ENSEÑANDO LA TIERRA MÍA
Me puse las alpargatas de enseñar la tierra y me fui con ellos a recorrerla y vivirla un rato largo mientras la tarde ponía puntos amarillos en el horizonte, me sentí honrado y noble compartiendo con unos amigos lo mejor que tenemos, nuestra tierra de oro y azufre; luego se unieron otros que andaban perdidos buscando emociones y se vinieron a saber del color rojizo, de las aristas, de los socavones, del agua tan teñida de soledad, tan oscura y tan viva, me sentí como un dios que premia a los suyos con la mejor cosecha. Ayer fue así y hoy vengo a recordarlo porque me es imposible retenerlo.
Ramón Llanes.
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