LA PAZ CERCA DEL AGUA Yo no soy quién para exigir la Paz, no me han hecho responsable de los
números, pertenezco a las trincheras que se mueren
de hambre, a los pájaros que se ahogan con el
agua al cuello y a los alimentos podridos del
mercado. Mi voz no se oye en las antenas ni suena en las campanas de la media
noche, mis padres murieron con énfasis en la
conciencia habiendo sido delicadamente humanos, ya no me queda otro remedio que volver a la mar, como hoy, y restregarle a la espuma mis
dolencias, regresar luego a casa con las manos
mojadas de compromiso y seguir soñando con un mundo mejor pero no soy quién para exigir la Paz. Ramón
Llanes.
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