UN CUENTO.
En un cuento
la noche tiene su parte de luminosidad, el día su tinte de tiniebla, el
arcoiris presenta más de siete colores, los huesos pueden ser de madera y las
flores de plastilina. También en un cuento aparecen príncipes donde no existen
los príncipes y brujas con escobas de volar.
Esta
realidad nuestra, de ahora, actual, vista con detalle y ojos abiertos, sin
colocón ni anestesia, más se parece a un cuento; surge de cualquier rincón una
tormenta que arrasa la paz y las nostalgias, alguien pulsa botones de maremotos
y surgen como espumas insensatas, las brujas se prodigan en presencia, todos
los días, en todos los lugares, a veces todo es blanco o todo es negro y las
hadas existen y tienen largo protagonismo mediático y aparecen hasta en los
espejos y descalifican a la fealdad.
Nadie puede
atreverse a asegurar que se trata de una curva de desnivel en el equilibrado
mundo de los seres inteligentes, más se parece a un cuento. Nos subiremos
mañana al trapecio a buscar el trébol de cuatro hojas, regalaremos flores
traídas de las montañas mágicas, montaremos un circo de gigantes. Mejor que
seamos de cuento.
Este frío no
trae moraleja.
R.llanes
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