RECADOS
PARA UNA DAMA.
Con apariencia de un soñador el
conspirador venció el semanario entre el goteo previsto de la lluvia del martes
y la canción expresa de la noche del jueves. Lluvia y canciones se hicieron
aliados, cómplices de la farándula de vivir, de un alguien sabedor de emociones, entendedor de
sobresaltos.
Nos han obligado tantas veces a dimitir
del disfrute como tantas nos sentaron a
obedecer órdenes imperfectas; con la premisa inconformista de un rebelde, se
hicieron los recados, a la palabra, al jardín, a los besos, a una dama. Se oyó
gemir un canto en el entorno femenino de un flamenco acogedor, se oyó el
suspiro de un chelo, la armonía de un clarinete, se oyó la voz de un hombre
ejerciendo de alentador de chispas, mientras se veían gozar los ojos cálidos de
Carmela, Ana, María, Lucía, Miguela con la sobrada sumisión a la música del
Pepe Roca más excelso de la tempestad de su valentía.
Quedó la conspiración arengada de
tiempo, rota por las exigencias de la noche. Días antes habían sido las gotas de
lluvia, la noche del jueves las gotas del canto, todo en una emisión de mensaje
como recados para una dama.
Ramón Llanes. 9-10-09.
Emitido en Cadena SER.
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