LA MAR DE TUS OJOS
Nunca veremos la mar de
los ojos.
De ti a la mar hay un
trecho de espumas
que nunca veremos.
Nunca más salpicaré
mi cara
con la brisa cayendo un
atardecer
en nuestras manos.
Nunca más tu
hombro-mar,
tu cuerpo-mar
anhelante,
tus besos-mar, tu
risa-mar,
¡oh, tu risa-mar!,
pasión eterna
que nevó su mancha en
mi memoria.
Nunca la paz del sueño
en tu vientre-mar
ni singladuras con la
brújula de tu boca
en el norte preciso.
Nunca olvidaré tu
mar-amor
que rompiera la tarde
en un descuido.
Rllanes. (del poemario Memoria del pródigo)
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