ODA AL DESAHOGO.
Ya no escribo poemas, los desangro,
no mastico el verso, no sufro por él,
no resucito a la amada, le señalo el limbo,
no me transparento, no me anuncio,
no pertenezco a la paz,
no hago misiles ni invento traiciones,
ya no me someto a la castración con voluntad,
no recurro a lo lírico para enamorarme,
no fabrico milagros de luna llena,
no presiento el beso para despedirme,
no se me caen las lágrimas de vergüenza,
ya no corrijo las ilusiones,
no me tropiezo con el deber de oirte,
no estoy para hablar de soledades,
no me paso la noche entera con la guitarra,
no me mordisco las manos por descuido,
no me río porque me da pereza,
no canto por no disimular que es mentira,
no recito para seguirme creyendo poeta,
no es mía la mejor frase para un epitafio,
no me arrepiento de ser un aprensivo,
no quiero nacer otra vez por si acaso,
no están mis ojos para rímel ni antifaces,
no me sobran cartas para la próxima jugada,
no me da asco retirarme del oficio de loco,
no hay palabras capaces de aburrirme,
no me he propuesto cambiar,
no me muero porque sería hermoso.
Ramón Llanes
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