EL IMPERIO DEL MÓVIL
Nos
preguntamos qué de negativo y qué de positivo tiene el móvil; qué de útil y qué
de absurdo; qué de rentable y qué de locura. Nos preguntamos por qué su moda,
por qué su uso, por qué su imperio; y obtenemos respuestas para todos los
gustos. De negativo, dice el padre, que la niña se lleva todo el día colgada y
estudia menos; de positivo, dice la niña, que me comunico más con mis amigos y
adquiero mayor conocimiento de ellos; de útil, dice el padre, que en cualquier
lugar te puede solucionar un problema; de absurdo, dice la madre, que se puede
vivir sin él, como antes; de rentable, dice el niño, que el coste es menor que
en la cabina; de locura, dice la abuela, que no es preciso hablar tanto y estar
más tranquilos.
A todos
les acoge un poco de razón y también a muchos que no saben o no quieren dar su
opinión porque se limitan a utilizarlo como una herramienta o como un elemento
de placer y no llegar a plantearse estas cuestiones. Lo cierto es que nos ha
entrado de lleno en casa y cada cual, que se precie, tiene su móvil en el
bolsillo por muy pequeño que sea o muy mayor que aparente, que en esto sí que
no influyen las edades, ni siquiera la condición social, el sexo o la raza.
Y una
vez acostumbrados a su imperio el personal empieza a madurar en el uso. Los
mayores no lo entienden y lo usan poco, los de en medio moderan su uso por
aquello de las facturas y los jóvenes se hartan, aunque, cuando pueden, dan un
toque para que sea el padre quien corra con la cuota; algo así como “llámame papá,
que quiero decirte que me des dinero”. El móvil forma parte de nuestra vida y
nos condiciona y afecta hasta el punto de ponernos en el dilema de “si es
posible vivir sin él”. Y también para esto encontraríamos muchas respuestas, a
saber: “Para mi es imprescindible, a mi me gusta uno rojo nuevo que obedece con
la voz, a mi me encanta usarlo de noche para llamar a mi novia, a mi me encanta
recibir mensajes” y etc,ect, ect.
¡El
dichoso móvil!, a unos volverá locos y a otros dará vida.
rllanes.
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