EN THARSIS TUVO QUE
SER
En la aventura de vivir en el
arte de la emoción, llegaron a Tharsis los Poetas con la Paz en las manos y la
música como un asombro; vinieron seres dotados de versos desde Huelva,
Ayamonte, El Almendro, Cabezas Rubias, Punta Umbría, Puebla de Guzmán y del
mismo Tharsis a ponerle calor a una fría tarde de invierno donde pareciera que
solo faltara la nieve. Las palabras que saltaron al aire del magnífico Salón
Cultural fueron de madre, esposa, novia, compañera, cómplice, hermana, y en un
rato la vida pareció otra porque la poesía puso un broche amable y comprometido
en los lazos limpios de la minería y la música de Andévalo cerró la noche con
una emocionante retahíla de canciones de mujer, siendo el altavoz de todo un
generoso Santos, el alimento unos roscos y borrachos del perol del terruño, la
disposición de un grupo de mujeres entregadas por la causa de la igualdad y el
motivo, continuar proyectando entusiasmos. Y todo quedó tan espectacular como
si se hubiera diseñado a conciencia. En Tharsis tuvo que ser.
Ramón Llanes. 10.3.2024
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