RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

miércoles, 28 de junio de 2017

DESPUÉS DE LA ALEGRÍA

 
DESPUÉS DE LA ALEGRÍA




Impresionante lugar para besos,
besos impresionantes para dar.
Después de la alegría, ¿qué habrá?,
¿a dónde se habrán ido tantos rezos?.

La mística razón solo por eso
se ha quedado en caminos por andar
y no ha perdido el sitio donde están
los recuerdos y donde está el regreso.

No es esperar en este tiempo calmo
ni para volver es el tiempo ahora,
solo para buscarte palmo a palmo,

mi ciudad amada y acogedora
a modo de soneto, como salmo,
para tí, mi tierra conmovedora.


Ramón Llanes.


martes, 27 de junio de 2017

SUERTE

Suerte

Decido cumplir con mi costumbre de buscar la suerte –esa incómoda tentación del hombre que se mueve por subterfugios desconocidos y que muy pocos, muy pocos la conocen–, me engancho con el primer cuponero que se me cruza, le miro la cara en intento de adivinarle la voluntad, (si le noto despeinado paso de largo), le requiero me enseñe los números que lleva, le revuelvo las tiras como si supiera con seguridad el premiado, le hablo del tiempo –para distraerlo y evitar que preste atención a la venta (eso, dicen, produce una conexión extraña con los astros y provoca una imantación especial que atrae un halo de fusión que suspende el movimiento circular del espacio para engranarse en mi petición), le pido un cupón cuya penúltima cifra sea un cero y preferiblemente acabe en ocho, le pago el servicio y me esfumo, como un imbécil.
Los martes y los viernes sortean millones en un juego que han inventado para toda Europa y al que llaman euromillón ( será porque los millones que tocan son de euros), y la ventanilla es un hervidero de sueños, incluso de proyectos. Allí en realidad se empiezan a gastar los premios que nunca tocan, porque si toca el proyecto es otro, o imagino que será otro, a saber por los comentarios de los libros. Yo no tengo suerte ni para conocer a quienes la han tenido, en mi universo priman los reciclados, los persuasivos, los pasionales, los místicos pero mi agenda de los agraciados está blanca. En la ventanilla ya la cola es un deleite, el personal se distrae con palabrería y reparto. El juego es más que un vicio, crea emociones, hace volar, hace caer, de todo. Se acaba el martes y los pensamientos vuelven al sol, desnudos de suerte; se acaba el viernes y se extinguen las ideas; antes del fracaso la vida fue una utopía.
Miserablemente he confeccionado lemas para olvidar la crecida de mi concupiscencia, cada día, cada hora, y emplear la ilusión en otra gama mejor distinguida de mis predilecciones pero me dejo llevar por la inercia del número, donde pongo el mayor compromiso, porque mientras viven en mi bolsillo me aseguran mofa o felicidad y no me atrevo a traicionarme.

Ramón Llanes. (SECUENCIAS DEL MÁS ADENTRO)

DONDE HABITA EL OLVIDO


Se ha hecho la olvidanza humana aliada de un tiempo devastador y prepotente, acá por estas tierras con solanas rojas y paredes auríferas, hasta enterrarlas en la conmiseración de la desidia y la dejadez, hasta decrecerla de orden, –mas nunca de belleza–, hasta volverla aprensiva o inútil y hasta caerla a la ingravidez de lo inservible.
Así, todas las tierras nuestras, aquellas de minas que dieran crema de esplendor y progreso, aquella tierra de gloriosa magnitud y riqueza, aquella misma, aparece ahora desnutrida y herida por el tremendo aguijón del olvido. Las estaciones de los ferrocarriles aparentan más que una soledad de inoperancia; los talleres son vagos recuerdos de un pasado imposible de adivinar a través de los residuos; las locomotoras apenas unas pocas se han salvado del descuido; las cortas están ahogadas por el agua grao que el tiempo ha ido llenando; todo el paisaje enseña un hálito de desolación incomprensible que hace caer al alma un polvo de dolor que nadie cura.
Pero aquí, –donde habita el olvido–, las piedras tienen nombres, las paredes tienen su historia, los raíles rotos su gloria tienen, las minas inundadas llevan su vida dentro. El recuerdo es más pretencioso y más solvente que el olvido y quienes se nublaran de nostalgia y quienes perdieran por allí todos los sudores, andan avezados a los barruntos que transmiten las entrañas y ni se pierden un olor, una voz, un suspiro o acaso un miedo pequeño que desde abajo anuncie tiempo de impulsos. En eso andan los viejos sabios de los sitios de minas, a pesar de todo.
 
Ramón Llanes. (SECUENCIAS DEL MÁS ADENTRO)

EL DESEADO TIEMPPO DE LAS SOMBRAS

EL DESEADO TIEMPO DE LAS SOMBRAS.

A la vuelta, cuando el sol agrede, se formula en la necesidad la ansiedad por las sombras, como un ansiolítico que infunde el placer al cuerpo y otorga esa armonía al espíritu capaz de renacerle en cada músculo esa nueva capacidad para continuar remando hacia las grecas pardas de las solanas, las crecidas del asfalto o la doliente curva del trabajo. Es esperar a la sombra, como doblando su existencia, como la solicitud de un fresco al sentimiento para que las cosas sean menos fugaces que los segundos. Sombras que no se inventan delante del sopor, que las inventan los cuerpos, los árboles, las paredes y las noches; sombras de estrías y esperanzas que el proyecto de vivir agradece.
Están los tiempos subiendo esta prima de nuestro riesgo que es el puro calor que alimenta y pule pero también quema y deshidrata las mentes. No hay manera de plantarle murete viejo o malecón que le impida su reinado ni apósito que sujete la hemorragia vulgar que el estío manda por vicio a esta tierra tan cargada de ocres que más bien parece yerba enfermiza vencida en la contienda de la inclemente naturaleza.
Conseguiremos acaso un suburbio para adormilar la sensación incómoda en esta batalla contra el sol. Mas intentaremos doblegar los impulsos del alma, que a la par, sufren consecuencias convertidas en dejación, falta de querencia, ineptitud y olvido. A dónde se irán los desafíos si el tedio se interpone entre el tiempo y el alma y las fuerzas se disuelven con la sudoración y las desganas. No es sobrellevar el calor en el destajo, es convivir con él y hacerse al rumor calmo y al sosiego hasta que las luces se ahuyenten y las sombras se hagan cómplices para el mejor delirio.

Ramón Llanes. (MEMORIA DEL PRÓDIGO).

AGUA CANSADA

AGUA CANSADA


De ir y volver 

recovecos insólitos de la arteria profunda de la mina, 
rumiando cada sombra, 
luego a su catre una vez cansada. 
Su afuera de luz, dique largo, 
grande, plano, sin burbujas, su descanso. 
El dormir en los aires nuevos 
un agua cansada de retroceder 
y de hartazgos de silencios. 
Ya en la superficie bella 
teniendo de las venas oscuras 
solo recuerdos.

Ramón Llanes. (MINERALOGÍA DEL ALMA)

lunes, 26 de junio de 2017

DEL AMOR Y OTRAS OSADÍAS.

DEL AMOR Y OTRAS OSADÍAS

Para no desviar la mirada que la insignificancia del destino deja en el sitio justo, para buscar esa extraña sensación que rompe los huesos. ¿Será original quien no ama?, la ruta del deseo está escrita en el primer cuaderno de la vida; dicen que las motivaciones se suceden en el entorno del camino; a quién amar, a quién entregarle un sentimiento nuevo, para que no sea entendido. La prenda no es la virginidad es el propio sentimiento, que se ha guardado con pulcritud de olvido para cuando se hubiere de solear y se encontrare destinatario perfecto capaz de compartirlo; será más íntimo el sentimiento.
Del amor hablamos en la trena y en el campo, del amor son la palabra y el verso y las muchas verdades y la soledad; del amor es la osadía de vivir con hambre amorosamente desnudo en el golpeo de la lluvia y del amor la locura, todo cuanto arranca la valentía del entendimiento para perseguir o estar con la persona amada. Del amor son las utopías y el alpinismo, el orgullo y la insensatez. Qué haremos los gremios incivilizados si en el alimento del cotidiano vivir se desprecia el amor y las sopas son solo sopas que sorprenden en el primer calentón y después se enfrían por la incontinencia. A qué estarán predestinados los seres que han creado mil formas de amarse, en qué mundo cabrán los desechados de la orgía sensual que produce la emoción de vivir en apareamiento.
A estos perplejos consignatarios de placeres les minará de inconsciencia el predictor de amores y acabarán por huir calle abajo del mundo con la sola intención de desaparecer de algo tan inútil como su casualidad de saberse inocuo para amar, para ser exageradamente amado. No será posible, mientras la pasión tenga protagonismo en este teatro fugaz, llamado vida, no será posible que los humanos renuncien a tal sublimidad, cuando pende tanto bienestar sin más osadía que la entrega, sin otra joya que una mirada.

Ramón Llanes. (MEMORIA DEL PRÓDIGO)

EL NIÑO Y LA GUITARRA

 
[19]
EL NIÑO Y LA GUITARRA

Llegaban las horas espesas
al reducto de la casa
y se ponían las luces brillantes de tanto ambicionarlas,
se dibujaban los juegos del niño
en la pared despierta, –todas las paredes estaban despiertas–
y se vio al niño en llanto de emociones
cuando le llegara a las manos la guitarra.
Empezó a sonarla, la acariciaba con su ternura,
la durmió en su almohada.
El tiempo le enseñó las notas del fandango
y pronto se distribuyó la vida del niño
con las palabras que le anunciaron cantes.
Todas las tardes, todas, el niño se precedía
de encantos con la guitarra.
Así, aljibes de músicas, entre la templanza del ganado bienestar,
el niño se hizo más niño
y no crecieron las cuerdas
y creció su armonía de inquietud.


Ramón Llanes. (MINERALOGÍA DEL ALMA)

sábado, 24 de junio de 2017

PONGAMOS QUE TE QUIERO


PONGAMOS QUE TE QUIERO

 

                Algo así como estremecerme en tardes y días, en caminos sin sustos, algo como la mar que se inquieta cuando llegamos, te he dicho en mil millones de besos que somos de la misma sustancia, que nos gustamos en el abrazo y en el sudor, te he dicho amor como quien respira desde el más ingenuo y puro de los convencimientos y puedes llamarme al umbral o a la alcoba y puedes dedicarme un minuto haciéndome de felicidad los pasos; hemos puesto nubes como pilares y sueños de cimientos, hasta que nos ha ido bien querernos y pongamos que es solo el principio a un largo infinito que nos dio por inventar para nosotros. Pongamos, amor, que compartimos el ideario del sentimiento con estas mismas miradas y pongamos que te quiero como lo sabes y el mundo se nos achica para rodearnos los muchos sueños pendientes.

 

                Ramón Llanes. 24 junio 2017.

jueves, 22 de junio de 2017

TARDES DE PASEO

TARDES DE PASEO

En tardes de paseo
se hacían los novios,
el último sofoco se vivía ya anocheciendo
con la extenuada pureza en los labios mismos,
la ingravidez en los ojos.
Cuánto de belleza
por la arritmia del tiempo concluso
y cuánta sostenida colección de espasmos,
propios del enredo,
en las brillantes caras de los casi niños
que empezaban a amarse.
La tierra sabía de la ingenuidad
y perdonaba el cuchicheo como una madre.
Pero dios se había marchado de la mina con vergüenza,
porque en los tajos se discutía mucho de su honor.
Y había entretenimientos
en la pudorosa libertad
de complementarnos emociones
por aquellas duelas de vida
sin sabernos réprobos del credo olvidado
ni ponernos tristes a falta de misericordia.
Éramos los personajes alegres
del encanto frágil
de una función solo nuestra.



Ramón Llanes. (MINERALOGÍA DEL ALMA)

COMPAÑERO DEL ALMA

 
COMPAÑERO DEL ALMA

A mi compadre Pedro Ponce,
con motivo de su Jubilación.



Me miro atrás y estás en mis costados,
el compañero eterno de mi vida,
mi guardián, mi espera, mi partida,
el dios custodio de mis malos tragos.

Llevo en la conciencia cuanto me has dado,
tengo tus inquietudes transmitidas,
conservo emociones ya vividas
y aquello que el sentir tiene guardado.

No es un final postrero, es osadía,
es un truco del alma, compañero,
para tenernos libres todavía

en este largo andar de dos enfermos
que de amistad hicimos la alegría
para no dejar nunca de querernos.


Ramón Llanes.
Huelva 28.11.2014

EL AGUA

Sonidos del agua escondida


Témpano en el curioso dormir 

del agua fría, 
por secuelas de la vida 
dejaron las ramas puestas
a la soledad, 

luego bebían las bocas sedientas 
de hombres sedientos 
que buscaban vida en las vidas del agua. 
El socavón premiaba la búsqueda 
y el agua se consentía aplacadora, 
escrita de lealtad de tiempo, 
hecha al sondeo 
y siempre dispuesta 
para la sed de los hombres.

Ramón Llanes. (MINERALOGÍA DEL ALMA)

martes, 20 de junio de 2017

PRESENTACIÓN DE "EL CAJÓN DEL SASTRE"


COSAS QUE SOLO PASAN EN VERANO

 
COSAS QUE SOLO PASAN EN VERANO


La sombra no ha podido pasar de largo y se acuesta entre sábanas de cartón a la luz de la oscuridad que ofrece un rincón cualquiera. Se ha caído la persiana del dormitorio, se cuela un murmullo de claridad que impide dormir a gusto, el escenario de anoche tenía pocas luces y los niños no pudieron disfrutar de los payasos, la mar desprende esa magnitud del universo que se nota al mirarla, el sofoco invita a tomar el fresco en las puertas de la madrugada donde hasta los silencios parecen rondar las ventanas despiertas.
El niño quedó dormido en los brazos de la abuela y el despertador se ha puesto zapatos de cansancio, como los sapos del charco, como la luciérnaga en sus ratos de sombras. Hay una verdad que hace volar las estrellas en su tiempo, empiezan a estar exquisitos los tomates y la tarde se va poniendo loca de atar en los tornasoles que iluminan los parajes bajos de los pueblos que ponen su longitud de atención a las distracciones del crepúsculo. ¡Qué intensa la calentura, qué soporífera gratitud!. Han puesto guirnaldas de fiesta al árbol de la plaza, los niños corretean los lados queriendo romperle la altura y las madres juzgan el calor que aprieta.
Parece todo blanco en las ideas, todo coloreado en los sueños destinados a la realidad después de haberse tragado caldos de alucinógenos, prende una calma usual que no se distancia del entrenamiento libre y es un verano pasional por los sucesos no acaecidos y por la insurgente crecida del temple; es amorfo el sosiego, el gentío se transmuta en rancio de tanto acalmón, las sombras se dibujan más alargadas y parece que el mundo se entretiene, parado y quieto, en este ombligo de tierra y nada sucede ni en las calles ni alrededor ni en botica; es una falsa paz que sobrevive porque, sencillamente, es verano.


Ramón Llanes. Huelva

MENTIRA

 
MENTIRA


Si lo piensas bien algunos días te hartas de todo y te da por olvidarte del mundo y de sus gentes y te entra un total desencanto capaz de minarte el pensamiento positivo de todo un mes, te da vergüenza lo podrido que está todo, la mentira que habita en tantos estamentos y en tantas personas, te hastía la manera que tienen algunos de dirigir y de mandar, te dan ganas de romper la bañera y que se hunda este asqueroso planeta. Todo es mentira, la justicia es mentira, la democracia es mentira, las guerras son mentira, la economía es mentira, el amor es mentira muchas veces y hasta la realidad parece una copiosa mentira.
En estos días de desolación -que sucede cuanto te enfrentas a la verdad- encuentras en serie el cúmulo de circunstancias desconocidas que hacen de la verdad una mentira aceptada por todos y de la cual nadie sabe cómo salir ni siquiera desea hacerlo. La mentira y todos sus subterfugios malvados dominan la dinámica de nuestras vidas sin que encontremos antídotos para destruirla. De tanto vivirla y aceptarla la mentira es la única verdad que cuenta en nuestro patrimonio de existencia y a ella debemos honor y pleitesía para que nunca se acabe. Piensa en la mentira de hoy y serás un poco más infeliz mañana.

Ramón Llanes. 20 junio 2017. Huelva.

lunes, 19 de junio de 2017

PETICIONES

 
Pedimos la sombra para el encuentro,
el lagar sin ritos,
la voz apaciguada,
el desvivido impulso,
los adagios,
la masa por hacer,
tu laringe en sorbos de albas,
un ancla, dos velas,
la manta de jarapa,
un camino sin huellas,
tu costal de ternura,
mi bastón de versos,
el agua sin prisa,
los humos de añil,
nuestros ojos sin complejos.
Y te guiño,
me guiñas,
y, de la mano,
nos perdemos por el horizonte.


Ramón Llanes. (MEMORIA DEL PRÓDIGO)

MUJER TIERRA

 

Mujer tierra


Me olvidé de saber
si mamé madre o tierra,
si las dos fueron parte de mi parto,
si las dos me dieron el contenido
de la pasión, el ánimo, la lluvia,
si de las dos llevo el gesto
alegrado. O las dos me pusieron
los pies mirando al sur,
al verso, a la libertad. A las dos,
como únicas, amo.


Ramón Llanes.
(MEMORIA DEL PRÓDIGO)

LLÉVAME

 


Llévame contigo
en el puño abierto,
en la risa, en tu pasión.
Llévame despacio a donde quieras,
a pintar, a descubrirte, a enquistarme en ti,
llévame a tu crisol
que allí viviré hasta que otra vez me encuentres,
que allí dejaré huellas de hombre,
nanas de hombre, rabia de hombre.
Llévame, amor, ahora que tienes hueco
y la tarde nos precede,
ahora que suena a óleo negro,
llévame al retiro, a la espuma, al eco.
Alcánzame la soledad esta
y ponla en remojo, que se pudra.
Alcánzame tu bienvenida
que me mime, que se estire
y pronostique algo menos
frío y seco que la ausencia.
Llévame y, si quieres, me escondes
en tus ojos.



R.Llanes.

HISTORIA DE ORTEGA

 
HISTORIA DE ORTEGA


Hizo lo posible por enmendar su plana en un impulso viril después de una cuarentena de años pensativo como la estatua del silencio y se erigió en portavoz de sus propios anhelos, en una mañana hortera, cuando la calle era un hervidero de ausencias y el viento huía como escapado de sus garras. Corto y perezoso se añadió a una manifestación en contra del trabajo y volcó su inercia de sueño en su callada actitud de miedo, otra vez, una vez más, en su desorden de cuajo y flema y volvió al catre cansado del trote. Ortega quiso ser bailarín de una corte, bufón en un tanatorio y músico de campanario pero ninguna de las profesiones le engrasaron con suficiencia su ansiedad. Ortega quiso tener un barco en su bañera, un tren en su mesa y un cortijo en su alcoba pero ninguna de tales pertenencias saciaban su causalidad de existir. Su mundo era demasiado grande para tan pequeños útiles.
El ser y el tener se difuminaban por su notable pensamiento neoliberal, semillero de sus duelos de niñez con el mismísimo futuro, y conspiraban un sinfín de neutrones despistados en su preclara mente hasta conseguirle la falacia de sobrevivir de su cuento.
Desde hace una eternidad se sabe de Ortega lo mínimo. Pudo haber escrito sobre la inadecuación de posesiones materiales o de la felicidad que otorga el asentamiento filosófico en el “ser”, o pudo escribir del desarrollo del ser humano a través de los apoyos constantes en la colectividad e incluso pudo haber escrito un tratado de cómo vivir sin desacomodarse, -sin dar golpe-, pero prefirió la inacción. Su alergia al trasiego de un campo magnético a otro, -léase de la cama a la mesa-, le insulta en exceso su dignidad como hombre y permanece en el sillón de la espera soñando un mundo mejor para sus características, hecho por otros.


Ramón Llanes.

sábado, 17 de junio de 2017

NO DEJARÉ


NO DEJARÉ

No dejaré en las flores del sur
esquivado olvido,
vendré por TÍ para llevarte
si a la libertad amaño,
a otro sur contagiado de estos versos;
no dejaré que me golpeen la boca
con aromas desconocidos,
no dejaré
que el viento me adelante.

 

 

Ramón Llanes (MEMORIA PRÓDIGO)

DICEN DE LA PAZ


DICEN DE LA PAZ

 

 

A la caída del sol los oráculos aparecen sin incógnitas en cualquier vocerío de norte a sur para seccionar el contenido trémulo de las palabras. Y dicen de la paz. De esa paz que siempre es añoranza cuando más, utopía; de la paz intrépida en la región alta, de la paz templada en las bajas tierras, de la paz nostálgica en los sitios de médanos y algas, mar en señas de paisaje; dicen de la paz como si cada voz fuere un logro y quedare en el casillero personal a la hora de dignificar el currículo. Cada uno la refiere en adjetivo distinto, todos aciertan, ¡es tan fácil conversar de la paz que existe¡.

Y la paz pulula, mientras que el parecer general la estima remiendo de la vida, al momento que suene un globo a roto, un cohete que se enfurezca, un telediario de imágenes oscuras. Vienen a decir lo mucho de la paz deseada o más que deseada, cultivada en el discurso o dotada de rabia disparada o con olor a tripa suelta. El contenido y el resultado no son el medio ni el fin. Son el eco y la resonancia la crema que queda de la noticia. No es el ¡haya paz¡, sino ¡hablemos de la paz¡. Siempre dicen de la paz improperios y a quien la miente ni destierran.

Aún nos volvemos a la alcoba después de los oráculos dudando de si es paz el brebaje actual que hacemos para los niños o se trata de una burda copia de la utopía.

 

 
Ramón Llanes.

viernes, 16 de junio de 2017

LA CARICIA DE LOS OJOS

LA CARICIA DE LOS OJOS


Andar los paisaje rotos en mañanas de olvido, 

trizar con los ojos los sesgos del tiempo, 
evaporarse, convertirse en invisible 
y bajar simulando una caricia 
a las calles de piedras 
que resbalan la historia en la posesión 
de un mundo de fantasmas 
con grietas de mineral que se padece, 
que se secciona solo por las reminiscencias del agua. 
Todo es el agua, el gris del agua, 
el rojizo del agua, 
el agua empavonando los riscos 
y los tesoros guardados de la luz 
en los interiores de la mina. 
Donde se quedaron las manos 
clavadas al cobre 
o donde el foco no dio para tanta sombra 
las tareas de los hombres se conservan en las galerías, 
con gestos, agallas, esfuerzos. 
Y vendrán sonidos encontrados 
en la tierra a ponerle una bandera de gozo 
al tanto desamparo del progreso.


Ramón Llanes. (MINERALOGÍA DEL ALMA)

DE TU EXISTENCIA

[16]
DE TU EXISTENCIA



Completaremos tu existencia 

entre nosotros dedicándote 
siempre nuestro mismo amor y respeto. 
Distinguiendo las huellas
que nos dejas, el trecho viejo, 

el candil, la paz, 
para que nos ayuden 
a intentar sobrevivir 
con tu imprescindible presencia,
mineral tierno, 

tierra amada.


Ramón Llanes. (MINERALOGÍA DEL ALMA)

jueves, 15 de junio de 2017

PROTESTAS

PROTESTAS


Un día y otro y muchos
se hicieron los silencios en la mina
y se hicieron las lágrimas
y detrás del alma figuraba
una conciencia mordida por el miedo,
mañana tocaría a muerte otra vez en los filones,
se oirían caer los trozos de esperanzas
por la insolencia del humo.
Subió la protesta agujero arriba
y se extendió la fuerza con las manos grises
para convencer
que la prioridad de todo el trabajo
no era salvar la producción
sino conservar la vida.
Así, hasta que lo entendieron.



Ramón Llanes. (MINERALOGÍA DEL ALMA)

martes, 13 de junio de 2017

A RAMÓN LLANES

A RAMÓN LLANES



“Desaparecer tras haber vivido”,
aparece en los versos que has cantado,
desaparecer tras un trecho andado
no es desaparecer en el olvido.

Desaparecer, ¿por qué y de qué nido
desaparece el ave que ha volado
si ya dejó en el cuenco entrelazado
todo su corazón estremecido?.

Desapareces sí, en las palabras,
te vas en los silencios, en la prisa
y en aquella mirada que te quema.

Pero quedas al fin en lo que labras,
sea un llanto, un verso, una sonrisa,
un amor, unos hijos, un poema.


Manuel Garrido Palacios
Presentación de Secuencias
Huelva 19 febrero 2015.

APUNTES DEL ESTÍO

 
APUNTES DEL ESTÍO


Se acerca la luz con rabia
y aleja las sombras de la tahona,
prende tiempo en las cales,
amedrenta los ocasos tan largos
y se comporta de ocupa invulnerable.
Es la ficción de la luz,
para que el pulso de los vivos
se acelere cuando la barrunte.
Inercia o destino, que gubia y sembrados aceptan,
como barranco y abejas asimilan.
Presume el estío de bisturí para quejas,
echa luz y empacha rebeldías;
domina el espacio solo con la claridad
y aligera la calma.
Por el estío se trizan los espejos,
se calientan ilusiones o se olvidan horizontes.
Todo en uno, dejando caer la tristeza para la niebla,
abrochando el botón de la nostalgia.


Ramón Llanes. (De MEMORIA DEL PRÓDIGO)

lunes, 12 de junio de 2017

NO ME ESPERES

NO ME ESPERES.


Nunca me esperes, 

puedes gritarlo desde la inercia de tu verdad 
y soltarlo como agua agónica 
en el gemido de la fuente. 
Nuestros padres se esperaron tanto, 
se volcaron tanto, perdieron tanto, 
la culpa se ha ceñido a nuestro miedo. 
No me esperes, mira hacia adelante, 
comprende al maquinista, 
hazle sol a las ansias 
y deja caer una lágrima de ironía
en la pozanca oscura de la noche 

y prepárate para continuar 
escarbando la tierra.

Ramón Llanes. (MINERALOGÍA DEL ALMA)

VEN A HUELVA

VEN A HUELVA

Mejor ahora, para presumir de paisaje, para invitar. Las bellezas no están lejos que a esta tierra, (a veces –dicen– apática, –nunca indolente–), rodean laderas, extremos y mar abierto con una exégesis de especialidad estética que la hacen seductora e irresistible hasta el mismísimo tuétano. Y luego del manjar natural que en la acera sur se resume en pinar, orilla, agua salada, espejismo y playa, por la Campiña se divisa la fantasía de los pueblos, con églogas de tiempos, con sonoridad de valores, con dólmenes, campos, viñedos y suculencia de amparos; subiendo van asomando las minas, esas cortas inmensas que están allí templando el bienestar de los hombres y poniendo las mitologías del sustento en su sitio. Y en la más altura huele a jamón, a encinar, a leña y devociones.
La provincia enseña sus dones sin esquivar los tesoros ni ocultar la nobleza del reinado de los seres humanos que se prenden a la tierra como la más expresiva dotación de excelencia que ella guarda para todos los momentos, sea Sierra, Andévalo, Costa o Condado, que en cada cortina y emblema la costumbre es hospitalidad y agrado.
Es privilegio vivirla uno tras otro todos los calendarios que anuncian los solsticios pero es más privilegio ser hacedor de ella, protagonista del esplendor, de su compostura y de los contrastes que la encumbran. Volvieron quienes lo saben, estuvieron atentos a su evolución quienes sestearon en las adormileras de cualquier edad y se quedaron quienes comprendieron su eficacia para la sanación o equilibrio del espíritu.
Más que nunca, ahora, que la luz es envolvente y mística; ahora que nadie puede tergiversar los planos mágicos de esta tierra inusual, ahora es cuando también invitamos: ven a Huelva; ven y no extrañaremos tu presencia; ven ahora que estamos casi todos y verás cómo son aquí las miradas, los crepúsculos y los abrazos.

Ramón Llanes. (SECUENCIAS DEL MÁS ADENTRO)

domingo, 11 de junio de 2017

NÓMADAS. RELATO



Escucha el relato de Lola Sanabria
Concurso de diarios de viaje de 'Nómadas' 2015

Segundo premio

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28 agosto 2012
Ahora que estoy a punto de llegar, remoloneo y voy lenta en el recorrido de los escasos kilómetros que me separan de mi destino.
Casi un mes. Al principio me costaba seguir las vías. Me pesaba el silencio humano, los trinos melancólicos de los pájaros en retirada por las tardes, el enloquecido sonido de las chicharras a mediodía, el cri cri de los grillos durante las noches. Pero siempre he gozado de la plenitud y grandeza de las acampadas, durmiendo al raso, de cara a la inmensidad de las estrellas.
A dieciocho kilómetros día. Ese era el promedio. Pero conforme pasaba el tiempo, iba bajando la media. Ni calzado adecuado, ni buenos calcetines, han evitado las ampollas y las rozaduras. Y este espantoso calor. Sudo y el sudor atrae a los mosquitos y se pegan a mi piel. A pesar de la crema protectora, me he quemado la piel de los hombros y he desvariado varias veces por algo de insolación. Y sin embargo, qué bello este paraje.
Me pesa la mochila. Me cobijo debajo de una encina. Bebo un trago de agua caliente y como un poco de pan y queso. Descanso un rato, después continúo andando. Sigo el trazado de las vías. Observo el paisaje.
Parece una herida sin sutura de la que mana sangre. A trechos, oscura como de cadáver de muchas horas, otros, con tintadas verdes, de mar profundo. Kilómetros de charcos, bifurcaciones y lavaderos de minerales arrancados por manos y máquinas, donde los insectos se ahogan y la vegetación muere envenenada, seca de vino y sol. Una escalera de hierros paralelos y travesaños rajados orilla el cauce hasta las minas de cráteres gigantes. Y la balsa azul que invita al baño, al trago, a quedarse para siempre, siempre.
Herrumbre y polvo de piedra. Vías muertas donde se oxidan los últimos vagones. Talleres y oficinas de puertas agrietadas y ventanas con cristales como cuchillas que salen de los marcos descascarillados. Radios, botas, máscaras y papeles. Abandono. Tharsis: final de trayecto.