ABRID
LAS MINAS.
No
he oído hablar de generar recursos nuevos para la supervivencia de
este entristecido país, no he oído voces aportadoras de ideas de
negocios, no hemos oído que se investigue algo donde corresponde. Me
refiero en lo que al plano público cabe culpar por tal descuido. La
olvidada provincia de Huelva es un tesoro en recursos naturales pero
nadie -de lo público, repito- se ocupa de ocuparse de tan preciado
don. El presidente viaja a Estados Unidos o a China a buscar
inversores sin llegar a imaginar -y si lo sabe es un inútil- las
riquezas que esperan en nuestras entrañas para ser extraídas. Es el
momento del cobre, los mercados lo dicen; también es el momento del
hierro, lo repiten los mercados; es el gran momento del oro, suspiran
los mercados. Y el interior de la provincia de Huelva tiene cobre,
hierro, oro y muchos más metales de preciado valor que solo con la
puesta en vida de tales recursos sacaríamos de la incertidumbre y de
la pobreza a toda la provincia y más. Sé que cada explotación de
las nuestras: Sotiel, Lomero, Rio Tinto, Herrerías, Cueva de la
Mora, Tharsis, etc, necesitaría de medio millar de obreros como
mínimo para empleos directos. Abrid las minas y dejad ya de hablad
en los parlamentos de la corrupción y de las monsergas que os ocupan
el tiempo.
Refiero
a los políticos que tanto han estropeado nuestra vida a que le
pongan un toque de dignidad a su gestión, que sean conscientes de lo
que ha de significar la puesta en valor de todos los recursos mineros
y que se pongan a trabajar día y noche hasta que empiecen a sonar
barrenos y maquinarias en los aires del Andévalo. Que ya no se puede
discutir sobre la idoneidad de la apertura, sobre el impacto
ambiental, sobre la recuperación de las aguas ácidas o sobre el
sexo de los ángeles, ya no queda ni un suspiro, que estamos en las
últimas, ¡abrid de una puñetera vez las minas!.
Hacedlo,
aunque os cubráis de gloria, aunque os apuntéis todos los tantos,
aunque tengamos que poner vuestro nombre a todas las calles de
nuestros municipios, hacedlo con las agallas que montáis los mítines
o con la voluntad que ponéis cuando recibís las altas
remuneraciones cada final de mes. Os aseguramos que hablaremos para
que os guarden un lugar en el cielo que vosotros mismos elijáis. Un
saludo.
Ramón
Llanes 16.1.14.
Publicado en huelvabuenasnoticias.com. 16.1.14
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