RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

domingo, 29 de abril de 2018

CANCIÓN DE LA PUEBLA


CANCIÓN DE LA PUEBLA

(Compuesta por la familia de los Molineros en los años 50).

 

(Para toda la comunidad de puebleños

en el día de la Patrona).

 

Fuimos nosotros a la Puebla

un veintinueve de abril,

muchos caballos, muchas mujeres

se vieron por allí.

Las mujeres a la grupa

con su traje regional

pudimos ver, en esos días,

en Puebla de Guzmán.

Un vasito de cerveza

tomamos “anca” Pedro Cano,

los caballos los metimos

en la “posá” Cayetano,

nos fuimos “anca” de Miguel

y luego “anca” bar Patrón,

de Balneario “anca” Cristóbal

y luego al Comendador.

Venga tela, venga tela,

venga tela y mucho ponche

el que quiera vino mosto

que vaya “anca” Curro Ponce.

Venga tela, venga tela,

venga tela “pa privá”

el que quiera un aguardiente

que vaya “anca” mi Samblás.

 

(Recuperada por J. Rechino y R. Llanes)

29 abril 2018.

sábado, 28 de abril de 2018

PINTADAS

PINTADAS

Cuando aun no existía el móvil, mi primo Pablo escribía mensajes de amor en la corteza de los árboles, en los muros, en las paredes derruídas, en las largas vallas de las estaciones de trenes, en un lutón que reservaba un ramal de buganvilla; siempre buscaba con ansias el lugar certero para escribir sus mensajes y poemas. Se diría de Pablo que emulaba romanticismo o lo presumía a través del gráfico que a huella insertaba en su mundo. Ahora existe el móvil y no existe...n los Pablos. Como si la tecnología bramando por la audiencia se hubiera tragado de un resoplido toda la tierna precariedad de los enamorados.
Las pintadas están en peligro de extinción y quizá no deba ser un bien jurídico protegible o quizá sí, sobrarían argumentos para la defensa de ambas posturas. Pero Pablo se dedica a pintar en su móvil el mensaje de afecto que manda. Ayer, sin embargo, en ladrilleta roja, rotulado en negro indeleble, un mensaje a modo de declaración presidía a media vista, no más alto que la observación ni más bajo que el olvido una pintada al uso: Marta eres un verso, te quiero. Un Pablo aparecía de nuevo para mi satisfacción; entendí que esta especie perdura y se hace patente para transmitir sentimientos. Encontré a Pablo, en la Merced de la Onuba vieja que se hace importante y sigue siendo tierna y romántica. Y allí mismo le dediqué una sonrisa y este homenaje.



Ramón Llanes

PENSAMIENTOS MÍOS



PENSAMIENTOS MÍOS.

El pastel de la vida, mitad sueño, mitad esperanza. O quizá que los sueños y las esperanzas sean lo mismo. A veces, mitad desesperación, mitad encanto; o quizá la desesperación y el encanto tengan el mismo origen. El recorrido de la vida, mitad a pie, mitad a caballo; o quizá no importe el medio. La meta de la vida, mitad amor, mitad acomodo; o quizá el amor y el acomodo sean idénticas premisas para vivir.
El conocimiento para bordear las adversidades, la inteligencia para tomar decisiones a tiempo, la buena fe para actuar con dignidad, la bondad para usarla siempre. O quizá todo empiece y acabe en lo mismo. En acontecimientos donde predomina la convivencia, dígase la peregrinación al Cerro del Águila, se precisan y se llevan estos condimentos tan imprescindibles, no solo para llegar sino más bien para caminar.
El deseo es antes que el primer paso, el primer paso es el pasado del segundo y la meta es después, todo con un hilo conductor llamado voluntad. A veces también se le ponen ganas, a veces se llena la alforja de alegría y si además se le echa fervor la cosa no tiene más remedio que salir con arte y gusto.
Allá quienes no quieran venir, dirán los que se vayan. Y allá quisiera irme, dirán los que se queden. O quizá partir y quedarse tengan la misma identidad, si en ambas circunstancias reina el pastel de la vida que ahora tenemos que compartir en este viaje a los sueños de la Peña.


Ramón Llanes.

jueves, 26 de abril de 2018

A LOS PIES DE LOS CABALLOS.

los pies de los caballos


A veces son los caballos quienes enseñan la fe. Ellos nunca faltan, acuden con la nostalgia pensada para el cansancio, trotan en el bulto de los otros relinchando a modo de súplica sin saber nosotros humanos de postín qué pedirán los caballos. Y no es la sed ni es el hambre, para sustentarse tienen sonidos distintos; ponen otra cara, como más exigente. Para la plegaria parece que sonríen y la Madre, que también conoce el lenguaje de los equinos, se pone a otorgar a los pies de los caballos dones de animales adorados y se lo agradecen.
Algo les pasa por la memoria para ser capaces de hacerse devotos. Y vienen cada año con esa inquietud de la esperanza soslayando el temprano renacer de su conspiración y complicidad con la hegemonía de la Madre. A ellos, en su mente, inteligencia o lo que sea, les llegan euvios de sentimientos, no puede ser de otra manera, de lo contrario no se mostrarían tan adeptos.
Los caballos sean quizá ángeles buenos que acompañan a la Madre, sean hombres grandes con otro rictus de plegarias o sean sencillamente quienes portan la estética, tienen el merecer ganado y la complacencia de los humanos que les consideran imprescindibles para la fe y para la devoción.
Fíjese jinete descubriéndose, arrodillándose el caballo, espuelas cortas y quietas, mosquero al ritmo, manta, estribos y montura, fíjese si pretende conocer estampa más singular y linda que se mueva con vida por estos campos de Andévalo donde es de buena voluntad ser emotivo; fíjese que las cosas tienen siempre dos caminos y el caballo sabe los dos y fíjese que caballo y caballero son entre ellos la necesidad y la síntesis.
Aprendo el paso de los caballos y me sé la cara de su agobio, también la de su alegría; aprendo a saber que conforman un credo, y quisiera saber qué le piden a la Peña cuando se arrodillan o cuando parecen distraídos o cuando piensan, me gustaría conocer la milésima parte de uno de sus sentimientos para confrontar con mi teoría esta experiencia y concluir que ellos son a veces los que están por encima de nosotros y que por eso la Madre les otorga dones, se baja, les toca y les deja que la acaricien poniéndose con todo su amor a los pies de los caballos.

Ramón Llanes. SECUENCIAS DEL MÁS ADENTRO

EL ANDÉVALO

El Andévalo

No es necesario estrenar tiempo para reconocer los registros estéticos que ofrece El Andévalo en casi todas sus expresiones, los tiempos son una circunstancia más para la sorpresa, siempre está patente la posibilidad como buen refugio para internarse en los sabores, los olores y los colores que esa tierra aparentemente ocre pone a disposición de interpretaciones y vivencias de sus habitantes y de sus adeptos. Todo es posible en su belleza, cualquier correntía o cualquier manifestación de folclore se identifican con un extenso y singular promontorio de causas para concluir en admiración.
El Andévalo circunda gran parte de nuestra provincia y la dota de curiosidad, de energía positiva, de ecos de la industrialización pasada y de una especial singularidad que promueven una atención única para nativos y extraños. La riqueza gastronómica tiene sus asentadas bases, los guisos, los derivados de cerdo y cordero, las exquisitas ensaladas y la buena repostería hacen que el paladar esté siempre satisfecho. La orografía presenta significados páramos que unas veces quieren aparentar altura y otras simular llanuras y despiertas solanas; la exclusiva carencia de rigidez le premia con rutas adecuadas para pasearlas en su luminosidad y cercanía, los escasos recursos hidráulicos saben tintarlo de amalgama, merced al color fuerte que la prominencia de minerales le tributa; los encinares viejos y los siglos en el alma rodean sus costados con prendas de valor.
Su definición podría encerrarse en su versatilidad en la belleza y su capacidad de afectación. Es una tierra muy amada, muy perseguida para los tantos ratos que el cante invita, para el disfrute de la festera forma de sobrevivir en buena complicidad con las excelencias del ámbito. El Andévalo es un enorme cofre de verdades guardadas y se encarga de custodiar con ahínco sus tesoros para librarlos de contaminación y legarlos con perfecta identidad y facultades a los herederos de tan rico caudal. Estar en El Andévalo constituye una delicia inaudita, andarlo supone un deleite, conocerlo es más que una obligación, convivirlo inyecta espiritualidad y amarlo es una máxima vital.



Ramón Llanes. (EL CAJÓN DEL SASTRE).

A TU LADO. (Clemen Esteban)





Esteban Lorenzo, Clemen
Ayamonte.



A TU LADO
(Para Ayamonte)

Sabes que me gusta susurrar tu nombre 
cuando te asomas al silencio inacabable de las horas 
y las agujas del reloj evocan la madrugada cautiva 
de tu sombra.

Y quiero el perfume de tus días, 
absorberte en esas noches donde mis palabras 
te quieren soñar, entre tus fandangos y quejidos 
echando alas a volar.

Y toco el agua de tus ríos
y bebo para mi sed calmar,
perdida en tus marismas
donde gota a gota
te quiero respirar.

Estás hecha de tierra, cuna, ave, mar,
en estos ojos que te miran y aletean
cuando te engendro en estos versos
para poderte acariciar.

Eres mi refugio, el horizonte, el embrujo 
donde cada mañana despertar,
cuando miro tu orilla hecha de espuma 
en esas horas que salgo a navegar. 

Tú el lugar donde habito,
mi Luna de plata,
tú, de plata y sal.


De la Antología HUELVA ES VERSO.

miércoles, 25 de abril de 2018

DESDE EL ALTO EL BUGO

Desde el alto “El bugo”


En los amaneceres están las sombras vistiendo las casas, el sol va disimulando su presencia y solo en la lejanía se ven los claros que empiezan a pronosticar un día generoso. Los instantes son espejillos que se asustan de la velocidad de las luces, sigue amaneciendo con la pron- titud de los días, se huelen las leñas, se oyen los pájaros y empieza la vida a ser vida y las calles van tomando un color de naranja y los pasos se sienten en las paredes y se cimbrea la ropa con el primer hilillo de viento.
Cuando la luz alcanza su corona alta han desaparecido las sombras largas y ahora son tímidas y dadas a esconderse; los calores aprietan los remos, los animales se socorren de los agobios, la plaza se vacía y el silencio se acaba intencionadamente. Es otra vida, la iglesia en la promi- nencia del paisaje, la calle Larga hacia abajo, la Serpa endiosada en su mundo de ajetreo y la Cebadilla recibiendo transeúntes. La inquietud se palpa en los niños y la complejidad de los ratos que componen abril se suman de deseos, generan complicidades con potros y solo hay un pen- samiento unívoco y una única conversación que impone el tiempo: el gabacho, la gabacha, las mulas, la jamuga, los nervios, la Hermandad, la caballería, las devociones, las lágrimas; de todo eso se compone el festín de La Puebla.
Alguien se ha parado en el zaguán, -arriba-, en la entrada de esta cer- emonia; se ha quedado absorto contemplando una especial manera de vivir, a compás de los ritos de siempre, con la misma liturgia, con idén- tico credo; y lo hace desde siglos y se embelesa y se cambia las nostal- gias y vuelve a marcharse, hasta la próxima primavera. Desde el alto "El Bugo", ese alguien contempla la vida y la vive, se inyecta cánticos, se emborracha, suda complacencia y se pierde por los campos, sin una pizca de olvido.

Ramón Llanes

VEINTICINCO CLAVELES

VEINTICINCO CLAVELES

Amaneció veinticinco veces abril,
veinticinco claveles libertarios,
veinticinco veces rebeldía,
que los sueños de Grandola
memoran la libertad conseguida
por las tierras portuguesas
de la Iberia invencible.
Claveles en los solsticios
de los veinticinco gritos,
la tristeza volviendo a sus escondrijos
y a los dictados de los locos nocivos.
Portugal se vistió de claveles
cuidando en color y romance
la vida completa,
la querida utopía de los hombres.


Ramón Llanes. 25.4.2015.

HUELVA, ALCOUTIM. (Carlos Escobar)


Escobar, Carlos
Alcoutim. (Portugal).





HUELVA, ALCOUTIM

Ai terras de Huelva
que eu vejo d'aqui
do lodo, do frio
p’ra lá deste rio
p'ra lá d'Alcoutim.

Na margem que é uma
do bem que nos faz
as guerras passadas
disputas lavradas
...lavraram a paz.

Ai terras de Huelva
que é vossa e é minha
hermanos, irmãos
que deram as mãos
na paz que caminha.

Bem hajas Ibéria
o sangue nos diz
nós somos d'aqui
Huelva, Alcoutim
...do mesmo país.

De la Antología HUELVA ES VERSO















lunes, 23 de abril de 2018

SU MAJESTAD EL LIBRO


SU MAJESTAD EL LIBRO


Un libro es una fuente, un pensamiento, una tormenta.
Un libro es el universo, es el agua, es la fuerza, es la lealtad.
Un libro tiene consejos, ilusiones, caminos, belleza.
En un libro caben las ideas, los desengaños, el silencio.
Un libro puede soñar, mover una montaña, detener una guerra.
Un libro sabe de esperanzas, de miedos, de amor, de libertades.
Por un libro se llega a un pozo, a una piedra, al infinito, a lo irreal.
Por un libro sabemos dónde está un volcán.
Por un libro tenemos una historia en nuestras manos.
Un libro es un poema, una rabia, una soledad.
Un libro calma la sed, quita el hambre, inventa un estío.
Con un libro se puede crear un paraíso.
Con un libro se puede comprender una muerte.
Un libro puede ser muchas cosas al mismo tiempo
En un libro están todas las vidas.


Ramón Llanes.


SOÑANDO A HUELVA. (Pedro Duque Pavón)



Duque Pavón, Pedro
Huelva

SOÑANDO A HUELVA.

Si sueñas un vergel donde florezca
un punto de esplendor en cada cosa,
si sueñas con un cielo que amanezca
vestido de color azul y rosa,

si sueñas un vergel que no se vuelva
un páramo desértico y salvaje,
sin duda que soñando estás con Huelva,
con su gente, su clima y su paisaje.

Si, luego, al despertar te acucia el hambre,
en Huelva encontrarás lo más sublime
en platos de alta alcurnia, o de fiambre.

Aquí cualquier comida te redime
de pecar al comer, por su raigambre,
prestigio, fundamento y tradición.

Aquí baja la Gloria y se comprime
en fresa, en gurumelo, o en morcón,
                    en gamba, o en coquinas o en jamón.



De la Antología HUELVA ES VERSO.


sábado, 21 de abril de 2018

AYER


AYER.

 

Ayer llevabas el orgullo en las manos
y una rama de jara en las manos
y un canasto de satisfacción en las manos
y llevabas una mano en tus manos
y caminabas sin meta
con la seguridad de todas las esperanzas a tu alcance,
como si tú le llevaras esperanzas al paisaje.
Ibas completa de razones para repartir,
el sentimiento te había otorgado buenos causas,
el sentimiento era un aliado de paseo y corazón
por el sendero inverosímil que ayer pisaste
sin entender que todo el universo te observara.
Solo yo era el universo,
planeta escondido con aguijón de luces,
presagios y declaraciones;
yo era, ayer, quien hiciera contigo
la mañana menos gris y quien, contigo,
diera riendas abiertas a los mejores recuerdos y al futuro.
Ayer no fue como siempre,
estuvimos juntos toda la eternidad
que duró la mirada.

 

Ramón Llanes.

AÚN


AÚN.

 

 

No has de preocupar tu alma
aún no desconecto los sueños,
Aún está la vida
poniendo cara azul a los contrastes,
criando merengues,
haciendo melojas,
aún intacto el amor
que no se ha perdido en la locura
de esta tempestad, que no es olvido.
Aún el pensamiento sin lástima ni rencor.
Aún el hombre que te diera
está ardiente por darse.
Aún el poeta en estos versos
y en la puerta de tu espera
presenciando el recuerdo con ojos calmos.
Aún el propósito de todos los hombres
que se crean dentro de este envoltorio de tierra
requieren la gloriosa santidad de un beso.

 

 
Ramón Llanes

ABRIL


ABRIL

 

            ¡Cualquiera anda por ahí cambiando fechas a los ritos del tiempo o modificando el almanaque a su antojo!, cualquiera se empeña en inventarse un mes, un día o acaso un segundo más en la disponibilidad o el cansancio!; nos conformaremos con que es abril y se extiende un horizonte primordial que nos capacita para reencontrarnos con la música y los exámenes de matemáticas, sustanciales con la época. Bastará con la primavera para un encuentro más o un arrebato nuevo que limite las horas pero nunca sea capaz –ni abril ni el universo- de refutar la soledad o evitar un amor. Las puertas no tienen custodia ni candado, los pájaros se enamoran, las mujeres se visten de colores, el verso aparece, el papel de estraza es una excusa para un mensaje, la sensualidad adquiere momentos de insinuación hasta niveles altísimos; algo pasa en la vida que no se escapa de la atención de los viandantes. Cualquiera aprende a querer en primavera porque abril enseña.

            Y ocurre que esta prominencia efervescente no apura los conflictos del noticiario de las nueve ni emite normas de obligado cumplimiento para un mejor sabernos entender ni está al día en emigrantes retornados, pateras devueltas o descuidos en los repartos de la felicidad; la ocurrencia menos acorde con abril continúa su labor transmitida y nunca callada, hace su trabajo y produce sus nocivos efectos mientras los buscadores de oro y vida se espantan de la insolvencia de abril para abonar estas cuotas cíclicas que los tiempos le enseñaron a cumplir. La nostalgia requerirá que sea aquel abril de antaño nuestro defensor, la voluntad se inclinará por fabricar mejor futuro y el más conservador pensamiento rezará por la quietud de movimiento en disposición constante a la inacción; hasta que abril se reponga y vuelque corpulencia y rasure de insolencias los mundos y se le conceda la importancia creadora que tan apagada y lastimera aparece en el calendario. No más.

 
            Ramón Llanes

viernes, 20 de abril de 2018

MEMORIA DE SALTÉS





Díaz Trillo, José Juan
Huelva

MEMORIA DE SALTÉS

Sólo será la gloria sucesiva
la que venga a poner, Saltés, tu nombre en claro.
Sólo el clamor de tu memoria entonces
vencerá a los caprichos del olvido
y oxidará con versos de otro tiempo
el hierro con que aún se funden tus recuerdos.

Patria sencilla tu reino de este mundo
hazaña sólo en la labor, jamás en la batalla.
Ruido el de las brasas o el rumor
de la gente entre tus calles.
Afán el del oficio,
obstinación ninguna que no fuera
la de ahuyentar con rezos la inclemencia
o conjurar con rosas los mares del insomnio.

Vida entre los pájaros templados del amor
y aquellas naves frías del que aviva
en multitud la ronda ciega de los peces.
Dolor el que encontraba
entre las ramas del brezo
o en el compás de marzo en las cigüeñas 
un cielo estanco de verdad y justicia.

Un escenario así, Saltés, tuvo su tiempo
y es hoy la gloria en paz de tu vigilia
aún entre nosotros la que invoca
este dulzor del aire en la marisma.
La senda está de tu memoria intacta
y corre en la tarde de la Ría arriba
un bancal de noticias sin descanso.
De aquel que era otro tiempo en paz
sólo la arena dirime su impaciencia
y nos advierte,
en su lento reloj de precisión tan rara,
que aguarda un porvenir para estas olas
que ante tu nombre rompen su secreto.

Marea es la memoria que hasta su centro trae
los pecios de mañana en su naufragio,
las remotas especies de un futuro
que en sucesiva gloria acabará a tus puertas
para poner, Saltés, tu nombre en claro.
Aquí yace Saltés. Junto a su honor descansa.

De la Antología HUELVA ES VERSO.

jueves, 19 de abril de 2018

HUELLAS DE EIFFEL EN LA RÍA. (Inés Díaz)



Díaz Rengel, Inés María
San Juan del Puerto


HUELLAS DE EIFFEL EN LA RÍA

Como una gaviota planeé 
sobre mi Huelva marinera, tartésica y minera
y en el vuelo contemplé vestigios del trasiego 
de otros tiempos.
Me posé en el Muelle del Tinto
y sobre un anaranjado sol poniente
pude contemplar la belleza de una puesta de sol
en este emblemático muelle de férrea vainica.
En las aguas del Odiel, a la luz de las farolas,
donde Eiffel dejó su huella arquitectónica,
asoma el esqueleto doblando su encanto.
Callado y arcaico conserva el atractivo de su juventud.
Inactivo, mas en el recuerdo de todos
perdura el trasiego del valioso mineral de antaño
sobre su espalda.
Ahora, ocioso, presta su singular belleza
y un cautivador paisaje a visitantes y novios.
Al igual que en el Puente Milvio, de Roma,
           cargará con los candados del amor
y sus dedicatorias amorosas.
Y allí, al final de la segunda planta,
divisando el estuario del Tinto-Odiel,
contemplado por un cielo y un suelo pintado de añil,
bañado por la magia y la luz de esta tierra,
se encuentra silencioso el cobijo de los enamorados,
testigo y escenario de los novios
que proclaman sus votos de amor,
           arropados por el olor a sal y el graznido de las gaviotas.
Ahora, dueño y vigía, contempla desde su atalaya
el atractivo Paseo de la Ría.


De la Antología Huelva es verso.



miércoles, 18 de abril de 2018

CONSUMIDORES COMEDIANTES

Consumidores comediantes

Figuradamente unos aplauden, otros bailan; unos cantan, otros jalean; unos corren, otros observan; unos trabajan, otros miran; consumidores de la energía solo los que están en la onda activa, comediantes, todos; comediantes de la inercia, del desequilibrio, consumidores del derroche, del esbozo, de lo vendible; comediantes conscientes del papel con glosa última de interés general que culmina en un entretenimiento cuanto menos y cuanto más en un aporte escénico. En la consumación de los bienes consumibles se parte de posturas distintas, se trata de la posesión cuanto mejor o de la destrucción cuanto peor.
Los comediantes no representan la comedia de los demás ni siquiera la suya propia, ni todo es comedia en sí; la comedia pura es la figuración literal del consumismo, se dan las notas de desequilibrio, locura transitoria colectiva, ansiedad y manías. Y jamás cierra el telón, salvo excepciones. En los comediantes premia la pulcritud de un títere o drama que relega la vida a un segundo plano cuando el teatro es la realidad, ocurre que la comparación con los consumidores en semejante azogue escapa de cánones. Es que prosiga la idea de conspirar para que sea comedia consumida, comediantes de masas; para que se escinda el compromiso de seguir, figuradamente, contemplando el consumo desmedido como la peor de las reales comedias de la historia.



Ramón Llanes

LA PRIMAVERA Y MI TOS

LA PRIMAVERA Y MI TOS.


Desenfundó la primavera
su cálido perfume a lluvia,
y dejó en mi tos
un nudo lírico
con espasmos ardientes,
no tuve armonía para desvalijarla
del sonido imbécil,
me sometí al tiempo
y me sequé los ojos
mirando el estero de sal
que cubría el horizonte de mi Onuba.


Ramón Llanes

GORO. (Jesús Díaz García).




Díaz García, Jesús
Alájar



GORO

Yo estaba en la plaza un día.
Pasaba el Goro. Pasaba.
Y la gente se reía.
La gente, que no sabía
con los sueños que pasaba.

Descalzo siempre venía.
Descalzo el Goro. Pasaba.
Y los niños le querían.
Los niños, porque sabían
con el frío que pasaba.

Siempre pidiendo un cigarro
pasaba el Goro. Pasaba
repartiendo carquesitas
por esas calles y plazas.
Y la gente le quería.
Porque la gente sabía
la miseria que pasaba.

Llegando la noche, el Goro
descalzo y solo pasaba;
la lumbre de la colilla

sonriéndole la cara.
Y la gente lo veía.
La gente, que no sabía
la soledad que pasaba.

Un día llegó hasta el agua.
No la cruzó. No pasaba.
Huyó por cercas y campos
con el miedo que le daba.
Y el pueblo entero se fue
a ver por dónde pasaba.
Pasaba el Goro. Sabía
el miedo que el agua daba.

Y en Santa Ana se murió.
Pasaba el Goro. Pasaba.
Y muerto se sonreía,
porque el pueblo le quería,
porque a la gente veía
llorando cuando pasaba.


De la Antología HUELVA ES VERSO.