RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

martes, 30 de julio de 2019

LLOREMOS


lunes, 29 de julio de 2019

ENTENDIENDO AL OCASO

ENTENDIENDO AL OCASO


De esos atardeceres sometidos a un tiempo surgen los límpidos ocasos, de esos que remedian no se sabe cuántas locuras. Mirábamos el sol correr por las llanuras de la mar, aterido de cansancio, sin prisa ni ganas de llegada, sin agonía escrita ni parsimonia flemática; mirábamos las últimas tendencias de la tarde, eran miradas de culto que no emitían más que sorpresas de admiración por tanta belleza y mirábamos los minúsculos riscos de la playa defenderse de la primera oscuridad y hasta nos mirábamos nosotros desde el placer.
Acontece el ocaso diversificado en la teoría de la naturaleza, corresponde marcharse y poner un punto y seguido al ciclo, ha sido un día, han sido horas de tarea preciada calentando esferas húmedas, criptas barrocas de iglesias solitarias, ha dejado en el suelo los alimentos para el espíritu. El sol, que es la luz al por mayor, no simula tanta riqueza, la extiende y la regala.
Aún en el prodigar de la dormida, los reflejos mimarán las crestas altas de los árboles, de los edificios altos, de los altos pensamientos, hasta darles las cuantas perlas que son necesarias para la prolongación de los efectos de la luz a pesar del ocaso. Ni nosotros ni la tierra entendemos al ocaso. 
Creeremos que cada pérdida de la luz habrá de ser un sufrimiento o que no debería tener fecha de caducidad esta vigencia. Mas la noche no entorpece la vida, que la hace a otro antojo, que la remansa y la descansa, que la divierte en tono negro y luces inventadas. Esta historia de emblemas de universo acapara una atención plácida, de plácidos humanos que se han puesto a mirar y mirarse en la emoción de un precioso ocaso.



Ramón Llanes 

ALGO FALTA POR HACER

ALGO FALTA POR HACER

A la estación del tren le faltan escalerillas, 
a los parados les falta trabajo, 
a la solidaridad le falta compromiso,
a la verdad le hacen falta agallas,
a la razón le hacen falta dosis de entendimiento,
a los desesperados les falta atención,
a los sindicalistas les sobran los miedos,
a los miserables les sobran miserias,
a los místicos les falta realidad,
a los santos les falta bondad,
a los indigentes les falta una inyección de todo,
a la sociedad le hace falta gobierno,
Faltan por hacer hombres regeneradores de vida sin metralla 
ni fusta; organizadores de entusiasmos, portadores de horizontes,
vendedores de nuevos sueños para repartir por la esquinas.
Nos hacen falta compromisarios que vengan a hacer los deberes,
nos queda por hacer un año, un mes, una semana, un día o acaso
solo una hora de felicidad para repartirla sin propaganda falaz
en los comedores sociales, en los colegios, en las urnas limpias,
en las plazas de los pueblos, en las esperas de los hospitales
y en las nubes. Repartir algo de esperanza mezclada
con dosis de verdad. Merecemos ya mucho de verdad.
O hacer borrón y cuenta nueva, nos falta.


Ramón Llanes.

FANDANGO. MI AMOR


¿ES NAVIDAD?

¿ES NAVIDAD?

Me dirigía tranquilo a mi quehacer diario; es Navidad y las gentes mostraban el mismo rostro de siempre salvo algunas excepciones; nos deseábamos felicidad, de manera distinta a como lo hacemos el resto del año. Encontré hombres y mujeres que pedían una limosna para comer, un indigente dormía en el zaguán de una entidad bancaria con los pies al descubierto, llovía, tenía la cabeza tapada, eran poco menos de las once, nadie le prestaba atención.
En el bar alguien pidió un desayuno con vehemencia amenazando coger una metralleta, nadie le prestó atención y se fue sin desayunar; llovía, muchas gentes caminaban sin paraguas, se mojaban sin pretender ser románticos; un chico joven, bien vestido vendía calentadores de marca desconocida, nadie le compraba; en una esquina estaba, como siempre, el vendedor de cupones que lleva un año sin dar buena suerte, la señora del kiosko de prensa tenía frío y estaba aburrida, con cara de tristeza, los bares son un reguero de público a la hora del desayuno, toman café con tostada, (muy típico); Una chica alta y rubia hablaba con su novio por el móvil, pasábamos, la oíamos, nadie le prestaba especial atención. Un moro vende alfombras de las que no vuelan y nadie le compra.
Las conversaciones tienen exclusiva referencia a los asuntos de siempre, un hombre muy mayor me pide dos minutos de mi tiempo, le hago poco caso pero le atiendo. Me ofrece, gratis, su mensaje para esta Navidad: “quiero ser feliz”. Y le sonrío con toda complacencia.

Ramón Llanes

domingo, 28 de julio de 2019

ELEGÍA POR ANTONIO SEGOVIA

ANTONIO SEGOVIA


Cuando alguien deja libre el hueco de la vida, como ayer lo hiciera Antonio, acostumbramos a mostrarnos generosos y en el adiós virtuamos en exceso los actos del amigo, bonificamos su existencia en halagos y nos sentimos más considerados y sobradamente afables. Ayer a nadie le fue necesaria la cuota de exageración para hablar de Antonio, a nadie se le ocurrió magnificar lo que ya él mismo había trazado con magnificencia. Se encargó de ser hombre y llegó a alcanzar toda la dignidad, al ser alcalde de su ciudad puso juventud y honestidad, en su profesión de abogado se caracterizó por su elegancia en el estrado y fuera de el. Y a la vida le añadió, además, su temple humano, su saber estar, su onubensismo, su pasión y un incalculable listado de bondades.
Antonio Segovia no pensará que le estamos admirando, creerá que le avisamos para el próximo pleito, para estar juntos en un homenaje a algún compañero, para conversar de derecho o para fumar un cigarro, como tanto le gustaba. Es ya eterna la costumbre de tener que dejarnos; a él le cubrían ochenta y tres años, quizá no era aún su tiempo, quizá para gente así nunca sea tiempo; deberían quedarse dos o tres vidas más, como ejemplo. 
Hemos de conformarnos con saber que se ha ido sin cerrar del todo su página y nos valdrán su estela, su carisma y su recuerdo, tan sobrados de riqueza.

Huelva. 7-9-06.

FANDANGO. QUIETA ESTÁ LA MADRUGADA


jueves, 25 de julio de 2019

BAJKO EL IMPERIO AZUL DE LA CORBATA

BAJO EL IMPERIO AZUL DE LA CORBATA.

Nos solemos distinguir por los signos de nuestros comportamientos, incluyendo las formas de vestir, el corte de pelo, el color del coche, etc. Somos parte de ese ritual que a la larga nos condiciona de manera positiva o negativa según se mire, entramos de lleno en la sociedad con esas costumbres ya adquiridas y nos sometemos a ellas aunque en épocas anteriores presentáramos actitudes más rebeldes.
Sin duda los signos externos de comportamiento también nos condicionan y nos definen.

Ramón Llanes.

miércoles, 24 de julio de 2019

NO ME QUITÉIS LA LUNA

NO ME QUITÉIS LA LUNA


No es verdad que se cumpla el cincuenta aniversario de la llegada del hombre a la luna porque yo personalmente, llevo ya 70 años en ella. 
No me han tenido en cuenta, 
quizá por mi espíritu burlón o por mi conspiración lírica, 
quizá porque sea para ellos una simple metáfora, 
quizá porque nunca volví y no tienen estadísticas de mi existencia, 
quizá porque solo la haya utilizado para mi propio beneficio, 
quizá porque ellos no sepan para qué sirve la luna, 
quizá porque los dos -ellos y yo- seamos muy vanidosos,
quizá porque desde la luna estemos esperando la Paz.
Por favor no me quitéis la luna, ella y yo nos entendemos.


Ramón Llanes.
Poetas en la Luna 23 julio 2019.
Centro de la Interpretación. Huelva.

martes, 23 de julio de 2019

CALCETINES

CALCETINES

A la izquierda del cajón de la mesilla hay un oscuro placer de rebuscos silenciosos, todo parece muerto o perdido en una nada destructible; pasan minutos y días y años y la soledad no se inmuta ni el miedo le inquieta, el trajín está en otros lados de la casa y en otras partes de la alcoba. Cuando la mano solícita toma cuidadosamente la ración de calcetines para la jornada, el ambiente se muestra alegre, pierde su opacidad, se despereza; los bultos toman formas de luz y pierden el color a sombra sostenida. Los calcetines vuelven a la vida, a una vida de abajo, a restregarse por la piel despierta, a calentar las manos de los pies y a preservar de insolencias la humanidad más oportuna del amo. 
La tarea requiere movimientos previstos y danza intensa; la calle impone lentitudes y prisas, pisadas y calmas, la calle tiene sus códigos que los calcetines conocen y se adaptan al tedio y a la armonía con toda dignidad. Antes de cerrados los ojos la mordida del tiempo conspirará contra aquello entendido como perverso en tal relato, sin corresponder con la docilidad aparente de los ajenos calcetines a tanta treta. Ellos están en su mundo de complicidad: a no romperse en el trayecto, a permanecer en su altiva humildad y a callar las dudas de dolor durante la querencia. 
Salir del cajón de la mesilla pudo ser un débito de la libertad que al amo correspondiera, merced a sus tratos tácitos y a sus atenciones. Luego se verán en el lavado con otras prendas para más amenidad y a la postre regresarán a su hábitat después de dejarse acariciar por la tierna paciencia de la madre y el deber habrá sido menos agónico, salvo que la picadura del uso haya deshilachado las puntas y deje herida y dolor hasta el próximo cosido. Los calcetines observan los modos de las personas con una perspectiva gigante, son ellos los reposaderos del camino y asueto imprescindible para esta supuesta manera de vivir. 

Ramón Llanes. EL CAJÓN DEL SASTRE

APUNTES DEL ESTÍO

APUNTES DEL ESTÍO


Se acerca la luz con rabia 
y aleja las sombras de la tahona, 
prende tiempo en las cales, 
amedrenta los ocasos tan largos 
y se comporta de ocupa invulnerable. 
Es la ficción de la luz, 
para que el pulso de los vivos se acelere cuando la barrunte. 
Inercia o destino, que gubia y sembrados aceptan, 
como barranco y abejas asimilan. 
Presume el estío de bisturí para quejas, 
echa luz y empacha rebeldías; 
domina el espacio solo con la claridad y aligera la calma.
Por el estío se trizan los espejos, 
se calientan ilusiones o se olvidan horizontes. 
Todo en uno, dejando caer la tristeza para la niebla, 
abrochando el botón de la nostalgia. 
Todo en uno hasta preguntarnos qué harán
con el sol que les toque; 
a dónde se avistará el amanecer más próximo; 
en qué remojo de playa se quedarán sus embelesos; 
si tendrá ella su tiempo abierto 
para tardes de odios al fútbol y remitirá la fuerza 
cuando se anime a comerse los versos; 
de qué estío tendrá la pluma el recuerdo en alza; 
a dónde irá el hombre que no encuentre misoginia o hipocresía; 
si será tiempo propicio para que el médico 
nos revise pensamientos con su buen modo 
y alguien deleite sueños de alcaldesas. 
Todo en un estío que se nos desnubla 
y nos adhiere a lo afable, a lo de casa;
a todo lo unívoco que inventamos 
para desaparecer o estar.



Ramón Llanes.

lunes, 22 de julio de 2019

LA GATA DE TRES PELOS


AL ATARDECER


AL ATARDECER.




No hace tanto frío para que te eches cuatro mantas,
no te acostumbres a dormir sola,
no pases por aquel lugar de los encuentros sin pensarme,
no inviertas en olvido los recuerdos,
no hagas como que siempre es de noche,
no me pierdas de vista, me fastidia,
no me tengas a tantos metros de ti, me enfada,
no me acaricies solo en tus sueños,
no pienses que ha pasado la tormenta,
no reines en otro lado ya reinas en mi corazón,
no hace falta que me mires una vez, mírame siempre,
no comprendo, no necesito, no soy, no te olvido,
no tienen prisa los atardeceres, yo tampoco,
no te he visto triste los últimos meses,
no me has creído capaz de saber pisar la tierra,
no has intentado hacerme feliz un siglo,
no te inventes razones para despedirme,
no tiene que ser como tú piensas,
no fui, por ti, a donde te encontrabas,
no me escondo de ti pero sufro si te veo,
no es una realidad esta separación es un mito,
no se debe llorar en carnavales,
no llores ya me encargo de ello,
no me pidas una estrella que te la alcanzo,
no me digas que se te acabó todo el amor,
no me envíes mensajes de silencios,
no te calles lo que querías decirme,
no llames a mi timbre, te sorprenderá saber que te esperaba,
no necesito que me busques un trabajo, búscame un beso,
no sabes que trabajo para ti,
no te vayas, aún tengo que decirte que te quiero,
no eran para mí las flores.

R. Llanes.

EL QUE LLEVA FLORES

EL QUE LLEVA FLORES

Con motivo del día de las flores



El que lleva flores de pensamientos,
azucenas blancas para este sur,
gardenias de América, como tú;
orquídeas y lirios, flores de viento,

margarita y dalias, halo y aliento,
en dinteles blancos la rosa azul,
hortensia y caricia fina de tul;
en el espejo clavel, aposento

de novias de sueños con amapolas,
con violetas y con girasol,
sobran lunas llenas con aureola,

jazmines, jacintos, sol y rumor,
fuente que se duerme con la farola
y amores que despiertan de pasión.






Ramón Llanes

domingo, 21 de julio de 2019

ANTES DE ESCRIBIR

ANTES DE ESCRIBIR

Para todos los escritores
en el día que llaman “del escritor”.


La motivación del escrito, del escritor, está en el aura interno de la prueba cotidiana, en los caldos donde se cuecen las insignificancias de un cualquier día que no se ha vestido para ser novio, cumpleaños, efemérides o domingo; a esos días sin señal roja, sin número especial. Se crea la idea, un palpo, la vuelta de consolidación, las respuestas y el resultado. De hoy, por ejemplo, antes de escribir, quien motiva es la rabia, -siempre tiene la rabia presencia en este sustrato de tierra tan en vilo-; la rabia, digo, porque surge punzante la leve agonía de obligar a superar obstáculos imprevistos, escríbase de quienes pronuncian discursos belicistas, para mejor olvidarlos.
Dígase bomba para no decir agua, tráguese la página mediatizada del diario más aliado, compruébese que a nada de menos nos venden respirar, póngase a la cola para solicitar seguir sobreviviendo en estado puro de ética, llévese las manos a la cabeza si solo le cae un casquillo roto de una guerra torpe. Y pregúntese luego, para su motivación en el escrito de antes de escribir, por qué no juzgan a quienes se hinchan o hincharon de “poder” dejando desastre en el reguero de la humanidad. Pero no se duerma tranquilo, hágalo también mañana.

Ramón Llanes.

A UNA MUJER




 A UNA MUJER

La espera nunca tiene melodía,
la música sin ti solo es ruído,
no escucho en la distancia tus latidos,
tu voz me duele siempre a lejanía.

Tus manos, ¿se olvidaron de las mías?,
¿se fueron los recuerdos al olvido?,
¡paloma que rebuscas lo perdido
envíame calor de cercanía!,

atórame con plumas en tu nido
que no sea presagio de osadía
el vuelo de mensajes no queridos.

Al sur de la planicie de mi ría
con agua de salitre y colorido
haremos palomar de fantasía.


Ramón Llanes. Abril 1996.

sábado, 20 de julio de 2019

SONETO AGRADECIDO


SONETO AGRADECIDO


Me iré del hospital como viniera,
quizá con menos piedra y menos miedo
llevándome en el alma y el recuerdo
las gratas atenciones que me dieran.

Desde el doctor Carranza que pusiera
su experiencia al servicio de mi cuerpo
forjándome la paz de aquel momento,
curándome del mal que padeciera

hasta Alicia, amable aliviadora,
Manolo Gil, loable compañero,
al personal de planta y enfermeras,

para todos mis gracias, mi respeto,
por vosotros la pena mereciera
sondas, dolor, espera y suero.



Ramón Llanes 6-3-1996.
Operación de hernia de hiato.
Hospital Juan. R. Jiménez.

SONETO AL DIVENÍ

AL DIVENÍ


Admiro “el Divení” emparejado
entre mujer afable y caballero
y nombro con Andrés, Paqui Borrero
y a Mari que la pongo con Delgado.

Aparicio y Manoli se han quedado
llevando la cabeza del cuarteto,
a Joaqui con Ortiz, ahora los meto
con Simón y Juani, bien rimados.

Tomás y Josefita no se escapan
y tampoco Josefa con Rosendo,
a Rojas que lo caso con Fernanda

a Manolo con Juani, por supuesto,
a Pedro con Manoli en esta tanda
y doy por dedicado mi soneto.







A mis amigos del Divení.
Ramón Llanes 9-3-1996. 

viernes, 19 de julio de 2019

DICEN DE LA PAZ

DICEN DE LA PAZ


A la caída del sol 
los oráculos aparecen sin incógnitas 
en cualquier vocerío de norte a sur 
para maldecir el contenido trémulo de las palabras. 
Y dicen de la paz, y la nombran y la maltratan.
De esa paz que siempre es añoranza 
cuando más, utopía; 
de la paz intrépida en la región alta, 
de la paz templada en las bajas tierras, 
de la paz nostálgica en los sitios de médanos y algas, 
mar en señas de paisaje; 
dicen de la paz como si cada voz fuere un logro 
y quedare en el casillero personal 
a la hora de dignificar el currículo pero la manchan.
Cada uno la refiere en adjetivo distinto, 
todos desaciertan, todos la pudren, la contaminan.
¡es tan fácil conversar de la paz que no existe¡.
Y la paz pulula, está viva, se mueve entre nosotros,
mientras que el parecer general la estima remiendo de la vida, 
al momento que suene un globo a roto, que cante una lágrima,
un cohete que se enfurezca, 
un telediario de imágenes oscuras. 
Vienen a decir lo mucho de la paz deseada 
o más que deseada, cultivada 
en el discurso o dotada de rabia disparada 
o con olor a tripa suelta. 
El contenido y el resultado no son el medio ni el fin, 
son el eco y la resonancia,
la crema que queda de la noticia. 
No vale el ¡haya paz¡, sino ¡hagamos la paz¡, ¡inventemos la paz!.
Siempre dicen de la paz improperios 
y a quien la miente ni destierran.
Aún nos volvemos a la alcoba 
después de los oráculos 
dudando de si es paz el brebaje actual 
que hacemos para los niños 
o se trata 
de una burda copia de otra mentira.


Ramón Llanes. 

miércoles, 17 de julio de 2019

NOTICIAS


NOTICIAS

Las noticias de estos diarios se acumulan y aniquilan los sentidos de quienes divagamos por estos andurriales, juegan a conseguirnos y nos ofrecen mucho más de lo que queremos y necesitamos pero nadie sabe convencerles de esa torpeza; somos el enganche y la meta para el poder escrito, hablado y televisado, a cada instante nos ponen al día de la vida, nos cuentan que fulano dice, que mengano dice, que zutano dice, y siempre dicen lo mismo y siempre nos ponen el rostro con su nuevo afeitado, su corbata distinta y su posición aventajada en las encuestas, nos hablan de todo, incluso de pormenores insulsos para la convivencia pero no han anunciado los medios que ya han llegado las golondrinas, los ruiseñores y los vencejos a pasar con nosotros el estío, a ponernos otra música a nuestro desteñido espacio.

Ramón Llanes.

A MANUEL VÁZQUEZ DEL PINO. Soneto




A MANUEL VÁZQUEZ DEL PINO

Con motivo de su reconocimiento
por el Ayuntamiento de Huelva.



Nada falta ya para tu equipaje
tan repleto de todo lo ganado
has puesto tu respeto en el calzado
y el corazón entero en el viaje.

Tú sabes el por qué de este homenaje,
hiciste muy posible lo soñado
a base de ser un perfecto humano
igual en la calma que en el coraje.

Manolo, obedeciste a tu conciencia,
con el honor que llevas por bandera
alcanzas hoy toda la excelencia.

Soñador de tu Huelva marinera
capaz de enriquecer esta existencia
a todos cuantos bien te consideran.




José Manuel Rodríguez Gómez
Huelva 10 de abril 2019.

EL NIÑO Y EL MAR

EL NIÑO Y EL MAR



Recuerdo un paso de trenes, la barrera bajada y mi abuelo durmiendo con la debilidad de sus años en el asiento trasero del coche rojo que nos conducía al infinito mar tan esperado. Yo llevaba los ojos más abiertos que el día, eran casi las doce de un trozo de verano, el curso me trajo notas que empujaron a mis padres a colorearme el mar en los sentidos, promesa a cumplir un sábado de julio recién marcados doce años en mi agenda, doce años en espera de un sueño.
Subió por magia la barrera, corrí los deseos hacia la última duna que aún me impedía divisar el horizonte azul tan largo y tan descrito por mi abuelo tantas veces en tantas noches de invierno. Los ronquidos no desviaban mi atención del paisaje de pinos que comenzaba a trepar por los costados de la carretera y la metían en una boca verde inmensa y calmada como cuidando la tierra de la calentura del sol creándole un nudo de sombras calladas y expectantes. A este lado la tierra al otro lado el mar, quedaban rectas y curvas detrás de los esteros a poco más de unos minutos que se me hacían tristes y dolorosos. Llevaba sangre infantil de doce años, la ilusión de un preso el día de su salida de la cárcel, el cosquilleo indomable en las manos y una prisa incapaz de disimular. Ellos hablaban, yo arañaba el espacio, quería adelantarme al aire con mi ingenuidad de niño, me pensé perseguidor de los pájaros, solo llegar colmaba aquel momento de mi vida.
El coloso pinar no se acababa, seguía sin saber imaginarme una llanura de agua, ¡qué extraña sería una llanura de agua, sin árboles, sin montañas!, el vaivén del tiempo, de mi tiempo atareado me traía más ansiedad, me ahogaba la incalculada lejanía, huí del miedo al fracaso convencido de mi sorpresa cuando mis ojos tocaran por primera vez el mar.
Apareció la última duna, me levanté del asiento en señal de un triunfo impensable, desperté a mi abuelo y le abracé gritando mil palabras, una tras otra, sin necesitar respuesta.
Recuerdo que enmudecí cuando el mar y yo nos miramos. ¡El mar!, ¡mi soñado mar!.
Nadie había sido capaz de describirme en doce años aquel misterio interminable; ¡es más grande, más azul, más poderoso!; nadie mejor que mis ojos.



R. Llanes. 15-10-06.

martes, 16 de julio de 2019

VOS.

a). V:O:S

Azul no es el mar por sí solo,
es por capricho de color
que roba al cielo,
ha perdido
la insinuación, también
este enigma que desluce el poco pasado,
ciega el futuro,
se queda en proyecto
y acaba soñando no haber sido.

Ramón Llanes

VERSOS DE BITÁCORA II

VERSOS DE BITÁCORA (II)


A pena por centímetro,
hoy, que hipoteco las quimeras,
los sueños se desmayan
en la mente, los genes se tumban
a la sombra,
abril queda tan lejos como la rosa,
para dedicar una canción
me falta tiempo
y no le pongo cara de bondad
a mis deseos.
A dolor por paso
es el tributo del miedo
a perderme en la náusea precoz
del cuarto olvido
a quien tuviera valor para empeñar
en el declive de una sorpresa,
el golpe que tiende la luz,
el desacato a la risa,
la muerte merodeando la esperanza
y los vivos sin senos
para entretener la tarde de un sábado
cualquiera. Qué brebaje de insidia
le habrán puesto los demonios
a mi melancolía¡.

Ramón Llanes

VERSOS DE BITÁCORA



VERSOS DE BITÁCORA 

(&).
Es la misma travesía,
los mismos átomos, los recuerdos,
el cajón de las herramientas, la cola,
los mismos pensamientos.
Hoy más larga singladura, más severa,
va quedando menos tiempo
escasean las fuerzas,
el agua es aún la misma.
El horizonte ha mermado el interés
del navegante, casi no ambiciona,
casi existe solo en la ilusión
mientras la ilusión es apenas una ola,
un semicírculo corto,
un gesto de la mar del deseo.
Desde la proa de la nada
asigno mis versos a bitácora
añadiendo la bandera del perdedor
con un jazmín al desespero.
Traen las aguas un triste olor
de atonía y miedo.

Ramón Llanes.

lunes, 15 de julio de 2019

COMPAÑERO DEL ALMA (soneto)


MONTES DE SAN BENITO


CAVILACIONES DEL DÍA

CAVILACIONES DEL DÍA.

Me he sentado a la par que el libro
para tres palabras de envidia,
para soñar, si puedo, tres veces igual,
para aterirme a un cansancio de valentía.
Hoy se me cayó el sentido de vivir
en tres burdas ocasiones,
en tres miserias.
Un saludo incompleto,
una ignorancia,
un mal resultado.
Menos que llorar es cualquier cosa
y yo siempre soy menos que mirar,
que ni a mirar me atrevo,
siempre menos, siempre menos,
acostumbrado a poco más.
Me han llovido las ganas de un borrón al día
pero me vino ciego y sin sombras,
atardeció como si nada
mientras en su mesa sobraron tres migajas
de nada.
Me ha faltado tiempo para tomarle el cariño propio,
para enterrarle también me faltó tiempo 
y para odiarle.
Le dejo una página blanca en el diario
borrados los números de las fechas,
tachadas las horas, roto el santoral.
Y mañana lo hará bueno, si cabe, si tiene oficio,
si le sobran tres rayas para escribirle el atardecer.
El futuro solo recordará la tristeza,
jamás existirá para los poetas,
jamás vendrá a reinar en trápalas y maldiciones,
se le partieron tres motores de andar
y dejó aceite en los arcenes,
manchas negras, calenturas.
Ni un adiós cerrado ni un bostezo,
ni una pantomima, ha merecido.
Con tres pésames le arriendo el olvido.

Ramón Llanes.

sábado, 13 de julio de 2019

CIERTO OLOR A MARISMA

CIERTO OLOR A MARISMA


Eternamente marisma, piélagos, humedales, lodazal y equilibristas del fango . Marisma en plena comunión con eriales de estopa, angosta paz irritada a fuego y satisfecha por especies en reproducción anunciadora, consuelo del sobresalto en cualquier pulmón que mira a Huelva, allá por las bacutas despiertas y los ánades, y no más que las funciones oficiales deshaciendo libertades. Marisma con encías de odieles y tintos unidos en la misma respiración, cuando a propósito la mar les estorba y les requiere.

Cierto olor a enjambre de olillas desquebrajadas por la parsimonia del hedor que agota. La vida en la marisma comprada cada día a precio de escondite, sufre miocardios de estrés y suele moverse y revivir por no irse.Tiene poco espíritu el agua, no se afeita con brochas de espuma, calla, presume una soledad de vaivenes a los ritmos luctuosos de dictadoras mareas, tan lejanas. Fuerte olor a marisma agallando en los témpanos agoreros de abundancia. Olor a brea suelta y a pócimas de sal, olor a costumbre, a fresco, a citrato de niñez empuñado en los ojos rizados y verdes del tiempo bruto tan sordo a la eslora, tan rácano al espacio.

Huelva no equivocó el paisaje, se confió a la suerte de los pretéritos y nació apática, agradecida y suficiente; ganó remos y compró gentes; sufragó las comodidades y las luces hasta que se llenó con la misma vida que proporcionaba los humedales para erguirse en todas las orillas.

Esta ciudad, rica en palpitaciones, es umbral para sortear islotes y meteoros; acoge, recibe, entretiene y colecciona a advenedizos como entrega maternal que obligara el apego a la marisma. Es nuestra opción primigenia, el valor calado que nos presenta diferentes a fenicios antecesores, romanos, árabes y tartessos; ya somos ribereños de marismas de Huelva, de tez sólida, mirada abierta (como la mar) y actitudes ganadas a las convivencias. Es la Huelva nueva, ya brotada, ya esparcida en las colonias mismas de la hospitalidad para que quien se marche salga llorando. Esa es motivación de orgullo; que Huelva, siga oliendo a marisma, siga estableciendo pautas de diferenciación con quienes nos conquistaron.Ahora vale. 
.
Ramón Llanes. 

AL DÍA DE HOY

AL DÍA DE HOY


El tiempo no es versátil, no evoluciona, no tiene nostalgia. Pero el tiempo no engaña, no aprisiona, no es cobarde. El tiempo respeta nuestro parecer y permanece inmune a los acontecimientos. Me he fijado que cuando la vida anuncia soledad el tiempo me pone la misma cara que cuando me indica alegría.
Al día de hoy cualquiera querrá ponerle sumisión para que responda con excelencia, porque el cauce es el indicado, pero el tiempo no se inmutará para complacer a cualquiera, el tiempo vendrá como vendrá. Porque el tiempo es el alma de esta existencia y tiene el don de hacernos a su modo y manejarnos. 
Y todo lo sucedido queda en su segundo plano si el tiempo quiere, así que dedicaré al día de hoy todo mi experimento con sabiduría y capacidad para evitar que el dichoso tiempo me lo estropee. Que me deje, la brújula del tiempo, componer mi día, mi lectura, mi fútbol, mis pasiones, sin sobresaltos.


Ramón Llanes