PREGUNTAS.
Me preguntan por la salud, por la
familia, por el trabajo. Intercambiamos saludos de amigos mientras la calle nos
aguanta a sol y frío la parada de a diario. Hablamos del tiempo y de las
fiestas que se fueron. Me preguntan por los inconvenientes y las felicidades.
Me preguntan de todo, como en una encuesta promíscua en datos. Y accedo, a
veces discutimos en términos pausados. A veces proponemos soluciones a la
infinidad de problemas de este mundo, como si estuvieran a nuestro alcance y nos
atrevemos a opinar, a veces con arrebatos. Algo va mal y muchas cosas van bien,
dependiendo del momento de la charla.
Me siguen preguntando por
la vida, por esa vida vulnerable que todos llevamos dentro y por la otra vida
inacabable que alguien dice que nos espera. Me preguntan por los vicios, por
los deseos, hasta por los sueños. Y me preguntan por mis gustos en la mesa.
Pero nadie me pregunta por mi alma. Solo, hace días alguien se atrevió a darme
ánimos.Rllanes
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