ALGO ÁCIDO.
La tragedia tiene un sabor ácido,
el dolor es ácido, la muerte muy ácida para todos,
la miseria es ácida.
A veces también el debate es ácido,
cuando se olvida de la razón del mismo
y pinta la cara que a cada cual conviene.
Pero es ácido el debate si se utiliza, sin límites, la estrategia
exenta de ética y moderación,
si se maltrata la libertad del pensamiento,
si se escribe o dice sin disciplina, sin norma.
Después de la tragedia nunca la calma,
viene el debate político, lo más ácido;
llega el displacer de quienes aguantamos.
Hoy barrunto pesadez de debate,
a pesar del dolor que inunda la esfera de nuestro medio,
barrunto confrontación, reproches, insultos,
perrerías entre unos y otros.
Lo tétrico, lo irreal, que al debate
alguien le pondrá cara de tonto
para disimular que ha sufrido,
que ha dejado las vacaciones para hablar,
que los esperaba;
así, sin darse cuenta que ellos ya no están para sonreírles.
Ramón Llanes.
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