia, sin un reproche a la charca ni una sumisión al paisaje; viene y se queda un rato efímero de largura mientras adorna extrañamente el verdor del campo y le hace más distinguido. Es de relieve la importancia de la adelfa para el sostenimiento ornamental de la tierra y a los humanos nos alimenta la lírica y nos lleva a otros extremos de belleza pero la adelfa posee la hoja más venenosa y los animales ni la comen ni la adoran ni la odian, se limitan a respetar su presencia en el humedal hasta entenderla, como una cómplice más del sistema.



Ramón Llanes.




TUS OJOS Y EL MAR


 

MÁS

MÁS

La disposición genética natural de los seres vivos es la supervivencia, esta se convierte en la primordial esencia, se complementa con matices, enredos, parsimonias o deleites, los humanos pretenden el dominio, los animales la destreza, las plantas la germinación. Es el orden establecido, nada menos de esta línea ni más de la otra, estamos equiparados a vivir pero como un arrojo continuo de coraje y un examen en cada segundo. Vamos, venimos, tenemos luchas, poseemos bienes, nos dormimos, nos matamos, queremos ser independientes unas veces y sumisos otras veces, lloramos o reímos según la conveniencia, aprendemos a ser más grandes, más ricos, más guapos, más soberbios; tomamos los trenes de dos en dos, hemos perdido la noción del camino, un día menos es un día perdido, una moneda más es un día ganado. La supervivencia tiene esos extraños rasgos capaces de alimentar o desnutrir, de nacer o de aniquilar, de sufrir o de ordenar, es la estrategia montada. Unos desean marcharse y otros buscan vida, el control es un mando inocuo sin moldes o una caricatura sin rostro. La aspiración propiamente humana ni con todo se conforma. En esto estaba pensando mientras despertaba.

Ramón Llanes.

sábado, 22 de junio de 2024

FANDANGO. EL CIELO


 

LA ORDEN PARA EL SOLDADO


 

SOLDADO

SOLDADO

El soldado distrae su mirada
en la estepa desierta, solo huellas
de sueños reflejan la respiración
y colman el presente.
Hace miedo, hay miedo en la arena
por expresa voluntad del recuerdo
no perdido. Huellas que no conducen
a futuro, huellas casi inapreciables
para los buitres de la memoria.
A la vista de la tarde el deseo
de estar acariciado en unas manos
sobrado de tiempo hasta la perplejidad.
Suena el dolor, la excitación se desprende
del gesto, se pierde en el páramo.
Nadie posible acerca la palabra
y el soldado desmiente a la soledad
con balas de fogueo
hasta hundirse en un abismo
y decidir perderse
en la excusa del poema.

Ramón Llanes.

MEZCOLANZAS DE POESÍA IBÉRICA


 

jueves, 20 de junio de 2024

EXTRAÑEZAS

EXTRAÑEZAS
¡Qué extraños los lances
que no se agrietan
en las venganzas,
renuevan los odios y
aplauden
como golfos
ideas de sumisión!,
¡qué extrañas las formas de dios
para dominar los sentimientos!,
¡qué extraños quienes se anuncian
para ser inútiles
en cualquier verdad!,
¡qué extraños los perros que saben más
de lo que cuentan!,
¡qué extraño el efímero goteo
de amabilidad
que inventa el mundo
para ocultar
ingratas insolencias!,
¡qué extraño el amor sin tí!.

Ramón Llanes. (De Asomos del Miedo)

miércoles, 19 de junio de 2024

CIERTO OLOR A MARISMA

                         CIERTO OLOR A MARISMA

 


 

        Eternamente marisma, piélagos, humedales, lodazal y equilibristas del fango . Marisma en plena comunión con eriales de estopa, angosta paz irritada a fuego y satisfecha por especies en reproducción anunciadora, consuelo del sobresalto en cualquier pulmón que mira a Huelva, allá por las “bacutas” despiertas y los ánades, y no más que las funciones oficiales deshaciendo libertades. Marisma con encías de “odieles y tintos” unidos en la misma respiración, cuando a propósito la mar les estorba y les requiere.

 

        Cierto olor a enjambre de olillas desquebrajadas por la parsimonia del hedor que agota. La vida en la marisma comprada cada día a precio de escondite, sufre miocardios de estrés y suele moverse y revivir por no irse. Tiene poco espíritu el agua, no se afeita con brochas de espuma, calla, presume una soledad de vaivenes a los ritmos luctuosos de dictadoras mareas, tan lejanas. Fuerte olor a marisma agallando en los témpanos agoreros de abundancia. Olor a brea suelta y a pócimas de sal, olor a costumbre, a fresco, a citrato de niñez empuñado en los ojos rizados y verdes del tiempo bruto tan sordo a la eslora, tan rácano al espacio.

 

        Esta ciudad, rica en palpitaciones, es umbral para sortear islotes y meteoros; acoge, recibe, entretiene y colecciona a advenedizos como entrega maternal que obligara el apego a la marisma. Es nuestra opción primigenia, el valor calado que nos presenta diferentes a fenicios antecesores, romanos, árabes y tartessos; ya somos ribereños de marismas de Huelva, de tez sólida, mirada abierta (como la mar) y actitudes ganadas a las convivencias. Es la Huelva nueva, ya brotada, ya esparcida en las colonias mismas de la hospitalidad para que quien se marche salga llorando. Esa es motivación de orgullo; que Huelva, siga oliendo a marisma, siga estableciendo pautas de diferenciación con quienes nos conquistaron. Ahora vale.

.

Ramón Llanes

martes, 18 de junio de 2024

DOS ORILLAS

 

DOS ORILLAS

(Un relato inacabado)

 

 

Para escribir esta historia acudió Dora al lugar más preciado que tenía, adonde los sentimientos se estaban cuidando fusionados con emociones indelebles y se mantenía la seriedad de la grandeza con un mejor fragmento de vitalidad. Y se fue Dora a su abuelismo, a su cofre de oros nuevos que tanta frondosidad alcanzara en sus últimos tiempos, a su Lucía y Álvaro, sus nietos, para desde allí juntando letras, palabras, entusiasmos, ratos, risas, abrazos, llantos y mil misterios más formar un relato inacabado capaz de reflejar la parte más tierna de su universo.

Ya está, ellos ya lo saben, saben que son protagonistas de la verdad de su abuela; saben que nunca será más extensa y prolongada una caricia que la de su abuela Dora. Ella también lo sabe, conoce los resortes para apretarlos haciéndoles cómplices de sus latidos y tal como fragua su pasión con ellos en la opción real, en el patio, en la mesa, en el almuerzo, en la casa, de tal manera, como una continuación a su libro no escrito de sensaciones, ha empeñado su traje de madre, hermana y abuela para mancharlo con ellos en las aventuras cotidianas que las palabras le ofrecen para la expresión más noble de la ternura.

Empieza por darle a los nietos a conocer lo escrito y empiezan a suceder cosas, a ellos se les abren los mundos, a ella se le abre la sonrisa; luego se miran, se abrazan, beben con pausa para seguir la lectura; hace que su diario sea el diario de los niños suben alborotados los chiquillos que antes jugaban al lado del parterre saltando de dos en dos los escalones de pizarra que dan acceso al jardín…Ahí afuera sigue latiendo la vida -piensa-.

Recupera el recuerdo, acude a la memoria ensimismada en la melancolía y va haciendo sus castillos, enumerando sus sueños. Carmen -la escritora- es mujer de temple amable y no se da prisa por el acontecer próximo, sabe que vendrá a ocuparle todo el espacio, no se duerme, se afana en arreglar los cojines, airear la sala, iluminar la vida de los suyos; se susurra entre dientes y le vuelve a leer algunos párrafos de sus relatos; ya no tienen edad de nada de eso: una partida de algún juego de mesa, la tableta o alguna maquinita han dado el relevo a aquellos ratos de pura fantasía que ellos, seguramente, ya habrán olvidado.

 

Y la vida de afuera continúa su curso hasta que se propongan aceptar un consenso; así que el sábado que viene veremos Romeo y Julieta, por segunda vez. Y aparece Magda y otra pulsación a la historia. Y todo se convierte en un relato o en un cuento íntimo, solo vivido desde la emoción casera, como si fuera diseñado a la hora de la siesta.

Y transcurre la vida mientras escribo, apresuradamente a veces, otras sin prisa…lo más fascinante podría surgir en medio de esta cómoda placidez, a ratos nostálgica que existe en la rutina de lo cotidiano. Hoy, aquí, en este ahora, sin pretensión alguna de grandiosidad, garabateo mentalmente unos versos: se cuela/ un alegre trinar de pájaros/ por los postigos entreabiertos/ de mi ventana…amanece/me dicen que no estoy sola…/ a lomos del viento Olvido/ volarán las memorias…

 

Y Dora y Carmen y Álvaro y Lucía y Cristina y Andrea y los recuerdos, y la emoción de escribir y la sensibilidad de compartir y todo lo demás y todo lo demás del alma empiezan a fundirse en DOS ORILLAS, mientras, afuera, continúa latiendo la vida, inacabada.

 

            Ramón Llanes. 17.Junio 2024.

 

UNA QUERELLA

 UNA QUERELLA

El sueño ha sido plácido, soñé con la lluvia y con los charcos; el sueño fue cálido porque soñé con el proyecto de vivir, de hacer, de enredar libros con papas aliñás y no sé por qué me levanté con un deseo irreprochable de querellarme con alguien por algo, contra estos de las guerras por ejemplo o contra quienes dejaron ayer morir de hambre a los pobres por culpa de la vida o quizá poner una querella a quienes contaron la historia como no fue, a quienes nos equivocaron tantas veces, a la ilimitación del poder que hemos otorgado a los elegidos a través de nuestros votos. Tengo una lista de causas que son motivo de querellas, que están produciendo expresiones de dolor y engendrando sentimientos de horror, que sabemos que producen discordias y pendencias, que sobran en nuestra tribu, pero los nombres no son ciertos, se mueven, se esconden, hoy son estos y mañana son una sociedad oculta, no encuentro contra quién interponer mi querella, no soy un iluminado, esta sería la primera vez que la pusiera y creo que me duele más que me emociona. Debo preguntar a quienes tienen experiencias en esto o dejar el asunto para nunca, al fin y al cabo mi conciencia no guarda rencor y desconoce el odio. Y entonces caigo en la cuenta que la costumbre de tanta querella en nuestra tribu quizá responda al exceso de soberbia o avaricia o rencor; no sé, me voy a mis versos a ver si cuando vuelva me encuentro con un panorama más concordante con nosotros que perseguimos lo pacífico.

Ramón Llanes 18.6.2024

lunes, 17 de junio de 2024

QUÉ SABE NADIE

 QUÉ SABE NADIE

 

 

            Secuencias del panorama cotidiano prescriben un rumbo anodino a las pasiones y las dolencias se hacen símbolos que enajenan. Humanos dicharacheros buscando la noción de un vivir con distintivo verde -por añadirle un color a tan golosa osadía-, los teoremas se rompen en yerbas conversas; nadie espera lo esperado, se ha puesto de negro el horizonte como una sartén sin “avíos” y el estómago empieza a tener su reloj avisando de consecuencias nefastas para el toreo de cada minuto con la cornada expectante para ser hincada al menor descuido. Y nadie se pregunta cómo dorar la píldora a la forma de vivir y nadie pregunta cosas más allá del precio del pan y se ha convertido la avenida en un suburbio insalubre, hediendo a culpa y a petición de ayudas.

            No es el mundo pequeño lo que era ni las cosas tienen el tamaño real de anteayer ni es miércoles para un gustazo antiguo. No es el mundo lo que era porque se nota en las enaguas el olor a melancolía y trance, el estado de derecho es una emoción a perseguir en forma de imposible, la razón no es importante. No saben qué comemos ni conocen las letrinas de nuestras soledades. Desconocen la necesidad del esfuerzo, no tiemblan, no mueren indecisos, no cambian.

            Es el zulo oculto que  nos tenían preparado para restregarlo por los ojos y apretarnos más los dientes con el dogal del miedo. Qué saben de abrazos, de risas, de reuniones, de amigos, de proyectos; qué saben de entendernos, de acercarse, de tenernos en cuenta y de tutelarnos. Parece que se nos ha caído la sombra perpetua en las narices y nos corresponde una parte de luz cada mil años. Nosotros en el agujero, para encendernos cerillas y calentarnos la ilusión unos a otros en espera de un plazo mayor o de una multa menor. Otros haciendo cábalas para recoger una media manzana, un bocado de esperanza o una lombriz perdida que alimente la caridad antes del poco sueño pendiente. Y el tiempo arrinconando los pesares para que nunca sean olvido; un témpano de catarsis se anuncia en los gestos de la tristeza y nadie acude y nadie atiende y no se otea el final de esta tragedia.

 

 

            Ramón Llanes

CUALQUIER DÍA

 

CUALQUIER DÍA

 

El mismo viernes pasado por ejemplo allá en las puras estribaciones andevaleñas, por aquellos pedruscos milenarios que nos dan ganas de comer, recorrí mecánicamente senda para llegar hasta ese lugar donde la Puebla ofrece manjar, apetito y agrado; hice acopio de caldereta, revoltillos y atún con tomate que Manolo Charra preparara con maestría, excelencia y pasión y volví a la mina con toda la riqueza culinaria debajo del brazo para ser degustada en casa contemplando el paisaje del cabezo de la Peña, simbología de estos pagos. Lo destacable fue todo: el saludo de los amigos en el bar, la conversación con Cristóbal y más la emoción de Manolo que me extendió su mano con la sonrisa abierta hasta su infinito y me pareció recibir de él un mundo sobrenatural para nuestro más ambicioso paladar. Y puso de postre su afán, su ternura y su palabra indicándome que la cocina le aportaba temple y entusiasmo y yo añadí que al mismo tiempo ponía su nota de exquisitez al universo gastronómico de su tierra y saciaba el ansia comedido de expresivos degustadores de tan excelsos manjares, como Mari, Miguela, Luis y yo. Le dí mil gracias y salí contento y sonriente.

 

                Ramón Llanes. 18.6.2024.

domingo, 16 de junio de 2024

CADA DÍA

 CADA DÍA.

 

 

Cada día tiene un amanecer y un ocaso, una luz y una sombra, un sobresalto y una alegría, un perdón y un agravio, una paz y un conflicto.

Cada día es nuevo y antiguo, es cálido y fresco, es fuerte y débil, es ostentoso y humilde, es mujer y hombre.

Cada día salimos a la puerta para definir el camino, nos adentramos con dignidad hasta llegar a la meta marcada, somos un cuerpo que busca el confort y un alma que aligera los sentimientos. Percibimos, cada día, cómo se mueve el aire sin consultarnos, cómo se agranda la mar sin anunciarlo, cómo viene la lluvia sin presentirlo. Percibimos el malestar, la miseria y el desastre, percibimos la bondad y el amor. Nos hemos acostumbrado al olvido de quien nos olvida y al amor de quien nos ama.

Cuando se acabe la jornada y el ocaso apunte el cierre en nuestros ojos habremos sentido mil sensaciones imposibles de describir pero aún sin tiempo para pensarlas, algún cansancio nos empujará a compartir un sueño para recuperar los amaneceres siguientes y poder encontrarnos de nuevo con la luz, la sombra, la paz, los silencios y la nostalgia. Este tiempo de ahora tiene la sutileza del estío, que para unos es semblanza y para otros pesadumbre; para nosotros, los equiparados a la sencillez, este egregio tiempo se convierte en bolsa de voluntad con abrazos de colores, y endulza la razón.

Algo así es la vida.

 

 

Ramón Llanes 

APUNTES DEL ESTÍO (Foto de RAJIM)

 APUNTES DEL ESTÍO

 

Se acerca la luz con rabia y aleja las sombras de la tahona, prende tiempo en las cales, amedrenta los ocasos tan largos y se comporta de ocupa invulnerable. Es la ficción de la luz, para que el pulso de los vivos se acelere cuando la barrunte. Inercia o destino que gubia y sembrados aceptan, como barranco y abejas asimilan. Presume el estío de bisturí para quejas, echa luz y empacha rebeldías; domina el espacio solo con la claridad  y aligera la calma.

Por el estío se trizan los espejos, se calientan ilusiones o se olvidan horizontes. Todo en uno, dejando caer la tristeza para la niebla, abrochando el botón de la nostalgia. Todo en uno hasta preguntarnos qué hará fulano con el sol que le toque; a dónde mengana avistará  el amanecer más próximo; en qué remojo de playa dejará zutano sus embelesos; si tendrá Eva su tiempo abierto para tardes de odios al fútbol y remitirá la fuerza cuando se anime a comerse los versos; de qué estío tendrá la pluma poética el recuerdo en alza; a dónde irán ellos que no encuentren misoginia o hipocresía; si será tiempo propicio para que el galeno nos revise pensamientos con su buen modo y alguien se deleite con sueños de postín. Todo en un estío que se nos desnubla y nos adhiere a lo afable, a lo de Pepa o Juana, a lo de Lucía, a lo de casa; a todo lo uno que inventamos para desaparecer o estar.


Ramón Llanes. 



COSAS DE LA CALLE

COSAS DE LA CALLE

Suele la calle guardar pedernales humanos que se restriegan por ella como el viento y van dejando esas gotitas de normalidad o extrañeza que la hacen cada vez más poderosamente agradable. No sé si fuera ayer o hace quinientos años que encontré a mi paso por una calle del mundo a un hombre agarrado al móvil que vestía la impecable manera del traje perfecto a juego con su idea ejecutiva, llevaba un maletín de cuero marrón, una corbata verde de tiempo, unas gafas sin montura y una incipiente calva, hablaba desde una cima de hostilidad, gritaba hasta con los ojos y denotaba un inmenso grado de insatisfacción e infelicidad.
Como ocurren las cosas de la calle, al poco rato de la anterior escena -yo permanecía quieto y observador en el mismo lugar-, camina un hombre joven, quizá poco más de treinta años, que ocupaba la parte más sombría de la acera, reía a su ritmo y mostraba solo para su adentro una cara de infinita felicidad. Este hombre -también de este mundo- vestía con harapos y con señas de haberse bebido todo el relente de la noche.
No he sido capaz de averiguar los estados de ánimos de cada uno de ellos ni siquiera he pensado en esta paradoja de la calle por eso se me ha ocurrido contarlo. Vosotros allá.

Ramón Llanes.

sábado, 15 de junio de 2024

MI MADRE Y NOSOTROS

MI MADRE Y NOSOTROS

Tu sentido del valor
te ha llevado, madre, al paraíso deseado,
donde no habrá siquiera
un instante de calma, solo ajetreo;
tú inventabas el quehacer
desde el cotidiano esfuerzo,
la colmada rebeldía contra el todo
quieto, la búsqueda mágica y constante
por la supervivencia de los tuyos,
tus cachorros rodeándote
mientras acelerabas el cuido en ellos
con una mano en la ternura y otra en la sopa.
Tu paraíso estaba en nuestros ojos,
en la luz que desprendían los días con nosotros
reinaba tu felicidad, ganaste muchas eternidades
con el espíritu, con las manos,
hiciste mejor el mundo nuestro;
allá en los sitios de dioses te tendrán
siempre despierta solucionando mundos nuevos,
acaso ya todos sepan que por aquí
fuiste la mejor obra de arte
del patrimonio amado de nuestra humanidad.

Ramón Llanes

viernes, 14 de junio de 2024

UN ASUNTO DE SU INTERÉS

UN ASUNTO DE SU INTERÉS



Estaba en lo cierto, la película le involucró perfectamente en la trama hasta entender de buena manera que el ladrón fuera condenado por robar un caballo y le ahorcaran en un árbol alto sin una pizca de justicia donde pudiera explicar su error o su osadía; justificó el conflicto entre dos clanes por venganzas, no se puso a pensar en la importancia del odio en aquel argumento e incluso se sintió bien oyendo la banda sonora de las pistolas como música ambiental del guión; estaba en lo cierto de haberse propuesto evadirse del mundo por un rato y de haberlo conseguido.

Al finalizar la proyección se vino a su vida de hombre pacífico e intentó pasar la página con normalidad, en su sillón de siempre, con sus rituales de familia y su esperada sopa caliente; sonó el teléfono, “es de la comisaría -le comentó su mujer- te llaman por un asunto de tu interés”; antes de tomar el auricular se creyó culpable del robo del caballo y condenado a la horca sin ser juzgado y, sin atender la llamada, perdió el apetito y se llenó de remordimiento.


Ramón Llanes.

PERSONAS

PERSONAS



Bien temprano escribe mi amigo Domingo sobre la vida, ha recorrido refranes, calles, anécdotas y fiestas, ha ido de aquí para allá sin moverse del mismo paisaje entregando una sutil e inquebrantable fidelidad a la tierra y a los mensajes que ella ofrece. Hoy se levanta y, como siempre, inyecta concordia a la paz que ya lleva, comienza a hablar de personas y de sus honores con un renglón claro de agradecimiento a quienes él considera que hicieron un mundo mejor. Y esto se convierte de pronto en un homenaje, quizá en el único homenaje que tal persona tuviera en toda su historia por hacer apasionadamente bien las cosas. A los dos se me ocurre traer a mi ventana cotidiana, al hombre distinguido que nos alisó la senda y a mi amigo Domingo que ha tenido la certeza de arrancarlo un instante del olvido. Así es más agradable vivir.



Ramón Llanes

miércoles, 12 de junio de 2024

METACRACIA

 METACRACIA

Han vuelto a venir los “hunos y los hotros”
a invadirnos con urnas de metacrilato
y papelorios blancos,
con sobres de media mentira
y democracia al dos por ciento,
nos sorprendieron durmiendo
e hicieron de nuestras capas
sayos sin coser, alquitrán azul, risas perversas;
celebraron no sé qué con bullas
y alegatos, se miraron el ombligo
y corrieron llenos de orgullo
por haber vencido
y a día de hoy nadie sabe dónde están.

Ramón Llanes

martes, 11 de junio de 2024

DONDE HABITA EL OLVIDO

 DONDE HABITA EL OLVIDO

 

         Se ha hecho la olvidanza humana aliada de un tiempo devastador y prepotente, acá por estas tierras con solanas rojas y paredes auríferas, hasta enterrarlas en la conmiseración de la desidia y la dejadez, hasta decrecerla de orden, -mas nunca de belleza-, hasta volverla aprensiva o inútil y hasta caerla a la ingravidez de lo inservible.

         Así, todas las tierras nuestras, aquellas de minas que dieran crema de esplendor y progreso, aquella tierra de gloriosa magnitud y riqueza, aquella misma, aparece ahora desnutrida y herida por el tremendo aguijón del olvido. Las estaciones de los ferrocarriles aparentan más que una soledad de inoperancia; los talleres son vagos recuerdos de un pasado imposible de adivinar a través de los residuos; las locomotoras apenas unas pocas se han salvado del descuido; las cortas están ahogadas por el agua grao que el tiempo ha ido llenando; todo el paisaje enseña un hálito de desolación incomprensible que hace caer al alma un polvo de dolor que nadie cura.

         Pero aquí, -donde habita el olvido-, las piedras tienen nombres, las paredes tienen su historia, los raíles rotos su gloria tienen, las minas inundadas llevan su vida dentro. El recuerdo es más pretencioso y más solvente que el olvido y quienes se nublaran de nostalgia y quienes perdieran por allí todos los sudores, andan avezados a los barruntos que transmiten las entrañas y ni se pierden un olor, una voz, un suspiro o  acaso un miedo pequeño que desde abajo anuncie tiempo de impulsos. En eso andan los viejos sabios de los sitios de minas, a pesar de todo.

 

         Ramón Llanes.

 

lunes, 10 de junio de 2024

ESA SOMBRA

 ESA SOMBRA

 

“Esa sombra me suena” fue su saludo amable y me extendió el abrazo, hicimos parada para refrendarnos el afecto, intercambiamos las palabras necesarias, nos miramos y nos reímos a la vez, apenas dos minutos o tal vez un repaso a la vida, luego, sin olvidarnos, continuamos con la misión marcada de cada cual  pero un rato largo recordé su manera tan lírica de saludarme; no solo me percibió el cuerpo sino también la sombra e intuí que se refería amistosamente al alma. Y tanto me gustó que me produjo este inspirado sentimiento que aquí descargo con idéntica profusión de cariño.

 

                Ramón Llanes. 

EL ERROR DE LAS GUERRAS

 

EL ERROR DE LAS GUERRAS

 

 

Cada vez que huele a fusil

asoma la muerte por la última rendija de la vida,

es su vicio maldito, su colofón pensado

con entretenimientos y mentiras;

los hombres no huelen,

han perdido el olfato de la paz,

sucumbieron a la seducción de los credos,

ahora son líderes de algo miserable,

son inventores de las guerras

que fueron hechas para matar a la humanidad

del saldo que desprenden las sonrisas.

Las bestias que incitan al castigo

se persignan antes de ordenar al verdugo,

son hombres de plomo

desorientados del afecto,

son hombres que adoran venganzas

y evolucionan con ojos desiguales,

con manos tatuadas de asco.

Nadie sabe, nadie aprendió a detectar maldades,

nadie impide que las guerras sean

promocionadas, nadie sabe cuidar

el grito famélico que dejan los niños

en las crisálidas noches de la presunta vida.

Nadie ha reparado en el dolor.

 

 

Ramón Llanes.