RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

jueves, 30 de septiembre de 2021

EL NIÑO Y EL MAR

 EL NIÑO Y EL MAR

 

 

 

Recuerdo un paso de trenes, la barrera bajada y mi abuelo durmiendo con la debilidad de sus años en el asiento trasero del coche rojo que nos conducía al infinito mar tan esperado. Yo llevaba los ojos más abiertos que el día, eran casi las doce de un trozo de verano, el curso me trajo notas que empujaron a mis padres a colorearme el mar en los sentidos, promesa a cumplir un sábado de julio recién marcados doce años en mi agenda, doce años en espera de un sueño.

Subió por magia la barrera, corrí los deseos hacia la última duna que aún me impedía divisar el horizonte azul tan largo y tan descrito por mi abuelo tantas veces en tantas noches de invierno. Los ronquidos no desviaban mi atención del paisaje de pinos que comenzaba a trepar por los costados de la carretera y la metían en una boca verde inmensa y calmada como cuidando la tierra de la calentura del sol creándole un nudo de sombras calladas y expectantes. A este lado la tierra al otro lado el mar, quedaban rectas y curvas detrás de los esteros a poco más de unos minutos que se me hacían tristes y dolorosos. Llevaba sangre infantil de doce años, la ilusión de un preso el día de su salida de la cárcel, el cosquilleo indomable en las manos y una prisa incapaz de disimular. Ellos hablaban, yo arañaba el espacio, quería adelantarme al aire con mi ingenuidad de niño, me pensé perseguidor de los pájaros, solo llegar colmaba aquel momento de mi vida.

El coloso pinar no se acababa, seguía sin saber imaginarme una llanura de agua, ¡qué extraña sería una llanura de agua, sin árboles, sin montañas!, el vaivén del tiempo, de mi tiempo atareado me traía más ansiedad, me ahogaba la incalculada lejanía, huí del miedo al fracaso convencido de mi sorpresa cuando mis ojos tocaran por primera vez el mar.

Apareció la última duna, me levanté del asiento en señal de un triunfo impensable, desperté a mi abuelo y le abracé gritando mil palabras, una tras otra, sin necesitar respuesta.

Recuerdo que enmudecí cuando el mar y yo nos miramos. ¡El mar!, ¡mi soñado mar!.

Nadie había sido capaz de describirme en doce años aquel misterio interminable; ¡es más grande, más azul, más poderoso!; nadie mejor que mis ojos.

 

 

 

R. Llanes

miércoles, 29 de septiembre de 2021

SETIEMBRE SE MUERE

 


SETIEMBRE SE MUERE
 
Setiembre se muere,
se muere dulcemente,
con sus recuerdos largos,
con sus linderos verdes.
Setiembre se muere
con su mirada ausente,
con sus colores pardos,
con su canción de siempre.
¡Quién pudiera arrancarlo
de la sombra celeste
y prestarle un sombrajo
con membrillos y fuentes!.
Setiembre se muere
y el árbol se ha callado
porque el frío se crece,
 el tiempo es un atajo
de memorias dolientes.
Setiembre se muere
y se lleva el presente.
 
Ramón Llanes 30 setiembre 2021

martes, 28 de septiembre de 2021

SETIEMBRE, OTOÑO


 SETIEMBRE, OTOÑO
 
Que el otoño no me mienta,
que traiga aguacero y frío
y deje el árbol sin hojas,
así nos saldrán las cuentas
y nuestros campos baldíos
harán las flores más rojas,
necesarias las tormentas,
con más caudales los ríos
y bien saciadas las bocas.
Que el otoño no me mienta
que no se haga tardío,
que vengan las nubes todas,
que somos más de sesenta
en este otero perdido
confuso de tiempo y horas
donde nadie nos encuentra,
no traiga el otoño olvidos
ni soledades ni bromas.
Que el otoño no me mienta,
que no  sea “saborío”
 
 
Ramón Llanes

RAMÓN LLANES POR ANA DEACRACIA. PRESENTACIÓN DE LA CASA DEL MAR.

 

 

Ramón Llanes es un poeta con una obra amplia. Aparte de los muchos libros editados, de los premios que cosecha y que reafirman una vez más su calidad literaria y su pasión, Ramón Llanes también es una puerta inmensa al poema, una puerta que abrió de par en par para que fuésemos entrando, en esta casa que es la poesía, todos los poetas y las poetas de Huelva por la paz.

Solo un hábitat fértil donde crezcan antes

Las risas que los credos,

Donde se haga de noche

Sin sobresaltos.

 

Ramón Llanes no es un poeta cualquiera, puede que se perdiera en la noche de los sueños un actor maravilloso, pero tuvimos la suerte de disfrutar a cambio de un autor onubense que será recordado por mucho tiempo.

Se recuerda lo que asciende, lo que se eleva, lo que va siempre en progresión hacia un periplo indeterminado, pero atrayente, y él se siente hechizado por el horizonte de la vida, bajo el influjo de la literatura, como una matria tierra, como si las musas le cantaran solamente a él.

No sé si alguna vez intentó taparse los oídos como poeta, pero cayó en la trampa, dejándose llevar por la música del poema, como si fuese un canto venido de las siempre enigmáticas sirenas de Ulises.

 Los locos mandarán en este ágora,

serán los pájaros ministros del aire,

los mudos, ministros de las palabras,

los maricas y las lesbianas, y los románticos

dirigirán el ministerio del amor.

 

Ramón es como una corta minera a cielo abierto donde resuena el eco de un poema, un mago que por medio de palabras nos muestra su pirita, el oro que puede llegar a rezumar las frases, él las zarandea, las alcanza, teje el mundo de las letras dando cuerpo al calificativo que nos acerca a la verdadera esencia de las cosas.

Y besa la palabra y la convence, la vence y la amolda para dejarla perfectamente limpia, y así nos la entrega generoso como el más lúcido de los poetas.

La palabra ternura es más ternura aún entre sus versos.

Amor, amistad, paz, resuenan como un cántico

Me mandaron a estropear las guerras

Y remar todas las barcas…

 

La palabra mar, amor, marisma, felicidad o alcoba, saben distinto cuando él las recoloca

Tejiendo en el poema la realidad del mundo.

 

Y me soñé con un batallón  de palabras

Derribando a los malvados.

 

 Este nuevo poemario nos dispone otra vez para el viaje.

Yo no sé calificar un libro como lo hacen los expertos literarios, solamente sé de corazón, de piel, de hadas que revolotean alrededor de la poesía, y aquí, en este libro, 

La casa del mar, viven todas las náyades que encontraron el camino de vuelta a casa.

Enhorabuena, Ramón, por este libro de poemas.  


Ana Deacracia

sábado, 25 de septiembre de 2021

LOS OTROS


LOS OTROS 

Los otros vuelan sin pies,
desconocen las veredas,
se olvidaron de nacer
junto a las espigas nuevas,
nosotros somos de ayer,
humanos de raza vieja
que antes de saber volver
fuimos caminos y sendas,
los otros quieren llover
y nosotros agua quieta.

Ramón Llanes.

viernes, 24 de septiembre de 2021

DESAFINANDO


DESAFINANDO 


Canté para alegrar un instante del mediodía
al sopor de una sombra ardiente,
canté para desafinar las distancias
que me pueblan de inversos placeres
el ritmo de la vida,
canté conmigo, para mi sola conciencia,
y me quedé despierto
desafinando las gradas altas del sueño.
Y pervivo.

Ramón Llanes

jueves, 23 de septiembre de 2021

LA CASA DEL MAR. (AUGUSTO THASSIO)

 

                                   LA CASA DEL MAR DE RAMÓN LLANES.

                                                                                                     Augusto Thassio.

Grande. Ramón Llanes es un poeta grande, inmenso. Un poeta de exquisita sensibilidad, capaz de hablar  con la brisa, con los dorados malvas de los atardeceres y con la vieja farola de su terraza, en lo alto de la mina, que se deja querer por los versos no escritos del mirar silencioso de Ramón.

“Guardo viejos versos/ para ocasiones/ escritos en servilletas de papel/con memoria”

Tharsis le admira y le quiere desde que era un mocoso que trasteaba en el cajón de sastre de su padre, jugaba a ser capitán de los pinos del Madroñal y descubridor de fabulosos tesoros, que las naves de rey Salomón ocultaron bajo montañas de escorias, en espera que poemas azules de “La Casa del Mar” señalen el cielo abierto y rumores de luces nuevas.

“Basta la primera luz/para cubrir consecuencias/y no cunde el desánimo en las clases de vivir/que ofrece lo cotidiano”.

Precisamente, su último poemario “La Casa del Mar”, sugerente título y sugerente portada del pintor Juan Carlos Castro Crespo, fue presentado, reción estrenado septiembre, en el teatro Villa de Tharsis.  Las butacas fueron ocupadas por tharsieños de todas las edades, sedientos de versos y añoradas mareas que quedaron ancladas, como barcos, tierra adentro donde el sudor y la sangre se mezclaron para parir la idiosincrasia de un pueblo que goza y disfruta con la belleza de la palabra y los melódicos sones de los suspiros.

“No nos dejemos/ viciar con olvidos de memoria,/ ya no somos la utopía/ primigenia de la mar,/ahora tenemos de alma sana/la emoción/ y seremos capaces/ de sembrarnos de verdad/toda la relación necesaria de los besos/ hasta las últimas eternidades”

Los 63 poemas -suman el mágico 9- se derraman a lo largo de todo el poemario en cantos a la libertad, a la justicia y al reencuentro de espíritus afines a la esencia primaria de la esperanza, vencedora de intrigas, engaños, maldades y guerras fratricidas.

La presentación, emotiva y conmovedora, contó con la intervención a la palabra de Paco Durán, María Llanes, Simón Llanes, Elena Rodríguez Llanes, Simón Pérez Volante, Susana Llanes y un servidor, que me equivoqué, confundiendo Tharsis con Riotinto, y por dos veces. Imperdonable.

Ramón, con la parsimonia de un sacerdote druida, agradeció a los asistentes su presencia, nombrándolos, uno a uno, con cariñosas palabras.

En definitiva, un acto extraordinario para presentar un extraordinario poemario que todos los que aman la poesía deben leer, despacio, verso a verso, sorbo a sorbo, como el mejor de los licores.

Ramón Llanes sabe cómo emborrachar con sus poemas a los espíritus más exigentes.

miércoles, 22 de septiembre de 2021

DE PRONTO

 DE PRONTO.

         Es aún muy de mañana cuando se me abre el apetito de salir al mundo, después de los pasos de noche y madrugada, aún con la mancha de los estigmas del sueño encallada en el inconsciente. Me encuentro con la calle, con las esquinas salientes, con el asfalto negro; me encuentro con el silencio de las personas que caminan sin remedio, con la prisa de algunos; me encuentro, de pronto, con niños despiertos sin compasión que insinúan frescura y futuro.

         De pronto llego al  final del trayecto, también tiene calles, esquinas, vida mañanera. ¿No existen bohemios voluntarios que la habiten?-me pregunto-; solo el suelo mojado me indica que algo estuvo insomne mientras yo dormía. Me arrimo a la encimera alta de esta misión de hoy a donde me traen a diario las obligaciones de supervivencia y de pronto no me parece que haya tocado la vida ni la meta, me parece solo que he conseguido rebasar un obstáculo y apuntarle horas a mi calendario en fase positiva.

         De pronto calculo las incidencias que me esperan y calculo cuánto de sorprendente puede restregarme el día, sin acaso desearlo. Y le pongo un botón de muestra emitiendo la primera sonrisa a quien me esperaba.

 

 

Ramón Llanes

martes, 21 de septiembre de 2021

LA VIDA NO DUELE

 

LA VIDA NO DUELE

 

Con la insinuación de las teorías del dolor que capaces son de invadir lo pragmático y hacerse resalte en la línea primera, conspirar contra el miedo, la daga, la molestia o la dolencia, no se adapta al modelo de curiosidad que concilia con una reflexión sin tinte filosófico.

         Se ciñe la contrariedad en la posición positiva de por qué duele la vida y cuáles han de ser las dosis de combativo hacer para su evitación. Que la vida duele es un engaño místico. Y para tal dolor se inventaron las terapias colectivas de los salmos entre pan de oro y confesiones virginales. Que la vida duele también es una alegoría militar al honor, al convencimiento psíquico de la necesidad de proclamar la defensa de un territorio y sus sistemas, proyectando sobre el individuo un determinado grado de dignidad como premio. Que la vida duele es un dogma no consagrado, es algo imposible que precisa de una credencial humana para magnificarlo.

         Será que la vida duele o será que la confusión de la vida duele o que dolemos los vivientes o que tenemos mal entendido el dolor. Nuestra objeción se inclina a desmantelar el principio porque de tanto doler hubiera muerto la vida; pero la vida sigue un curso suficiente al que domina célula a célula con la punta de la nariz y se extiende con una versatilidad natural de imposible ataque. Para esto dio el momento de la luz caída y el encendido cíclico de las primeras farolas, solo para esto.

 

 

         Ramón Llanes (De El Cajón del Sastre)

domingo, 19 de septiembre de 2021

FLORES DE CHOCOLATE

 FLORES DE CHOCOLATE.


Siempre sospeché que no me llevarían chocolate al tanatorio. ¡Malditos desagradecidos!. Allí presumían de afecto y calentaban una condolencia al uso de agradar mientras los familiares, mis familiares, se lloraban toda mi ausencia, se tragaban los recuerdos, palidecían. ¡Oh, qué escena de flores!, coronas y sándalo anunciaban la resurrección de mi carne, ¡creyeron que había muerto!, cortejaron la sinrazón de una vida tan corta; el poeta había muerto, pero nadie trajo chocolate a su lecho, confirmaron mi sospecha. Por venganza, mi última venganza, les negué a todos la palabra. Ellos me animaban, se estremecían, me contaban recuerdos, me abrazaban, yo permanecía quieto, con los ojos cerrados y pensando que necesitaba chocolate.

Al momento de la siesta, eso sí, respetaron mi costumbre, me dejaron solo, las avispas del tanatorio guardaron un silencio de respeto, las flores dejaron de oler y la luz se metió en los rincones de la primavera, de aquel veintinueve de un abril eterno. Me despertó un niño que llamó a la caja confiado que sería la puerta de entrada a la vida, me sonrió, le sonreí, me preguntó si estaba triste, le volví a sonreír y corrió a los brazos de su madre sin dejar de mirarme.

Ellos eran muchos cuando rompieron los llantos otra vez, antes de la hora de una despedida sin retorno. Nadie reparó en mi chocolate, nadie recordó cuánto me gusta y en eso que, antes de subirme  a sus hombros, les preparé la mejor treta de mi imaginación. Me acerqué a una de las flores, la más hermosa, la acaricié en tono mío, la saqué del enorme florero, me la llevé a los labios y le puse un beso; ¡sentí el sabor a chocolate que tanto deseaba!. Ellos enmudecieron sin soportar que saliera de la estancia con mi flor, esgrimiendo una sonrisa de travieso y otra sonrisa de libertad.

 

R.llanes. 

sábado, 18 de septiembre de 2021

NACIDOS PARA GANAR

NACIDOS PARA GANAR


En una sociedad exclusivamente competitiva no está concebida la derrota, es nuestro caso. La preparación como seres humanos pasa por una formación inequívoca de fortaleza donde no entra la concepción de ser vencido en cualquier combate, la victoria es el único fundamento. Es obvio que los perdedores son siempre mayoría y que ellos no cuentan como elementos de valor, ¿es injusto?, ¿es, además ilegítimo, incomprensivo, ilegal, inconstitucional, inidóneo y antinatural?, ¿qué hacemos cuando no conseguimos la victoria?, ¿nos inmolamos?, ¿por qué la sociedad desecha a los tímidos, a los sensatos, a quienes no entran en el envite, a quienes no gustan de la contienda?, ¿será otro fracaso del sistema?, ¿estaremos despreciando -quizá- a los mejores porque no saben o no quieren competir?, ¿lo solucionamos o seguimos magnificando las victorias y desprotegiendo las derrotas?, ¿no te parece un absurdo?, ¿lo habías pensado?.


Ramón Llanes.

viernes, 17 de septiembre de 2021

UN ASUNTO DE SU INTERÉS

UN ASUNTO DE SU INTERÉS



Estaba en lo cierto, la película le involucró perfectamente en la trama hasta entender de buena manera que el ladrón fuera condenado por robar un caballo y le ahorcaran en un árbol alto sin una pizca de justicia donde pudiera explicar su error o su osadía; justificó el conflicto entre dos clanes por venganzas, no se puso a pensar en la importancia del odio en aquel argumento e incluso se sintió bien oyendo la banda sonora de las pistolas como música ambiental del guión; estaba en lo cierto de haberse propuesto evadirse del mundo por un rato y de haberlo conseguido.

Al finalizar la proyección se vino a su vida de hombre pacífico e intentó pasar la página con normalidad, en su sillón de siempre, con sus rituales de familia y su esperada sopa caliente; sonó el teléfono, “es de la comisaría -le comentó su mujer- te llaman por un asunto de tu interés”; antes de tomar el auricular se creyó culpable del robo del caballo y condenado a la horca sin ser juzgado y, sin atender la llamada, perdió el apetito y el remordimiento.


Ramón Llanes

EL TREN DE LAS CEREZAS

 EL TREN DE LAS CEREZAS.

 

 

 

            La niña resolvía la tarde cortando mariquitinas en la mesa ovalada del salón a la luz de una lámpara fluorescente, intensa y cenital que a poco conseguía entortar las líneas trazadas. De ese turbio aburrimiento que la invernada deja en los cristales y en los ánimos, de esa apariencia de existir que los niños inventan para entretener al tiempo; en la dulce comodidad estaba, rendida al entusiasmo de fabricar sus muñecas, cuando el padre anuncia,! nos vamos¡; la niña levanta los ojos brillantes como estrellas y, olvidando la tarea, se pierde en la sorpresa para arreglar lo mucho de ilusión que se precisa para un viaje a cualquier parte.

            En los preparativos incluyó la niña todas las emociones de la aventura. Le esperaba el glorioso tren de las cerezas en el andén de una esperanza. Sería vivir, saber descifrar los horizontes y la distancia, un pueblo, otro pueblo, el río, la agitación del tren, un entorno nuevo y, sobre todo, la otra cara de la vida.

            Antes de la hora de salida se llenaron de gentes los vagones; soldados, mujeres con grandes maletas, un grupo de niños vestidos de uniforme como si fueran de acampada, un cura solitario, un señor con sombrero; la niña observaba los detalles de aquella heterogénea concurrencia y esperaba en la ventanilla de su departamento que la campana diera el toque de partida.

            Echó a andar, paisaje adentro, el tren de las cerezas, adelantando los árboles y tragándose la vía al canto escolar de los niños y al primer sobresalto de aquella niña que dejó un momento su sonrisa al atravesar un túnel.

            Refiere la leyenda del tren, publicada en el cuadernillo de ruta, que nunca tiene destino cierto, que se le conoce como el tren de las cerezas porque sale puntual cada diez de abril del Valle del Jerte en la provincia de Cáceres y que recorre hasta el diez de agosto cada una de las estaciones de todos los pueblos y ciudades de la península. Refiere también que los pasajeros reciben un ramillete de cerezas al final de su destino y suele referir en letra muy pequeña que el tren sólo anda empujado por las sensaciones que, a medida de su marcha, vayan experimentando sus viajeros; eso dice, en letra muy pequeña, la leyenda del tren de las cerezas.

 

 

 

R.Llanes. 

miércoles, 15 de septiembre de 2021

ORDENANDO EL ARMARIO

 ORDENANDO EL ARMARIO

 

 

            Los huecos del armario olían a recuerdos y las ropas tenían el mismo color que los recuerdos, ese color ambiguo entre ocre y gris plisado, con suficiente perfume incrustado en la urdimbre hasta hacerlas perfectamente guardadas; las perchas se mantenían en la inmunidad, siempre se salvaban de las pérdidas, siempre se apegaban al barrote blanco que las cobijaba y las aguantaba todos los tiempos necesarios. El armario se fue convirtiendo, con la necesidad, en un cuaderno con páginas colgadas donde se podía leer la vida.

            A los armarios también les llega su tren de partida para divagar sin rumbo por las extremidades de los sueños, unas veces con el equipaje a cuestas y otras -las menos- con lo puesto; desde el armario al infinito solo hay un tramo de pequeñeces y los viajes parecen siempre los mismos, como si solo se moviera el pensamiento y nunca la memoria. Ayer, tarde de agosto, diera en casa por cambiar las arrugas de las mangas y ponerlas al orden izquierdo para que las camisas gozaran de distinto espacio, teniendo para ello que desocupar sitios, tirar las prendas en más desuso y refrescar con ellas el pozo de las emociones. Allí estaba el traje de vivir, cada corbata de andar por las esperanzas, cada pantalón hecho al molde del cuerpo, cada mancha o retazo de mancha que quedara como intérprete de las andanzas; allí podían buscarse madrugadas, besos, canciones, desengaños, amores, signos, el armario es también un murmullo del pasado con alma quieta.

            Al terminar de colocar de nuevo y de otra manera las cosas del armario se vino a la punta de la lengua la primera palabra o la penúltima pasión y los hondos altillos apretujaron otra vez los mismos recuerdos, dando a entender quizá que los cambios de lugar traen a la evocación la mística del sentimiento y la consignación de otro orden pero jamás impiden que se borren los estigmas, las brechas, la resignación y los recuerdos que tan cuidados permanecen con lealtad en el misterio del armario.

 

 

            Ramón Llanes. 

martes, 14 de septiembre de 2021

LA HUÍDA

 LA HUÍDA

 

 

         Por aquel entonces Silverio jugaba a ser niño en una familia pobre, cuando la miseria gozaba de todo su esplendor en la casa. Vivían siete hermanos más, la abuela Ildefonsa y el tío Lucas, soltero desde siempre y condenado a seguir siéndolo de por vida, un primo recogido por obligación, dos perros y una gata parturienta. En total, si es que los números sirven en estas ocasiones, se sentaban a diario a la hora de comer trece bocas grandes y muchas e imprevisibles bocas pequeñas.

         La capacidad de ganancia tenía fuente casi exclusiva en el hombre porque el añadido de la pensión de la abuela apenas daba para sus medicinas y caprichos. Los niños no llegaban más allá de los 17, el mayor; y el tío Lucas se dedicaba a la vida contemplativa, o sea, a contemplar cómo trabajaban los demás, pero así estaba consentido y así había que aceptarlo.

         A Silverio no le llenaba aquel entorno, a los demás tampoco, pero éste, de carácter retraído y reservado, pensaba más de la cuenta, veía lo que caía en sus manos y coleccionaba hojas secas. Su madre no admitía de buen agrado tanta abstracción pero callaba sus irónicas correcciones por miedo a la timidez del niño. Los hermanos, en cambio, le valoraban y le obedecían. Silverio era el tercero de los ocho y solo contaba trece años cuando, en una cena de esas de huevo frito para todos, planteó a sus padres su deseo de hacer la maleta (¡qué maleta!), y romper con todo aquello de manera drástica: “o me voy ahora o aquí me muero”, se decía. Y se fue a la mañana siguiente, con más lágrimas que equipaje, en un tren de mercancías, con el dinero justo para la travesía y la comida.

         En sus ensoñaciones de niño pobre no alcanzaba más allá del horizonte seco que los raíles le iban enseñando, un vagón de madera, un destino indefinido y con más ganas de huir que de llegar.

         Cuando atardecía se metieron por la ventanilla los reflejos de la ciudad, con una cortina gris, larga y opaca, sin trazos rotos ni costuras y una espesa bruma impropia de septiembre. Bajó con desinterés y caminó sin rumbo con su hatillo de ilusiones desquebrajadas sin saber lugar ni manos que lo acogieran. Aquella noche la hizo tan prolongada en su pensamiento como incómodo el miedo de las tripas avisando hambre. Algo se llevó a la boca y algo durmió, para eso sirven los parques y jardines en las grandes ciudades.

         Y Silverio desapareció de la existencia, a partir de su llegada.

Ramón Llanes.

lunes, 13 de septiembre de 2021

DE LOS MIEDOS Y OTROS SUSTOS

 

 

         DE LOS MIEDOS Y OTROS SUSTOS

 

 

Vine a profanar los miedos.

Esos serafines del sueño

que desgranan la facultad de dormir,

persisten al despertar

y conviven como parásitos

en este armar, desarmar, demoler

y deshacer ficciones que es la lontananza

del hombre solo.

El miedo del solsticio pasado,

del mentor presente,

del venidero tiempo de ventisca,

de todos los miedos que se juntan

en el asco y frenan

la palabra, la añoranza, el deber.

De los miedos acólitos que descreen

salmos, desprecian cereal y lodo,

acusan, disuelven, castigan, orinan

con desprecio en la acacia

sin respetar que duermes

y que eres tú, en viveza

quien lo sufre. A esos miedos

traviesos y leprosos

vengo a ahuyentar del frasco donde

amas. 

 

Ramón Llanes

domingo, 12 de septiembre de 2021

HE NACIDO

 HE NACIDO

 

He nacido con lluvia en la boca,

brazos mojados, pies en lodos

y charcos de agua en mis sueños,

he nacido por la candidez de mayo

sin darme cuenta de la luz.

Se me acercan los recuerdos

del atardecer de setiembre que nos cuajó

la herida en el tesón de un golpe,

cuando éramos también

un solo charco.

 

 

R.llanes. (del libro MEMORIA DEL PRÓDIGO

sábado, 11 de septiembre de 2021

LA CASA DEL MAR. PRESENTACIÓN


 

SETIEMBRE ES UN PUEBLO


SETIEMBRE ES UN PUEBLO.

Setiembre es un pueblo
con mil calendarios
en el alma puestos,
una iglesia, un santo,
una plaza, un gesto,
seres solidarios,
armonía y beso,
candela y espacio,
premura, sosiego,
voces, paz y cantos,
romance y silencios,
es setiembre llanto
por quienes se han muerto
en el vecindario,
es también recuerdo,
unión de diario,
personajes viejos
que adornan el patio
y muchachos nuevos
con sus idearios.
Setiembre es mi pueblo
infinito y ancho,
romántico y bueno.


Ramón Llanes.

jueves, 9 de septiembre de 2021

ATADO AL LUGAR QUERIDO


ATADO AL LUGAR QUERIDO

Setiembre, mi distinguido,
donde mi sol se renueva,
espacio de andar y espera,
de salud y compromiso,
se fueron quienes vinieran
a comparecer al sitio
de identidades de vicio
y necesidad certera,
acaso quede quien queda
atado al lugar querido
un poco desposeído
del afecto que se llevan.

Ramón Llanes. 10.9.2021.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

LOS NIÑOS DE SETIEMBRE


LOS NIÑOS DE SETIEMBRE

Es madrugada en los sueños
y están los niños dormidos
quizá simulando olvidos
quizá formando recuerdos;
setiembre les ha traído
algunos libros, cuadernos,
un par de zapatos nuevos
y aquel abrazo perdido,
los cuentos que no se han ido,
y la mano del abuelo.
Están soñando los niños
con la alegría del juego.


Ramón Llanes.

martes, 7 de septiembre de 2021

RECORDANDO A CINTA


RECORDANDO A CINTA

A una memoria de sueños recortados
por la indolencia de la muerte,
al confín más eterno, al deseo de tenerte,
a recuperar abrazos esperados,
a fundir el cariño con la suerte,
a volver al pan, a ser presente,
a curar la maldad de lo pasado,
a esperar la tarde, a ofrecerte
el amor y a mucho más quererte,
al Madroñal venir a tanto amado.
Nunca serás adiós que serás siempre
una obra de honor aun pendiente
de tenerla el tiempo deseado
para la vida, o simplemente
para que llenes el hueco vaciado
que en soledad y en dolor se muere
por la ausencia que has dejado
en esta calamidad doliente
que a los tuyos amarga demasiado.
Ven a casa, Cinta, vente
a inventarnos caricias con tu agrado.


Ramón Llanes. Tharsis 8 setiembre 2021
En el día de la Virgen de la Cinta.

lunes, 6 de septiembre de 2021

LA CASA DEL MAR


 

ES POSIBLE EL FUTURO


ES POSIBLE EL FUTURO



Si todo no está perdido y es posible la próxima catarsis, búsquense voluntarios en las listas todas de todos los prejuicios, de los sueños, de las esperanzas, de las cualidades, de la lucha, para analizar el futuro, plantarle cara, someterlo y olvidar de camino las sendas erróneas del pasado. Vengan al confín de los valientes los sabios, las princesas y los entendidos, la pléyade toda de los científicos desde la primera a la última orla; que las institutrices, los maestros, el comodín, la sierra de calar, el lindero, la cita de amor, el callejón sin salida, los dioses sordos, la hemeroteca del sastre, las corbatas negras y el santo vengan a negociar con el horizonte; es tiempo de palabras, hay mérito aquí para empezar de nuevo, solo hará falta quitarse el equipaje actual, el tul intolerante y la camisa de las seudo batallas del odio; confinados un rato más hasta aprenderse y llegar luego ofreciendo el corazón sin condiciones. Desde lejos parece una utopía, desde cerca una posible opción.



Ramón Llanes.

sábado, 4 de septiembre de 2021

HACER ALGO

HACER ALGO 



Todo es silencio en el desorden,
de hombres se pueblan los árboles,
de piedras los pensamientos,
procede marcar otro ritmo
a tanto agobio, procede levantarse
a favor de las palabras
que se han quedado muertas en el insomnio.
Si fuera sábado
te llamaría por el eco para hacer juntos
un algo inusual en los charcos,
acaso vaciarlos de espejos.


Ramón Llanes.

viernes, 3 de septiembre de 2021

CUARTO DE SETIEMBRE


CUARTO DE SETIEMBRE

Mirad si han abierto bien las alegrías,
si hay luz tenue en el rellano,
si se ha vuelto a llenar
el sur de melodías
en el mundo tierno de la cosas,
si están los pájaros cantando
y siguen las tardes tan hermosas,
mirad si duele el mediodía
del sol que empuja los tejados,
mirad si huelen bien las rosas
y haced con este instante un día,
un siglo de paz con mil abrazos,
una eternidad solo de vidas
que al tiempo de querer se están gozando,
haced que alumbren utopías
la esperanza de los que están soñando.

Ramón Llanes.

jueves, 2 de septiembre de 2021

TORMENTAS

TORMENTAS



Setiembre se tumba al sol
como si presagio fuera,
esquivando los sofocos
se marida con la siesta
y se hace de sopor
olvidando que la fiesta
es soplo de una ficción
y premura mañanera
de sombra, libro y espera.
No sabe setiembre, no,
que la frialdad enseña,
que el aguacero se abrió
por las cornisas primeras
y que más vale un adiós
sin daño que una tormenta.
A este castigo y temblor
haremos nuestras maneras,
subsistiremos los dos
sin desespero ni pena.
¡Carajo, cómo dolió
que tanta agua cayera!.

Ramón Llanes. 3 setiembre 2021.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

SETIEMBRE DOS


SETIEMBRE DOS

Setiembre ya
y las camas desechas,
ligeritas las fechas,
las noches sin dormir,
el pozo del patio sin respiro,
la niña sin olvido
y el tiempo sin pernil,
qué seremos
si nos viene la envidia,
se nos rompe la tibia
y huimos de mentir,
qué seremos
si cambiamos por calma
las sorpresas del alma
y nos da por vivir?.
Apenas
seremos un motivo
sin hambre de destino
sin ganas de insistir.

Ramón Llanes.