RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

domingo, 31 de octubre de 2021

BRINDIS LITERARIO EN MOGUER

 
BRINDIS LITERARIO
(Burros Verdes. Moguer 30 octubre 2021).
 
Buenas noches. Sea húmeda la palabra, útil el pensamiento, libre la voluntad y sean los poetas del mundo los salvadores de las distancias y los amaneceres. Sean los libros parte del equipaje o el equipaje completo y sean hoy Verdes los solsticios que en Moguer pongan arenilla en los ojos y alfileres de seda en las páginas de la vida.
 
Dicen los niños que los libros
son sombras de dioses y se duermen
pensándolas, que las madres son libros abiertos,
que los libros saben amar,
dicen los niños que se han perdido
en la oculta emoción de un libro.
 
Y antes de que los niños y los libros sigan soñando habrá que ponerles al tanto de nuestras celebraciones, que sepan que respiramos y que nos movemos para evitar la desidia, ellos deben conocer el por qué de nuestras cosas, de que a pesar del cambio climático, de las voces altaneras, de los murmullos y del cambio de hora, los verdes del pueblo continuamos llorando y riendo en la búsqueda de los libros de ética, de poesía y de aventuras, que lo sepan ellos, que nos buscan para abrazarnos y nos desean lo mejor.
Y antes del inicio del curso han de saber las mujeres del mercado que existen en los versos y son versos que se meten en los canastos, que las mujeres son versos inquietos que libran ternuras y que muchos hombres brindan en cada instante por los libros.
 
Conversos libros,
serios, comprendidos, exigentes,
promiscuos, lindos,
extraños hombres
entre  grandes libros,
historias en letras,
los libros siempre se abren
por la página de la vida
de cada cual.
 
Y han de saber las paredes, las enredaderas y los viñedos que hoy no se cierra un sueño, se abre una página, porque el futuro tiene sangre nueva, pasión en uso y agallas crónicas
en sus rebeldías; que seguirán los pozos con su agua y los rapsodas con sus versos, que continuará el ensanche hasta la demolición de las maldiciones y las felonías. Han de saber los equinoccios que en las sombras luneras, a horas de templanza, llegaron.
 
 
Vinieron los burros,
se tragaron los libros, verso a verso,
fueron las páginas el hambre,
confundieron con carne las metáforas,
se comieron las hojas en cuadrículas,
los índices como postre,
acabaron el festín
rebuznando con orgullo en todas las farolas.
 
 
 
        Y entonces abrió el lector la primera inmortalidad del poeta, el verso inmortal que acechaba los gremios escondidos de la memoria, abrió el lector la página sensorial de la vida formada por búsquedas y encuentros ante la dolencia de ambas; las letras del poema tienen esa acepción íntima que se escribe con más parte de alma que de pluma y se sostiene en el reto más inmenso de saber entenderse con la tristeza. Y vio el lector el paisaje anclado en la querencia, la madre como primigenia razón, los juegos que valieron un tiempo de historias para poder contarlas al hilo de una corpulencia de pensamientos. Todo se ha hecho más grande al pintarlo en el blanco y vestirlo de verso, todo aquello que durmiera significa ahora la fracción más golosa del libro. Abrió el poeta su ductilidad, su armonía, todo su canapé de emociones para asentarlos en su horizonte de sueños.
En la generosidad de estos versos leyó el lector las manos del poeta, los ojos tan abiertos del poeta, la soledad tan asomada del poeta;  el renglón multilateral de un poema único que se descifra a través de los rasgos que caracterizan sus creencias en la libre disposición de su vida trasladada desde la génesis a la soberbia, a la osadía, a los pasos utópicos o desde aquella deleitosa amalgama de raíces que forjaran su propia solemnidad.  Se fue haciendo poeta en el poema, metáfora en el verso, comprendido en los atardeceres; fue el poeta quien vino fuerte para solventar las dudas,  el mismo poeta –con arrojo y coraje- el precursor de sus lances líricos para devolver a la gratitud su admirada bonhomía.
Están contados todos los versos en una lista útil para ser sabidos. Ha germinado esa facultad sana de escribir para uno mismo con la seguridad de saber relacionarse  con la multitud o con una parte aliada del mundo que le ocupa. Al leerle los silencios se le entienden los márgenes o dígase que todo son crepúsculos que vienen a hacerse en la prontitud de una tarde que nunca sabe comenzar. Y fue para el lector una algarabía de sensaciones distintas y nuevas perfilarse como buceador de las insinuaciones y premuras que el poemario había sugerido en su clase de melancolías.
Te propongo un lugar y tú me asignas unas palabras, organizamos un encuentro para vernos con otros rebeldes, caminamos con la prisa en los ojos y la calma en la razón, nos invitamos, habitamos la casa del mundo, la nuestra, hecha con vigas que son papel sin hacerse, escribimos en el techo, miramos las rendijas, partimos el pan y repartimos las migajas, avisamos a los pájaros, a los burros y a los chuchos perdidos, desistimos de ponerle nombre a las calles y brillo a los espejos, nos dedicamos a buscar libros en las cornisas, en los doblados y registramos toda las habitaciones.
 
 
Solo había libros en la casa,
el zaguán encuadernado con ribetes
de purpurina imitando lomos de oro,
el salón un inmenso libro blanco,
los otros libros conducían a las estancias de arriba,
un libro era una alcoba de amor cerrado,
los baños eran húmedos libros
con señas de perfumes.
 
 
La cocina olía a libros recién hechos,
hasta que entraron los hombres
y robaron los relojes,
se llevaron las cortinas, los estantes,
las mesas e incluso las hormigas,
dejaron intactos todos los libros
deshonrando a la inteligencia.
 
Y se hizo un vacío incomprensible. Habrá que llenarlo de nuevo con los alimentos y las pócimas ardientes para los visitantes a nuestra casa, habrá que pensar. Se nos ocurrió evocar a Góngora, a Cervantes, a Neruda, a Gabriela Mistral y a Juan Ramón y se asomaron al postigo de la casa que habíamos diseñado en el Moguer más cálido; se sentaron con nosotros y el resultado es el ahora que compartimos y nos colma de emoción y alegoría al bienestar. Se nos llenó el patio de caras conocidas que amaban las letras y querían estar con nuestros evocados personajes, hasta miles contamos; recuerdo que llegaron con vino Almanza, Cristóbal, Alfaro, Ropero, Guzmán, Drago, Zenobia, Orihuela, Guevara, Aquino, Inés; trajeron castañas Muñiz, Mario, Garzón, Felisa, Joaquín, Carmen, Vargas; con chacinas, Luna, Casto, Javier, Hipólito, Tristancho, Moya; con oro en las manos vinieron Wilkins, Durán, Mayorga, Simón, Toti, Isabel, Llanes, Almeida, Alfonso, Rosario, Izquierdo, Vanesa; sabor a marisma en la emoción traían Cózar, Alfonsa y Villa; del Portugal amado se apuntaron, Clara, Cabrita, Áurea, Estevao; Los enamorados Elizabet y Arellano, Bardallo, Gaby, Medel, Andivia, dejaron  Sevilla por unos momentos; de la mar, Manuela, Eladio, Azaustre, Clemen, Saldaña, Rúa, Thassio, Luis; de Huelva, Lara, Ávila, Pedrós, Adelaida, Cáliz, Pazos, Loli, Veiga, Deacracia, Jackie, Leblic, Zaíño, Romero, Emilio, Cristi, Esther, Raúl,  Bellido, Coronado, melocotones trajo Pepa. De todos rincones aparecieron libros con poetas en el alma, Marialuisa, Mairena, Piquero y comenzaron a reír en verso, a columpiarse con octosílabos y a cantar en sonetos con música del Capelo más tierno, de Matumena, de Llanes, de Alonso, Alabarrán, Bárbara,  se agitó más el fuego y el tiempo quedó hechizado con un apóstrofe en el semblante. Se acomodaron los editores, Versátiles, Niebla, Pábilo, Apuleyo, Alud, El Libro Feroz y para que nada faltara La taberna del Libro puso su credencial de acogimiento. Y aquello pareció un AHORA en Moguer con olor a crisantemos y endecasílabos soñados en homenaje a la vida y el poeta brindó por los suyos en plena conciencia de lírica y libertad.
Y antes de cerrarse el lluvioso día Miguela recitó el último poema:
 
 
Las flores del jardín son libros sembrados
que se nutren de la tierra,
gustan de ser olidos, acariciados,
es la primavera quien nace las hojas,
es el otoño quien las cierra,
es la vida quien las escribe.
 
 
Y de pronto estaba rebosando el lugar de tanta presencia, de tanto entusiasmo, como un bulevar en un paraíso con amor y sombras y versos y dignidades.
 
 
        Ramón Llanes
        Moguer 30 Octubre 2021.

 

 

MOMENTOS QUE AGITAN EL ALMA

 


MOMENTOS QUE AGITAN EL ALMA

 

Fue en Moguer adonde fui citado para realizar el brindis final en el 14 Encuentro de Verdes Escritores y Creadores, fue allí cuando el muy ilustre y admirado José Manuel Alfaro  tuvo la estimulante osadía de otorgarme El Premio al Merecimiento Cultural de 2021, llenándome de más complicidad con la cultura que a mí me viene de “perillas” porque la amo desde todos sus ángulos. Por lo bien que me siento hoy y por agitarme el alma, gracias José Manuel y gracias a Mairena y a cuantos conformaron el acto y dieron sentido poético a la lluvia de ayer.

                Ramón Llanes. 31.10.2021.

LO QUE LA NOCHE LE DEBE AL DÍA

 

LO QUE LA NOCHE LE DEBE AL DÍA

 

Me he fijado en tu cara de sorpresa al verte llegar acomodado ya a esta finura del pensamiento haciéndote en la gama impresionista del verso como un entendido más; me he fijado cómo un casi neófito como tú, no hecho a esta extraña aventura de coquetear con la lírica, ha desarrollado su ciclo experimental; me he fijado cómo habrán sido los  pasados momentos con el libro en el armario y los amigos incitándote con la jerga de la impaciencia con aquello: de qué va el libro, desconocía que dominaras también el arte de escribir, en qué te inspiras, habrás escrito del amor, y tú con la media sonrisa, calle abajo con un entripado de pudor en el ombligo y una mucha dosis de satisfacción en el alma sabiéndote dichoso y respondiendo con un ya verás, no te lo pierdas; me he fijado en estos últimos momentos de tus preparativos con la encuadernación, las correcciones, celular en mano controlando los ritmos y te he imaginado corriendo de acá para allá, con tus nervios a medio hacer y tus sueños cumpliéndose; me he fijado en aquella tarde de cuando aun era estío y andábamos con calzón corto por los andurriales del tiempo y me llamaras para solicitarme opinión y yo te la diera poco después con un alegrón casi de susto por la coincidencia y la complicidad en el sumidero de los versos; me he fijado en todos los ciclos tuyos del antaño reciente, de cuando habláramos tanto de que el arte está en las personas sin necesidad de uno u otro disfraz de escritura, pintura, música o escultura; me he fijado en tus prolegómenos de zagal con un montón de ilusiones que ahora reflejas en estos pájaros al vuelo; me he fijado en tus colecciones de prosaicas verdades en la vida y de cómo en tus cercanías de pueblo pusieras los mejores afectos; me he fijado que ya está todo dispuesto en esta liturgia de la libertad de la palabra, la escena con sus sentimientos, la efeméride condensada en el homenaje a ti mismo y a la obra que acabas de finalizar y hoy presentas a los tuyos más leales, amantes de estar contigo y de tus cosas; me he fijado en los motivos tan nobles que te han empujado a empeñarte en esta grata aventura; me he fijado que aquí están todos, tus familiares, tus amigos, tus zalameños queridos, las luces propias, los asientos ávidos de gentes, la armonía que transmites; me he fijado que tu Carmen y tu Vicente ocupan la primera fila y sonríen de placer aunque estén llorando por dentro. Y yo aquí hablando y hablando.

 

            Ramón Llanes. Zalamea 28 octubre 2021.

viernes, 29 de octubre de 2021

MUJERES

 MUJERES

 

 

            Cada vez más oscurecida la conciencia de los violentos, parece; cada día se abre una tumba más, producto de incapacidades e intolerancias, parece; el mundo no aprendió los mensajes de la vida, los hombres maltratadores no aprendieron las consecuencias de la muerte, las mujeres siguen estando solas en la protección, parece. No han ocurrido venganzas para que aumente en cada minuto la hostigación y el miedo, las culpas no están repartidas y se centran en los mismos ejemplares, parece; el hombre pierde valentía por momentos, se ciñe el terror a una causa equivocada, las llamadas de atención son inocuas, parece.

            Hay un mundo por hacer, delante de los ojos se destrozan los amores a base de insultos insoportables y los caciques de la brutalidad pasean su inmunidad por las narices del universo sin esperar siquiera un reproche o una bofetada; es significativa la luz que descubre los golpes y los arañazos que la noche pone en el bello rostro de la mujer dormida. Nadie sabe hasta cuándo la omisión de la sociedad por erradicar estas soledades, esta lacra extendida que destruye sueños sin importar; hasta cuándo la incivilización sostenida con sus moldes casi aceptados.

            Apenas un asomo de maldad debería aparecer el resorte social de condena, como un mecanismo automático que respondiera antes del primer guantazo para enmudecer el siguiente y nunca llegar al emblema del dolor. Existen medios para conmutar la crónica intranquilidad por certidumbres y calmas. O habrá que inventarse otra dinámica activista que incardine esta hiel maldita a momentos de felicidad. Quizá se atreva el hombre a luchar contra sí mismo en terrenos que nadie debe pisar y en respetos que otros no deben hundir.

            Esto es un almacén de convivencias necesarias donde a cada cual toca un día misión de ser bueno o mejor y donde ningún cada cual aprisionado por la diablura de la violencia contra otros seres tiene cabida para estar en los elegidos. Han de saber de la repulsa anterior y la inmediata y la posterior y tener firme conocimiento de convivir con seres iguales. Ay, si fuera posible fumigar diariamente el aire contra la insidia de los pensamientos!. Acaso ellas pudieran continuar soñando.

 

 

 

            Ramón Llanes

DE LO HUMANO

 

DE LO HUMANO

 

         Arriesgarse a escribir del temple en la calle treinta y dos de la manzana este del barrio nostálgico de una ciudad vieja, con ojos en el puente que indica el paso del río, los nubarrones en el sitio de siempre cortándose intencionadamente la luz a la hora más fría del día más frío, costando una inmensidad poder calentarse la única cacerola de la subsistencia, quedando helados los niños en el salón sin cortinas y lleno de miedos, arriesgarse es notorio. No hay luz en casa, vinieron a desarmarla, se llevaron el calor y dejaron más miedo, se quemaron de indiferencias, cerraron las puertas para que no entrara el frío que ya vivía allí y tropezaron también con el hambre de enero en aquel almacén de cuerpos inanimados por la dureza de la insolidaridad.

            Falta sangre de cero negativo en un hospital del barrio nuevo, aquel que se divisa cuando se cruza la rotonda de la escultura de un militar condecorado, un sitio donde se padece la multiplicidad del dolor que se quema y contagia de dentro afuera como una cascada de fuego, allí mismo, en ese hospital donde tantos sueños se quedaron, donde no han cortado la luz porque falta sangre de cero negativo y esperan que llegue un compromiso con urgencia.

            Avisan, mientras, en los plasmas, que la vida se pone cada día más fácil, que es una realidad encontrar un hueco en cualquier hueco, que se acabó el deshonor en el salario y se acabó la tristeza en los hogares. Y avisan que, pronto, por esta condición de progreso, por este estado de gracia venido a más, por tanta dulcificación en el entorno, por las penas pasadas, por la voluntad de los gerifaltes, anuncian convocatoria de elecciones para sorprender al enemigo -que es el ciudadano-, para concederse un nuevo baño de multitudes a los victoriosos, para deleznar con más poder las ejecuciones, para que se pueda cortar la luz sin riesgo jurídico, para que siga faltando sangre y medicamento de hepatitis, para que la sociedad apruebe las conductas y para que todas las cosas tengan un soporte de justificación suficiente como para evitar una manifestación, una protesta, una demanda o una cárcel.

 

            Ramón Llanes.

jueves, 28 de octubre de 2021

LAS CONSIGNAS DEL ARTE

 LAS CONSIGNAS DEL ARTE

 

 

         La velocidad no evita el arte, tampoco la calma es su presagio. El arte tiene ese don de misterio que deviene fiel al orden, al pensamiento, a la inspiración, a la habilidad y al conocimiento. Me interesa el arte humano, el arte de la perfección en la humanidad de los seres que nos habitan la parcela donde nos habitamos. Respiramos arte o mediocridad dependiendo de quien tengamos en la convivencia; somos fugaces o perennes según aquello que estemos pretendiendo desde el inicio.

         Mi arte admirado proviene de sueños bien cumplidos, de delicadezas en el trato, de educación en las relaciones -todo esto es arte-, de servicio a la comunidad en todos los planos, de compromiso en la mejora de la sociedad, de ...miles de formas que empiezan y acaban siendo puro arte. Un cuadro que emocione puede ser arte, un beso que exprese amor, también; una buena fotografía puede ser arte, un detalle de honestidad también; una escultura puede ser arte, un abrazo también; un buen poema puede ser arte, un impulso de generosidad, también. Y toda la vida amando es la más alta distinción del arte.

         El arte como medio para lograr mejores cotas de bienestar y felicidad, en todos los sentidos que dejo en esta cartera abierta de pensamientos, pretendidamente artística.

 

 

 

         RAMÓN LLANES  

martes, 26 de octubre de 2021

EL VERTIDO

 
EL VERTIDO.
 
 
Hago acopio del vertido,
primero las hojas escritas, las palabras,
el entusiasmo. De aquella templanza
traída en los ojos, de aquella forma del abrazo,
del propósito que precedió al equipaje
hago acopio. Es, como quisiera, memorándum
de un calígrafo que todo lo escribió con besos,
con letra indígena y vanidosa.
Hago también acopio del vertido del tiempo
que nos apeó de la distancia,
nos alertó del miedo, nos montó
en el tren de los invitados, en el vagón
especial de las pasiones. También de lo vertido
a la nada, hago el acopio
para reservarlo del olvido. Del impulso
entregado a la libre voluntad del amor,
de los sentimientos, hago el más íntimo acopio
por si un acaso estrena la puesta de largo
que tanta vigencia tuvo en nuestros sueños.
De ti hago acopio, en toda tu reserva
que te convierte siempre en esperanza
para la casa del hombre
que se volverá tierra en cualquier vertido.


Ramón Llanes

lunes, 25 de octubre de 2021

DE CÓMO GESTIONAR LOS BESOS.

 

DE CÓMO GESTIONAR LOS BESOS

 

 

         Puestos a pensar, desde la comisura izquierda del labio de abajo, las sales que provocan los placeres sensuales del beso están formadas de una infinitud de moléculas ricas en azúcares que se reproducen con el contacto entre labios y otorgan una delicada fragancia de bienestar, especies extrañas que circundan la piel hasta imprimirla de todos los sabores exquisitos que caben en la exageración pura de un encuentro llamado beso.

         La gestión de semejante fórmula de placer se lleva a cabo solo con las personas que están configuradas en el más cercano ámbito de intimidad. Las sociedades -avanzadas o no- censuran los contactos tan plácidos y atractivos entre labios de bocas no ajustadas a unos cánones morales o costumbristas por entenderse como formas de posibles transmisiones de enfermedades latentes que se propagan con las glándulas salivarias con probable provocación de infecciones. El beso no ha sido sinónimo de constante transmisión vírica ni figura como acción que la medicina expresamente rechace en evitación de tales trastornos.

         Las reglas del beso son consuetudinarias, exentas de tratados y disciplinas; el beso es un signo inequívoco de afecto, de entrega, de amor -en el mayor de los casos- y está desajustado de las normas para su necesidad. Mas qué dulzor y complicidad produce, qué deleite para quienes se enfrascan en prácticas intensas de su uso. Y el beneficio colateral que deja, en su espiritual órbita, no admite comparaciones con otras opciones de estrechamiento de sentimientos entre personas. El beso es el prototipo del amor, el signo de la pasión.

         Instaurar el impulso de los muchos condimentos positivos que contiene el beso, qué mal endémico o trasnochado ha de traer a esta criatura moderna llamada sociedad actual, qué desorden, qué miseria. Como tener un pasaporte para visitar los mundos, gestionar la utilización del beso en términos menos intimistas, será señal de evolución y avance en la difícil tarea de vivir.


Ramón Llanes.

domingo, 24 de octubre de 2021

AMOR CONTADO

 AMOR  CONTADO

 

         Cualquier sentimiento de felicidad, alegría o emoción experimenta un salto cualitativo y aumenta si es contado o compartido con alguien, de igual manera que cualquier sentimiento de dolor o pena disminuye al ser también contado o compartido. Dedúzcase que a pesar del arraigo como seres individuales que somos, tenemos esa cuota impresa de solidaridad de la que unas veces hacemos gala y otras reprochamos.

         Cuando pienso en mí, me cuento cosas que me elevan mi nivel de autoestima y las menos de las veces, al pensar en mí, me vienen recuerdos o pensamientos que me derrumban. Estoy en esa línea irreal de la incomodidad unos momentos y en la otra de placer, otros momentos. Cuando pienso en tí, amada mía  o tierra mía o madre mía o sueños míos o patria mía, recupero mi estado más natural y acuno todas las formas de esperanzas, todos los proyectos, todas las palabras de buenas entrañas y lucho o escribo por agradarte; eso intento cuando pienso en tí.

         Cuando pienso en nosotros le pongo un subrayado en rojo cálido para que podamos prescindir de flecos que hielan el alma de todos y de sustos y soberbias que sacuden nuestro interno suburbio de paz. Y sé que nosotros somos el alimento germinal de este amanecer llamado vida.

         Este sedimento de amor o millones más que se están convirtiendo en felicidad ahora mismo en lo más honroso de los sentimientos míos o en los tuyos o tal vez en los nuestros, es mi cuento de ahora para conseguir que compartiéndolo, se exceda en aumento y eleve el sentido más puro de nuestra realidad. Hagamos constar nuestro desprecio por el hedor de la pena que nos subyuga o contémosla también para que se desmerezca a sí sola, disminuya y desaparezca de nuestro panorama de luchas.

         No sé si pensando en nosotros lograremos diseñar un zaguán más amplio, con mejores escaleras, mejores gentes y más amorosamente soleado que este viejo que  ahora tenemos; yo llevo años en este empeño.

Ramón Llanes.

sábado, 23 de octubre de 2021

EL FRACASO DEL TORERO

EL FRACASO DEL TORERO



Maestro, andamos un poco perdidos en naturalidad y cordura; fíjate que me ha recordado el escenario actual de nuestra connivencia a una corrida de toros -a la que nunca fuí pero imagino- donde se dan cita buenos aficionados que gustan de observar faenas con arte para aplaudir y gozar; también acuden quienes se sienten atraídos por el rango social que representa y otros que se sientan -sin entender- para estar con amigos y pasar la tarde. Sin entrar en otros detalles de perversidad que no vienen al caso, sé que el torero se juega la vida y que el toro la pierde, sé que los aficionados aplauden o abuchean según convenga pero siempre con una relación entre emoción, disfrute, desencanto, etc y sé que al torero se le exige para premiarle; también sé que incluso en tardes aciagas siempre el torero merece un aplauso como reconocimiento a su valor y porque en algún momento le sale un pase que levanta un olé en el tendío.

Pues aquí no, maestro, aquí existe un grupo de indolentes y enemigos que también son del gremio y que están arriba, sin implicarse, que nunca aplauden, que vienen a chinchar y esperan que el torero fracase y se ríen de su valentía y permanecen quietos sin un hálito de compasión viendo el desenlace y solo desean que sea el toro quien mate al torero para su morbo particular y para bien de su ganadería. Así es aquí, maestro, por eso creo que andamos muy perdidos y que no tenemos mucho remedio, ¿qué te parece?.



Ramón Llanes.

viernes, 22 de octubre de 2021

EL TIEMPO, MI VIDA: EL GRAN REGALO

EL TIEMPO, MI VIDA: EL GRAN REGALO

Mucho se ha escrito, tanto por educadores como por psicólogos y profesionales de los recursos humanos, sobre los ladrones del tiempo, es decir, sobre aquellas circunstancias propiciadas, unas, por nosotros mismos y, otras, provenientes de los actos de terceros o del ambiente circunstancial que nos rodea, y que nos distraen de la tarea que hacemos en cada momento, para descentrarnos y hacer que perdamos parte del tiempo que empleamos en una actividad. Un elemento, el tiempo, que no es otra cosa que la vida misma, que vuela, se nos escapa, casi, sin darnos cuenta y que no podemos recuperar.

El tiempo perdido es una parte de nuestra Vida que pasa sin que apreciemos su sabor y su grandeza. Ser conscientes de ello y de que estamos viviendo ese preciso instante, de que pisamos el suelo que está debajo de nuestros pies y respiramos el aire que nos mantiene en pie, ayuda mucho a ello. La Vida, el tiempo vivido, es un bien de valor incalculable que, cuando se pierde, no se puede recuperar.

Efectivamente, el tiempo es un regalo del que disfrutamos, sin darle, la mayoría de las veces, la importancia que tiene. Solía decirnos el sacerdote del colegio donde estudié hasta los trece años que el tiempo es oro y el que lo pierde es un bobo.

Del tiempo del que disponemos podemos sacar mucho provecho, tanto para nosotros mismos, como para las personas que amamos y más nos importan, como para el resto de quienes viven a nuestro alrededor, día a día. Dedicar tiempo a otras personas es un magnífico regalo que podemos hacerles.

Mi profesora de Historia del Derecho nos animaba a ser “traperos del tiempo”, a aprovechar cada momento del día hasta el punto de sacarle el máximo partido, y “robarle tiempo al tiempo”. Tampoco hay que obsesionarse con ello, pero, sí, ser conscientes del uso que hacemos del mismo.

Por último, hace unos días escuchaba una oración que, con palabras parecidas, pedía a Dios que nos diera Misericordia respecto del tiempo pasado, para saber perdonarnos nuestras faltas y perdonar a los demás; Amor y Alegría, para vivir el presente en plenitud, pues es, realmente, el único tiempo con el que contamos; y, Esperanza y Confianza para afrontar el futuro de su mano, sin miedos ni prejuicios.

Si el tiempo no es otra cosa que nuestra Vida en su fase actual, es decir, el momento vivido, y que queremos administrarlo con acierto, lo primero que debemos tener claro es aquello a lo que queremos dedicar nuestro tiempo y tomar precauciones para que no se nos escape.

Hay una parte de nuestro tiempo que debemos dedicar al estudio, a la formación, sobre todo, en los primeros años de nuestra vida, pero también de mayores, porque la formación continua y permanente nos hace más libres.

Asimismo, en todas las etapas de nuestra Vida es importante dedicar otra parte de nuestro tiempo al ocio y al disfrute, pues, sabemos de buena fuente que, no sólo de pan vive el hombre, y esto contribuye a nuestra felicidad. El deporte, mantenernos en forma y cuidar nuestra salud requiere, asimismo, su dedicación.

La familia y los amigos engrandecen la propia vida cuando compartimos y nos damos a ellos, muchas veces, con la dedicación de parte de nuestro tiempo. El Amor, en sus diversas manifestaciones, es una relación recíproca que hace que, al amar, recibamos amor de los demás.

A nosotros mismos también debemos dedicar un tiempo de interiorización, en el cual dejar la mente en blanco, contemplar la grandeza de la Creación, navegando en nuestro propio interior y descubriéndonos, poco a poco, a nosotros mismos, sin prisas, aprendiendo cosas nuevas de uno, cada día.

Para llevar todo esto para delante, tenemos que planificar el tiempo que queremos dedicar a cada actividad y organizarnos bien, no permitiendo que los ladrones del tiempo hagan de las

suyas. Ayuda mucho planificar al final del día lo que queremos hacer al día siguiente. Será levantarnos y empezar a vivir.

Los llamados “ladrones del tiempo” nos desvían del objetivo de dedicación que, en cada caso, nos vayamos proponiendo.

Las interrupciones, muy frecuentemente hoy a través del móvil, Internet, las redes sociales o el correo electrónico, la mayoría de las veces, para cuestiones menores, debemos aprender a evitarlas, por ejemplo, apagando el móvil o el ordenador mientras estudiamos o estamos reunidos, y preocupándonos por encontrar el mejor ambiente de estudio donde menos puedan molestarnos.

Ser puntuales al empezar una tarea y al terminarla, una vez dedicado el tiempo que, razonablemente, hemos decidido dedicarle, es un punto a nuestro favor.

Muchas veces nos encontramos con actividades, asignaturas, trabajos o la toma de una decisión importante que nos apetece muy poco hacer, o que nos gustan poco o nada: da pereza. Otras veces nos cuesta mucho trabajo afrontarlas: no encuentro las fuerzas. Puede, asimismo, que exijan un mayor esfuerzo intelectual, o contar con la colaboración de otras personas: ¡ ... puff!

Muchas veces decidimos posponerlas, aunque sepamos que estas tareas no van a desaparecer. Ya lo decía Charles Dickens: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Inicialmente, postponer tareas puede proporcionar descanso al cerebro. Lo que suele ocurrir es que el tiempo liberado lo rellenamos con tareas de menor importancia, consiguiendo que las tareas pospuestas se conviertan en urgentes algo más adelante, provocando sentimiento de culpabilidad, mermando la propia efectividad durante más tiempo. Un viejo aforismo castellano nos anima a coger al toro por los cuernos, afrontando esa pequeña dificultad con determinación y valentía.

Por último, hacer referencia a que, normalmente, en nuestra vida familiar, en nuestros trabajos, en muchas actividades académicas o, con ocasión de alguna iniciativa comunitaria o social, debemos contar con otras personas. Saber manejar bien las relaciones personales nos puede ayudar a no perder tiempo y a sacar el mejor partido a reuniones que no tienen por qué alargarse indefinidamente. Siendo claros y concisos, yendo al grano, y aprendiendo a moderar y reconducir posibles opiniones o posturas distintas, ganamos mucho.

Estas notas no pretenden más que abrirnos los ojos a un ejercicio personal de toma de conciencia de aquello que nos hace perder el tiempo y que podemos gestionar para dedicar parte de nuestra vida a actividades que pueden hacernos muy feliz y a personas que nos necesitan y nos quieren, lo cual reporta mucha alegría y paz.

Como conclusión, apunto unas ideas que pueden hacernos pensar:

  • -  Aprovecha el tiempo y haz que tu vida sea extraordinaria, aquí y ahora.

  • -  Dedica tu tiempo a quien más quieras, a quien más te necesite, sin esperar nada a

    cambio.

  • -  Hay asuntos y actividades que se te dan mejor, con los que te sientes más a gusto o eres

    más diestro. Centrándote en ellos, puedes ayudar más y mejor a los demás, y con mayor

    satisfacción propia, aunque no sea esto último lo que debas buscar.

  • -  En general, no es cuestión de trabajar más, de realizar más tareas, sino de hacerlas

    mejor.

  • -  Céntrate en una actividad y no pretendas hacer varias, a la vez.

  • -  Acaba lo que hayas empezado.

  • -  Tómate tiempo para ti mismo, te lo mereces y lo necesitas. Sintiéndote bien, puedes

    darte más y mejor a los demás.

    Te aconsejo que vivas tu hoy y estrenes lo que tienes guardado, no esperes, tanto esas zapatillas chulas que tanto te gustan, como los mejores tesoros que guardas en lo más hondo de tu corazón.

    “¡Quizás, para mañana, sea tarde!”, dice José Luis Perales en una canción.

Fernando Romero Barrero

jueves, 21 de octubre de 2021

HOY TE DIRÉ

 HOY TE DIRÉ
 
 
 
Hoy te diré compadre, amigo, colega,
amor, bienvenido, amable,
auténtico, deseable, interno, sensato, imprescindible.
Te diré amiga, madre, tierra,
mecedora, pasión, mina,
consoladora, amada, indiscutible,
fascinante, deseada, auténtica.
Y te diré todo cuanto no te dije,
lo que nunca pudimos completar,
lo que se me quedó en el alma.
Te diré que nos seguimos necesitando,
que no es tarde para seguir siendo complementos,
te diré que nada ha cambiado
nuestro sentido de la libertad para tenernos.
Te diré que hoy no acaba el tiempo que nos debemos,
que hoy empieza el tiempo que nos deseamos.
Hoy te diré que no existe el fracaso para nosotros,
que existe el éxito porque nos sabemos imprescindibles.
Con un beso.
 
 
Ramón Llanes. 

miércoles, 20 de octubre de 2021

INDICADORES DE RESPETO

 INDICADORES DE RESPETO

 

 

         Yo sé de estas cosas lo justo. Incapaz de escribir un tratado y ni acaso un artículo de opinión que refleje la parte de intención que me empuja a este desliz de expresión sin intento alguno de convencer. Pero ando, y el andar levanta polvo, y el polvo provoca hilaridad o sofoco y después de andar, de observar al polvo en sus muchas dimensiones y de comprobar que la hilaridad y el sofoco no conjugan con sosiego -o algo parecido-, después de todo eso y lo que se olvida, se me meten como huellas las grescas intencionadas que  hacen quebrar las aristas del societario privilegiado que vivo y entiendo que, a todos, nos distingue.

         Las manías por la descalificación de los seres que más miramos a través de los medios se ha convertido en honorable manera de mostrar disconformidad con sus formas y la asamblea de los curtidores de faltas de respeto ha minado el escenario. Se ha creado un tratado de chistología burlesca que se utiliza con descaro ante cualquiera que tenga cuota de pantalla superior a la normal. Los políticos y la corona, los presidentes de los bancos tales y los concejales de cualquier causa, congregan la casi totalidad de los verbos insidiosos y la maledicencia que se descarga en ellos como premio a sus desvergüenzas, quizá; presumo. La institución de la libertad de expresión domina a la otra no menos constitucional y natural institución del respeto.

         Como no sé mucho de esto ni siquiera se me ocurre la solución pero abogaría por el respeto a todos, quienes sean -políticos o reyes, ricos o vanidosos, capitalistas o alcaldes- a todos; ya sean de la forma de gobierno contraria, del emblema contrario o de la bandera de otros colores; abogaría más por la buena compostura que por la descalificación aunque los destinatarios no se lo merezcan. Podría ser también un matiz para seguir creando escenario social mejor, intuyo.

 

 

         Ramón Llanes. 

martes, 19 de octubre de 2021

EL PECADO

 EL  PECADO.

 

 

         Don Juan José se desvistió precipitadamente de la casulla roja y sin realizar la genuflexión ante el altar, como era costumbre en los ritos eclesiásticos, corrió hacia la puerta de entrada de la nueva iglesia, aún con feligreses en  su interior, perdiéndose en el llano tosco que rodeaba el recinto sagrado donde Mariano intentaba perderse del acecho intuitivo del cura, sin poder huir más de lo previsto en un niño de ocho años. Don Juan José tenía unas enormes piernas largas, un cuerpo atlético y, sobre todo, una desorientada pulcritud que le dió alas en aquella aventura de cazar al niño una vez terminada la misa de la tarde.

         Y Mariano cayó en las manos blancas del párroco, llevado al confesionario por obligación, ante la sorpresa  de las beatas y confesado y perdonado de todos los pecados que le cabían en su conducta. Tres padrenuestro, el avemaría de rigor, el arrodillado ante la imagen de la virgen de Fátima y dos lágrimas y media para despistar fueron la condena católica al pobre niño Mariano, famélico y travieso más por devoción que por edad.

         En la misa de tarde los monaguillos no cortaban la armonía de sus juegos por la preparación de los corporales o las vinajeras  y seguían ritmo de travesuras, mientras Don Juan José rezaba en su breviario negro escrupulosamente manoseado y no reparaba en los entresijos de la sacristía; cuando este llegaba para iniciar  la vestimenta los monaguillos escondían la risa y el murmullo presentando la cortesía propia del momento, dado el carácter irascible del cura en las cuestiones del orden y la disciplina en torno al altar. El templo era lugar de reverencia y adoración a Dios, lugar sagrado, lugar de silencio, -solía decir-.

         Las tardes de mayo, largas y sabrosas en correrías para los niños, permitían algún desliz de escondite antes de comer, después de la misa. Para ellos todo era rapidez y desasosiego, querían salir a la tarde a enfrascarse en ella y acabarla, les importaban poco la ración mística, los latines y los sermones, estaban allí por prescripción paterna y había que cumplir el expediente de la forma menos llamativa, que don Juan José era generoso pero tendente al enfado con mucha facilidad.

         Finalizada la misa de aquella tarde de mayo los monaguillos advirtieron al cura que Mariano comulgó sin confesar. Pensó Mariano que el pecado era también una continuación de los juegos de la tarde.

 

 

 

                                             Ramón Llanes. 

lunes, 18 de octubre de 2021

PRESENTACIÓN DE MANANTIAL DE AUSENCIAS DE EMILIO MARÍN

 

PRESENTACIÓN DE MANANTIAL DE AUSENCIAS

DE EMILIO MARÍN.

 

Antes de abrirse el libro se encuentra el lector con el primer poema que se esconde en el título, el MANANTIAL DE AUSENCIAS está formado con letras puestas a conciencia con la idea lírica del autor; un manantial es un nacimiento continuo de agua abundante, las ausencias dan a conocer el dolor, las carencias, lo deseado no tenido, lo perdido, lo añorado, ese es el poema que el libro pone al descubierto antes ser leído, para que no haya lugar a equívocos y se prenda al lector en un conglomerado de necesidades que evoca el poeta para sentirse más libre y quizá más amado o al menos más tenido en cuenta.

Antes de abrirse el libro vuelve a encontrarse el lector con el segundo poema que es el cuadro de la portada que simboliza el desorden de lo bello de una librería en uso en el arte de Juan Carlos Castro, quien deja una abertura de fondo para que al curioso lector le agrade entrar, ahí se fragua la armonía del poemario vista con ojos de pintor-poeta para que ninguna fragancia se escape de las páginas sin ser olida con prontitud y sosiego.

Antes de abrirse el libro se abre el día con el testimonio de una Niebla presente que además de ser un andamio que soporta la biblioteca es una Editorial que custodia los pensamientos de los seres humanos de Huelva que gustan de mirarse en el espejo de los versos que la Ría produce y es de Niebla cada empujón al agua, cada puente tendido, cada aliento para los amantes establecidos en las paredes de la vida con su dignidad versificada; antes de abrirse el libro Niebla es un tercer poema.

Antes de abrirse el libro acaricia el lector la textura de su envoltorio y lo encuentra amable, noble, suave y seductor, como si fuera su tacto una sensualidad que sorprende y se convierte en el cuarto poema; antes de abrirse el libro su halo espiritual está lleno de poemas.

Abierto entonces el libro, una pequeña foto en la solapa izquierda nos muestra a un hombre con barba blanca, gafas y temple que simula ser un hombre bueno con todas sus apariencias de elegancia, educación, generosidad y garantía; y es la viva imagen de Emilio que ha reflejado en su aspecto un compendio de poemas de paz, de entregas, de virtualidad, de ensoñaciones y de transparencias y es ahí donde se pueden leer todos los poemas, como queriendo advertir que no es necesario continuar abriendo más el libro; toda metáfora, todo mensaje y toda lírica están en la placidez de la mirada que Emilio le ha puesto a la foto que no es distinta de su mirada original. En plenitud, el hombre traspasa la fogosidad y el poeta magnifica la poesía.

Más adelante siguen los versos volando intimidades y tiene la grandeza de dedicarlos a sus padres, promocionando aun más la honestidad y el homenaje a los suyos tan amados; luego el amor en sustratos pequeños: esta mañana encontré/ tu nombre/ entre las sábanas/como una voz,/un grito desgarrado/ que me llamaba. Y va de la búsqueda a la memoria como un niño juega al escondite para no ser encontrado y escribe que de pronto el otoño/nos inundó/de aire brusco y lluvioso/ que hizo olvidar/las plácidas tardes/ del estío vivido,/ahora/es recuerdo.

Y el lector continúa con sus dedos repasando las hojas y las tardes se echan encima y el poema trasciende de lo bello a lo profundo y se hace cómplice de un estado febril y acaba sabiendo cómo la desnudez humilde de Emilio no pretendía enseñarle más que un manantial de vidas.

 

 

         Ramón Llanes.

         Huelva 18 octubre 2021.

jueves, 14 de octubre de 2021

TUYO Y MÍO

 
TUYO Y MÍO
 
 
                       
 
                        Tuyo el sabor de la gloria
                        mío el sosiego.
                        Tuya la esencia de la brisa
                        mío el sendero.
                        Tuyo el frágil susurro de las hojas
                        mío el lamento.
                        Tuyo el cansancio de la tarde
                        mío el sombrero.
                        Tuyas la canción y las miradas,
                        míos los brezos.
                        Tuyo el fulgor de ser amada
                        míos los besos.
                        Tuya la nodriza luz del alba
                        mío el lucero.
                        Tuyo el pedestal de los amantes
                        mío el deseo.
                        Tuya la piel que siempre espera
                        mío el anhelo.
                        Tuyo el imperio de la entrega
                        nuestro el silencio.
 
 
                                    Ramón Llanes.

domingo, 10 de octubre de 2021

DE PRISAS



DE PRISAS


Se me ha puesto a madrugarme el alma
por aquello de la prisa
y están sin estrenarse las sonrisas
ni hacerse del todo el agua,
es cúmulo el trajín que no se acaba,
que me aprieta y se desliza
por el confín cansado que precisa
un sentimiento de calma,
que estos versos a nacer me gritan
y a emocionar me llaman.

Ramón Llanes. 

viernes, 8 de octubre de 2021

PARA TI

PARA TI

Te dejo mi abanico, mi poema,
mi son de acariciarte, mi sombrilla,
una muda de aire, una receta,
mi canción, mi ser, mi mascarilla,
mi media soledad, mi pena,
mi atardecer, mis zapatillas,
te dejo mis ojos y mi espera,
un beso, un abrazo, una sonrisa
y una sombra ancha en la arboleda.

Ramón Llanes.
Puede ser una imagen de naturaleza y árbol
Luis Ricardo Suárez Fernández, Belika Acién Garcia y 8 personas más
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