VOCES DE COLOR.
a
la pintura de Daniel López.
Daniel es de una pulcritud
indestructible, la pintura es su Yo y en ella trastea a su placer. Y dice aspidistra, humedal, tinaja y patio;
dice duna y cristal, mantel y agua, metal y bodegón; dice silencio y apura el
pincel en una lágrima que no está, luego traspasa el color con alevosía, luego
realza la realidad en un cacharro, luego arena, luego un lienzo exacto simula
la perfección de un cuadro que tiene dos existencias, la suya y la pintada.
Dice
también sensibilidad y sentimiento porque antes le puso vida a sus óleos, le
prendió fuego al paisaje, le inventó la luz, la misma luz la trajo al árbol, la
misma, original, a la manzana, y sigue diciendo un pregón en cada trazo, en
cada expresión. Y su mensaje se ve de lejos, de pronto, y te supone una
sorpresa, y te arranca una emoción.
En
su composición están los verdes inspirando esperanzas, unos rojos que enganchan
pasión, la querencia de los claros, la profundidad de los azules, para que todo
junto sea un grito, un mensaje. Consigue la paz del cuadro, la paz del
espectador.
Aquí
no se maniatan sombras, se liberan, salen de la espesura con frescor y de un
espejo sin brillo alivian lámparas. Dice una tetera insignificante que hay que
mirarla, dice una gitana mil desconsuelos, dice una plancha un poema en hierro, dicen las bellotas su
dulzor y en este ámbito hasta la mar dice y dice azulariadas mareas y
conspiraciones, acabando todo en un ser sensibilizado llamado Daniel, en su
orden, en su imaginable grandeza.
Y
nada acaba ,que a partir del cuadro comienza la armonía de lo que dice el
pintor, de su creencia, de su entrega, de su actitud, de su capacidad, de su
amor para hacernos partícipes de estas insondables evocaciones. Voces suyas
escritas con pinturas en un lienzo libre.
Rllanes.
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