ABASTO
DE PROSA Y AIRE
En
los mismos trechos del viaje, prodigando jirones de azúcar y
desesperanza, la soledad emitía inspiraciones a la prosa; la fiel
senda, siempre conmovida y aprisionada del viento ábrego, daba para
un todo irresistible influído de sur, desde donde cualquier amador,
buscador o zahorí de emociones hubiera sucumbido. Y la prosa se
hizo alegato, paz, genio, función, grito, caricia y sueño, hasta
suponer abasto que supiera garantizar su calidad para ser llevada al
aire, en unas ondas de radio, en un papel de prensa, y hacerse común
y discutida desde los moldes que marcan la convivencia.
La
memoria del pródigo se ha registrado como mimante a los surcos y
deblas del sur completo, girando a su alrededor genérico y en su
adentro de Andévalo específico, con forja de mieles y pensamientos
de sombras. Y esta parte de prosa responde a esa literaria manera de
expresión, con la única sabiduría del espacio y la única verdad
del tiempo. Nada se ha perdido en el camino, los rasguños y los
besos entusiasman por igual, el futuro inmediato a esta bondad viene
precedido de vivencias, y será también afable y romántico, como el
germen que endulza cada pasaje y horizonte desentrañados en esta
retahíla que fueron sueños y se hicieron memoria.
RLLANES
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