MUDANZA.
Levanté la semana con ganas de hacer
algo inmenso que pusiera la dosis necesaria de delirio a los actos para que
fueren respetados y produjeran el entusiasmo de los buenos momentos, dediqué
los primeros días, léase lunes o martes, a meditar las grandezas que se listan
en el protocolo de vivir que tuvieran capacidad de cumplir el perfil trazado.
Acaso escribir un libro, acaso ponerme a las puertas de un organismo cualquiera
a ofrecer mi huelga de hambre por un bien común, acaso pintar con letras en rojo muchas paredes de Huelva y
que me detuvieran más por buen pintor que por asqueroso, acaso repartir
billetes de 500 euros por los barrios más necesitados, acaso ser mendigo,
payaso, artista, poeta o afilador. Todo con tal de ponerle un aire distinto a
una semana cualquiera, que solo se destacó por fútbol, frío, viento y cuesta de
enero.
No sé,
acaso cambiarme de peinado (que sería imposible), o cambiar la sonrisa por otra
más cariñosa. Eso, algo inmenso, algo delirante.R.llanes
No hay comentarios:
Publicar un comentario