RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

domingo, 28 de junio de 2020

FANDANGO. ERES CALMA


domingo, 21 de junio de 2020

ADVERSARIOS O ENEMIGOS

ADVERSARIOS O ENEMIGOS.


No siempre los adversarios son enemigos, más bien casi nunca los adversarios son enemigos entre sí. Adversarios podemos ser todos en cualquier momento de nuestras vidas, ciertamente también podemos ser enemigos, pero es más fácil ser adversarios, no lleva el componente de enemistad, odio o repulsa, como entre enemigos. He vivido lo justo para ver cómo los adversarios en el deporte se abrazan, se intercambian halagos, jamás llegan a los insultos o las descalificaciones, está muy mal visto. En el campo de los negocios también los adversarios se respetan e incluso en muchas ocasiones se alaban. De hecho sus corporaciones sirven para tutelarse mutuamente y para programar estímulos, consignas y horizontes organizadamente. Existe también esta armonía entre escritores, periodistas, arquitectos, médicos, albañiles, etc, pero carecen de ella los políticos y no sé por qué. Es obvio que ellos también forman parte de la misma sociedad, sin embargo son enemigos y bien que lo recalcan y bien que lo cacarean.
Es imposible oír un comentario positivo de un político respecto de otro de distinta formación, es muy habitual oírles en descalificaciones, reproches, insultos. Luego se aprietan la mano como si nada y a nosotros nos da para pensar que una de las dos actitudes es falsa. Si son adversarios no cabe la enemistad, si son enemigos no caben los disimulos ni los abrazos.
Desde nuestra óptica notamos la hipocresía y es un motivo general de rechazo para quienes la ejercen; es mejor comportarse como un enemigo que como un falso adversario. A la institución de la vida colectiva hemos de dotarla -ya de una vez- de transparencia, no por agradar sino por ética y por vergüenza. Los demás que pululamos alrededor de esta lámpara no conspiramos unos contra otros. Los insectos que merodean por la oscuridad de la política son la deshonrosa excepción y habrá que corregirlo, es nuestra exigencia.


Ramón Llanes. 

sábado, 6 de junio de 2020

DE LO HUMANO

DE LO HUMANO

Arriesgarse a escribir del temple en la calle treinta y dos de la manzana este del barrio nostálgico de una ciudad vieja, con ojos en el puente que indica el paso del río, los nubarrones en el sitio de siempre cortándose intencionadamente la luz a la hora más fría del día más frío, costando una inmensidad poder calentarse la única cacerola de la subsistencia, quedando helados los niños en el salón sin cortinas y lleno de miedos, es posible. No hay luz en casa, vinieron a desarmarla, se llevaron el calor y dejaron más miedo, se quemaron de indiferencias, cerraron las puertas para que no entrara el frío que ya vivía allí y tropezaron también con el hambre de enero en aquel almacén de cuerpos inanimados por la dureza de la insolidaridad.
Falta sangre de cero negativo en un hospital del barrio nuevo, aquel que se divisa cuando se cruza la rotonda de la escultura de un militar condecorado, un sitio donde se padece la multiplicidad del dolor que se quema y contagia de dentro afuera como una cascada de fuego, allí mismo, en ese hospital donde tantos sueños se quedaron, donde no han cortado la luz porque falta sangre de cero negativo y esperan que llegue un compromiso con urgencia. 
Avisan, mientras, en los plasmas, que la vida se pone cada día más fácil, que es una realidad encontrar un hueco en cualquier hueco, que se acabó el deshonor en el salario y se acabó la tristeza en los hogares. Y avisan que, pronto, por esta condición de progreso, por este estado de gracia venido a más, por tanta dulcificación en el entorno, por las penas pasadas, por la voluntad de los gerifaltes, anunciarán convocatoria de elecciones para sorprender al enemigo -que es el ciudadano-, para concederse un nuevo baño de multitudes a los victoriosos, para deleznar con más poder las ejecuciones, para que se pueda cortar la luz sin riesgo jurídico, para que siga faltando sangre y medicamento de hepatitis, para que la sociedad apruebe las conductas y para que todas las cosas tengan un soporte de justificación suficiente como para evitar una manifestación, una protesta, una demanda o una cárcel. 

Ramón Llanes.

viernes, 5 de junio de 2020

COSAS DE LA CALLE

COSAS DE LA CALLE


Suele la calle guardar pedernales humanos que se restriegan por ella como el viento y van dejando esas gotitas de normalidad o extrañeza que la hacen cada vez más poderosamente agradable. No sé si fuera ayer o hace quinientos años que encontré a mi paso por una calle del mundo a un hombre agarrado al móvil que vestía la impecable manera del traje perfecto a juego con su idea ejecutiva, llevaba un maletín de cuero marrón, una corbata verde de tiempo, unas gafas sin montura y una incipiente calva, hablaba desde una cima de hostilidad, gritaba hasta con los ojos y denotaba un inmenso grado de insatisfacción e infelicidad.
Como ocurren las cosas de la calle, al poco rato de la anterior escena -yo permanecía quieto y observador en el mismo lugar-, camina un hombre joven, quizá poco más de treinta años, que ocupaba la parte más sombría de la acera, reía a su ritmo y mostraba solo para su adentro una cara de infinita felicidad. Este hombre -también de este mundo- vestía con harapos y con señas de haberse bebido todo el relente de la noche.
No he sido capaz de averiguar los estados de ánimos de cada uno de ellos ni siquiera he pensado en esta paradoja de la calle por eso se me ha ocurrido contarlo. Vosotros allá.

Ramón Llanes.

miércoles, 3 de junio de 2020

DECIDIDAMENTE


DECIDIDAMENTE

Aligera la emoción,
que no estoy sobrado de tiempo
y ponle límite a la desmesura de esta distancia,
hazte ver por todas las oscuridades,
acarrea los muebles, prepara la hornacina,
triunfa, si es tu gusto, llevándome,
dale un respiro a la agonía
que a tanto como yo te sufre,
no olvides traer el gesto de huir
y los pendientes del silencio,
anda, no estoy sobrado de tiempo,
que el jueves me ejecutan.

Ramón Llanes

TODO



TODO

Todo lo mío estaba envuelto en la sábana,
todo lo que fui iba pegado al encuentro,
todo lo dado formaba mi patrimonio,
toda mi furia se salió de los órdenes,
todo el sentimiento, absolutamente todo el sentimiento,
todo el latido del sentimiento,
toda la urdimbre de mi tela de hombre,
todo el amor, todo el amor, el amor todo,
el amor lleno, el amor penitenciario, el amor derrochante,
el amor callado y el amor sonriente,
todo el amor, todos mis amores, todos los amores míos,
iban en mi piel;

Ramón Llanes

martes, 2 de junio de 2020

PINTADAS

PINTADAS


Cuando aun no existía el móvil, mi primo Pablo escribía mensajes de amor en la corteza de los árboles, en los muros, en las paredes derruídas, en las largas vallas de las estaciones de trenes, en un lutón que reservaba un ramal de buganvilla; siempre buscaba con ansias el lugar certero para escribir sus mensajes y poemas. Se diría de Pablo que emulaba romanticismo o lo presumía a través del gráfico que a huella insertaba en su mundo. Ahora existe el móvil y no existen los Pablos. Como si la tecnología bramando por la audiencia se hubiera tragado de un resoplido toda la tierna precariedad de los enamorados.
Las pintadas están en peligro de extinción y quizá no deba ser un bien jurídico protegible o quizá sí, sobrarían argumentos para la defensa de ambas posturas. Pero Pablo se dedica a pintar en su móvil el mensaje de afecto que manda. Ayer, sin embargo, en ladrilleta roja, rotulado en negro indeleble, un mensaje a modo de declaración presidía a media vista, no más alto que la observación ni más bajo que el olvido una pintada al uso: Marta eres un verso, te quiero.Un Pablo aparecía de nuevo para mi satisfacción; entendí que esta especie perduraba y se hacía patente para transmitir sentimientos. Encontré a Pablo, en la Merced de la Onuba vieja que se hace importante y sigue siendo tierna y romántica. Y allí mismo le dediqué una sonrisa y este homenaje.

Ramón Llanes

NACIMOS

 NACIMOS


Nacimos de casta transparente
de subsuelo y árbol, de líquido, 
crecimos de pan, de canción, de verso,
de trapío suelto, de aceite los domingos,
de sorpresas y entre bondades,
nacimos libres
de mordazas y de lujos, abajo nacimos,
no cabíamos en las nubes.
De ahí mis consecuencias, el lápiz, la mirada,
el paisaje, la risa, el traspiés,
la medio llena botella del deseo.
Querrás oír dónde parió mi madre;
en un camastro de valentía,
claro que, entre besos.





7.-

Ha venido a recogernos, el agua.
A templarnos, el aire.
A tenernos, el tiempo.
El mar ha venido en acarreo de olas
con sueñecillos de singladuras 
en los arenosos ojos, a mecernos.
Han venido para estar,
estar en lazos con nosotros,
la libertad, el vencejo, los colores
el jazmín.
Vinieron las lluvias, el ángulo, la balsa.
El hombre urdido en bruces de creosota 
ha venido limpio a la ventana.
Y el sol, en golosinas, ha venido también
para nosotros.

Ramón Llanes

EVOCACIÓN

EVOCACIÓN

Oirás el búho recitar batallas
al pié escondido de la dehesa, el chamariz al día,
la calandria que desmiente, el galgo manso,
los protocolos del campo
que marcan el sopor y los dominios
en la tomiza,
oirás a quienes no están
llamando en las aguas al brebaje de un belfo,
acaso oirás dormir a las palabras.
Evoca, no es el gozo tan amplio
ni tan somera la luz, evoca que has amado
y bébete la añoranza de un sorbo hasta morderla,
no es más rico el pensamiento.


Ramón Llanes