RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

lunes, 26 de mayo de 2014

UN ABRAZO, UN VERSO, UNA LIMOSNA


UN ABRAZO, UN VERSO, UNA LIMOSNA


Vuelve a ser un recuerdo el tririntintrán de las elecciones, como lo fuera tantas veces desde que nos conocemos, y se nos ha vuelto a poner cara normal, aquella de la insatisfacción y el inconformismo, idéntica a la de siempre, sin atisbos evidentes de sorpresas agradables, sin suerte con el horizonte, sin fuerzas para la osadía y sin coincidencia con los versos que escriben los diestros de la fila; ellos y nosotros no rimamos, han inutilizado el alfabeto y las reglas, nos han discutido el papel y se han olvidado de las metáforas; así es imposible rimar, ni en consonante ni en asonante; ni en remedios ni en soluciones ni en proyectos, no rimamos. Han escrito -dicen- muchos poemas, que no lo son, que son prosa barata escasa de contenido y torpe en formas, pero ni una de ellas ha puesto gracia o beneficio, han sido prosas de estupor. Ni siquiera un endecasílabo, un pan caliente, un beso; ni siquiera un acento de ritmo, una lágrima de felicidad o una mirada; el mundo de los diestros de la fila y el mundo nuestro -ellos desde su prominencia de insensibilidades y nosotros desde el socavón sin salida- hemos dejado de rimar en la armonía deseada y lógica, hasta ser líneas paralelas que nunca se encontrarán.
El escenario de la calle vive a una par de dolencias en la debilidad de quienes se van desnutriendo de cálculos y solo desde la imaginación consiguen amparar media vida que la otra desfila hacia el medrenazgo inventado por los primeros de la fila de los diestros. Es imposible aquí ser merecedor de derechos, acaso aspirar solo a la limosna envenenada o abrazo electoral en tiempo de discursos y baños de gloria, época de reproducción de banalidades y soberbias y también de arrepentimientos, propicia para la generosidad de ellos mismos. Los “dioses” de la fila de los diestros no se mezclan con los de la otra fila, ni siquiera en la prosaica verdad de un verso.
No hemos sido conscientes de haber llegado hasta aquí en plenitud de facultades, algo nos han puesto en el agua.


Ramón Llanes. 24.5.14.
Publicado en huelvabuenasnoticias.com

DEVOCIONES Y OBLIGACIONES


DEVOCIONES Y OBLIGACIONES


Estas elecciones han coincidido con la celebración de gran número de comuniones por esta baja ladera de la baja Andalucía que nos sirve de cauce de vida. En conversación aparte nos preguntábamos la influencia de una sobre las otras sin tener una idea común bien contrastada que nos hubiera podido dar la clave a nuestro diálogo. Apenas cerrarse los colegios electorales, casi al mismo tiempo de la finalización de los convites y festejos propios de la liturgia de tan importante sacramento, indican las noticias que la participación de los onubenses en las urnas ha sido mínima, con unos registros que rozan niveles alarmantes.
Sobre ello escribirán mañana los diarios analizando todos los elementos sociológicos de influencia, hasta dar cifras comparativas y niveles de abstención mostrando las causas que han provocado la escasa participación ciudadana en las urnas. Quizá a pocos analistas se les ocurrirá proponer conclusiones que culpen a los cultos devocionales de tan rácano resultado e incluso puede que nadie lo considere de valor de alteración y pondrán énfasis en la apatía, la desgana social, la desafectación del ciudadano con la política o acaso también la poca importancia que pueda tener Europa en nuestra ciudad. O miles de opciones más que barajarán para acabar su trabajo -los analistas- con la mejor cuota de acierto para atender adecuadamente el dogma de las estadísticas.
Tampoco considerarán de interés la opinión íntima de los electores. No admitirán los estudios las posiciones personales tendentes al rechazo a todo aquello que se encasille en “lo político” ni admitirán que los gustos a veces están reñidos unos con otros y no se pueden compatibilizar estos con la obligación que impone el derecho al voto. Quienes andan metidos en órganos de representación o son familiares de algunos de ellos, prestan una especial atención a los comicios pero el resto de los humanos no está interesado en renunciar a sus aficiones primarias para acercarse a depositar su opinión a sabiendas del mal uso que hasta el momento se le ha dado.
El domingo gran parte de la plebe dedicó su tiempo a llenar iglesias y ponerle consideración a los actos de familia, a la comida junto al niño, a los regalos, a la conversación con el compadre y a menesteres de este sutil bienestar que llega al alma, olvidando a conciencia cuánto ganarán en Bruselas los elegidos.

Ramón Llanes.
Publicado en diariodehuelva.com

miércoles, 21 de mayo de 2014

VOTAR BELLEZA

Votar belleza

Urna-Elecciones (2)
Cuando de nuevo sea el examen de la urna, un suspiro de alivio más por la intención de acertar que por el deber de cumplir. Nadie votará candidatos que hayan prometido desempleo, sequía, insolidaridad, intolerancia, desfachatez, corrupción o que se hayan entregado ahora para esconderse después; nadie votará reglas, imposiciones, soberbias o dogmas. Estaremos entre la mayoría que votaremos intenciones, ideas, compromisos y honestidad. Si todo dependiera de los candidatos votaríamos sorpresas; si votamos ideario nada nos alejará de nosotros mismos; si votamos voluntad nos conformamos; si votamos utopías seguiremos soñando.
Nos queda la opción de votar belleza. Votar, sin rubor, agua, paz, sueños, felicidad, acequias, amistad, solidaridad, afecto, logros, sosiego, templanza, pasiones, verdad, conocimiento, armonía. Aún así las urnas se llenarán de ilusiones que no se entretengan en la tenencia de más de lo tenido, más bien accedan a conseguir el alcance de lo posible de ser, en lo humano, en lo natural, en lo ético. En el estado de bienestar sobran alfileres, tarjetas de crédito, coches, hipotecas y engaños. En nosotros también sobra de todo, incluso la obligación de comer en el pesebre impuesto, y nos sobran agallas para que nadie nos mande en el pudor, la mirada, el tiempo o el hambre.
O acaso, con la voluntad hecha añicos por tantas veces tanto desafuero, inclinarnos con el voto de la verdad en los postulados sociales que deben regir el mundo que nosotros mismos hemos soñado y en vez de votar proclamar la idea de atención a cada individuo desde los valores que aprendimos y asegurarnos que no harán con la garantía del voto aquello que les venga en gana, y menos aún que sigan merendándose nuestros derechos en cada orgía política de mercenarios. O acaso eludir la obligación y aprovechar ese tiempo en escanciar una amistad.
Siempre nos quedarán estos sueños y la belleza.
 
Ramón Llanes. Publicado en huelvahoy.com

AYER Y MAÑANA




Me pregunto qué será del ayer vivido con intensidad y qué también del ayer maldito que trajo consecuencias nefastas a nuestra vida; a dónde irán las ilusiones no cumplidas y los deseos rotos, a dónde la fuerza que pusimos a las emociones y el amor que fuimos derramando; ¿quedará todo en un cajón sin fondo ni constancia?, ¿ se irán los suspiros a un aire sin límite?, ¿algo tendrá eco y constituirá resorte o estela para la memoria?. No sé, no sé.
Me pregunto qué idearemos para el mañana, para seguir superviviendo a los envites, para consolidar la estampa de creencias que fueron referencias concretas de nuestra misión; qué vestido le pondremos a nuestros huesos, qué cristal a nuestros ojos para que sigan mirando las cosas, los objetos, las personas; qué brillo le daremos a un cansancio o qué bálsamo a un sosiego, qué de buen hacer seremos capaces de diseñar para ese mañana incierto y provocador que nos sopla el cuello, qué de miserable o generoso será nuestro corazón pasados los años y a la vista del futuro posible. No sé, no sé.Me conformo con ser un presente ajustado al troquel, una pieza más de la esperanza, una rosa en un jardín silvestre, una voz del silencio, un esqueleto sin autopsia. O me conformo con ser el pensamiento retorcido de un odio inolvidable, o un condenado a la reencarnación del lobo, o un preso con la condicional para toda la vida, o un imbécil que trata de convencer de su inteligencia, o un inteligente que se dedica a prostituir paisajes. Tampoco sé.Doy un paso en el presente y me encuentro en el mañana, recuerdo mis horas de niño y estoy en el ayer; ¿a quién pertenezco?. Si doy un grito rompo un silencio, si escribo me desnudo, si hago una foto inmortalizo un paisaje, si pienso creo una idea, si amo tengo emociones y si me voy certifico que estuve; ¿qué hago?.Quiero hacer una foto, escribir un poema, solicitar un paisaje para mi ventana, amar, seguir amando; todo sin romper el presente, sin alterar el ayer, sin molestar el mañana. Atentamente

Ramón Llanes.
Publicado en diariodehuelva.  20.5.14

domingo, 18 de mayo de 2014

LA GRANDEZA DEL VOTO

LA GRANDEZA DEL VOTO

 
Como el agua, las propagandas electorales han anegado los buzones calmos de cada habitante; los sobres, que otrora fueran objeto de mofa y repulsa –después de haberlo sido de postín y desvergüenza- circundan ciudades donde suceden desahucios y alteran todos los pronombres de los destinatarios y surgen por el lodazal de las incertidumbres urbanas el magnífico deseo de amordazarse al silencio, dejar pasar la vida un día más, que no será pedir mucho, y emplear el plácido domingo en tareas de afecto.
 
            Predominan los mensajes fatuos en la lista de actos que dislocan el énfasis de las promesas de imposibles o de todo aquello que en el programa lleva treinta años escrito a color y en clave de mentira. Saben que la política ha defraudado a la inmensa mayoría  de este país, que Europa no ha seducido lo suficiente, que las seguridades y derechos de los ciudadanos han sufrido mermas y desencantos en este último trecho, que la satisfacción no ha existido más allá de los propios elegidos a la mesa del reparto. Es imposible que se pueda legislar tanto en tan poco tiempo –a esta legislatura me refiero- sin exponer siquiera una norma beneficiosa para los protagonistas de esta historia que somos nosotros los votantes y poderdantes de confianzas. Es imposible que con tal panorama general se convenga en las familias la dedicación al voto del día veinticinco y no al vómito y al reproche.
 
            Nos dicen que la abstención beneficia a los partidos mayores, que mi falta de voto va a la urna mala y se convierte en punto importante para quien nunca quise votar. No es posible que esto funcione así, eso es lo que consideramos necesario cambiar, además de las caras de los de siempre y las actitudes indecentes de los de siempre. El voto es un cheque en blanco que entregamos a gente sin escrúpulos, salvo raras excepciones; pues se acabó.
 
Ramón Llanes.
Publicado en digitalextremadura.com. 19.5.2014

viernes, 16 de mayo de 2014

NO DEBERÍAS ESTAR AQUÍ

No deberías estar aquí

 
16 mayo 2014
Ramón Llanes.
 
Otra vez nos han elegido para elegir. El sistema, encorsetado y mandón, sin modificar un ápice las formas, decide que es momento de quitar a unos para volverlos a poner dos días después en el mismo sitio avalados por algo que llaman voto y que se inventa para hacernos creer que así llegaremos a otro algo que llaman democracia. Nos informaron a través de panfletos que ocupaban asquerosamente las calles y la rutina consiguió esa repulsa de una inmensa mayoría que no fue tenida en cuenta; importaba su voto, su voto era la decisión primigenia del cambio del mundo; la abstención suponía regalar escaños al enemigo. Y así convencieron a la medio tribu tonta que había decidido olvidar lo absurdo de votar, que luego para los votantes serían las culpas de los desafueros, de las corrupciones y de los enjuagues; que los elegidos reirían a mesa y mantel de oro y se subirían a sus olimpos desde no se ve ni se oye ni se toca la cruda realidad de la plebe y reina una tranquilidad de riqueza solo comparable con la mismísima caja fuerte del más poderoso banco suizo.
Y quieren que les pongamos fecha de santoral, que les dotemos de inmunidad parlamentaria -qué cursilada-, que quememos yerbas aromáticas en su honor, que les dejemos en paz algo así como cuatro años y que silenciemos sus intereses. Ya han llegado y son el producto más preciado de la red más apreciada de esta brutalidad de tiempo espeso.
Iremos a las urnas esclavizados por la impotencia y dejaremos el voto para firmar una nueva condena que ellos mismos han impuesto y seguiremos siendo pobres de espíritu y de despensa y ellos se montarán en la soberbia y no querrán renunciar a los privilegios y habremos de medrarles nuestros derechos y no consentirán hacer ese algo necesario para impulsarnos porque creerán que están en juego sus lujurias y sus avaricias. Se negarán a mover los dedos si dejan de llevarse a la boca alguna prebenda nueva para su legión de sátrapas y el vulgo creyente en sueños primitivos y utopías engendradas recibirá la mofa sucia como premio a obedecer metiendo en la urna de la incertidumbre su próximo castigo. No te aconsejo que lo hagas, forastero, no deberías estar aquí.
 
publicado en huelvabuenasnoticias.com

martes, 13 de mayo de 2014

SOBRE RAMÓN LLANES.


PRESENTACIÓN DE RAMÓN LLANES DOMÍNGUEZ

 

Por Juan A. Guzmán

 

Presentar a Ramón Llanes Domínguez es motivo de satisfacción y orgullo. Presentar a Ramón es compartir a un poeta amigo. Y mostrar a este poeta amigo es ofrecer, en su voz,  todos los sentires del Andévalo.

 

Si Paco Toronjo es el poeta de la oralidad, el Trovador, el pico punzante que golpea el mineral, el barreno tronador que hace temblar y tambalear y triturar el solar andevaleño; Ramón es el poeta que escritura, es el creador que impregna su pluma en las acrisoladas aguas tintas del río Tinto y las convierte en grafo. Grafos andevaleños, a veces verdes, nevados y negros como el sentido aroma aéreo de los jarales; otras veces, incidiendo con la profunda naturalidad de la corta concéntrica en los más hondos estremecimientos del ser humano que en el Andévalo,  como en todo el planeta Tierra, ama, sufre, ríe, suspira, llora, se agranda, agoniza y se eterniza en la memoria emocionada de sus coetáneos y en la nostalgia telúrica de la voz secular y originaria de su poeta: Ramón Llanes.

 

Para preparar esta presentación he tenido que ir al rincón más recóndito de mi biblioteca, allí donde están los libros de mis seres poetas queridos; aunque ellos no lo sepan, yo los quiero. Y los quiero como a la mayoría de los seres que se que aman. Sin elección como se ama al lugar donde se nace, a los padres, a los hermanos, a nuestras costumbres y cultura… Así, así quiero yo a estos poetas. Y los quiero porque son los poetas que me ha tocado convivir con ellos, consentir con ellos… y, (la mayoría de las veces, dada mi incontrolada timidez y recelo para no mostrarles mi gran afecto hacia ellos), discutir. En ese rincón profundamente esencial de mi biblioteca están sin orden ni concierto, como si estuviese en mi memoria emocional: “Un soplo de mi vida” de Ramón Llanes: libro nº8 del a colección del C.E.O. Arropándolo para que no se caiga “Oda al hombre” de Eduardo Álvarez Heyez y los “Caminos del poeta”, de Antonio Cano, seguido de “Océano” de Abelardo Rodríguez, “Milciades” de Pepe Juan Díaz Trillo, “Cartas a nadie” de Juan Drago, “Buscándote a destajo” de Paco Sánchez, “Andando el tiempo” de Francisco Jiménez, “Zalassa” del Capitán de las Dunas. ¡Qué tiempos aquellos, la poesía onubense escrita y publicada en los setenta y ochenta! Tiempos del Club de Escritores Onubenses, Celacanto. Me gustaría encontrarme algún día con todos o casi todos aquellos jóvenes que iniciamos la singladura, dura, dura, de ser raros, raros, raros, es decir, poetas. Por entonces las contraportadas de los libros se escribían así:   

 

“En el Tharsis de cobre y de vagonetas, en la única primavera del 1949 y por el amor de Pepe y Candelaria, mis padres, se me concedió la libertad de la luz. Jugué durante niño a la pelota, a los bolindres y a las pandorgas. En el Seminario aprendí las primeras normas de conducta, la guitarra y la poesía. La vida me enseñó el resto. Ahora agradezco a todos que me hicieron hombre. Con sinceridad escribí algunas de mis vivencias en esta pequeña obra un poco de la mano del silencio y la nostalgia. El tiempo me regaló otras libertades. Con mi mayor respeto esto es “UN SOPLO DE MI VIDA”.

 

Este soplo de su vida y de mi vida y de la vida es el que ahora quiero compartir con vosotros, y con Ramón, en la franqueza de su poesía sencilla, directa, elemental, con la ternura de la fortaleza del espíritu, con la sonrisa del hombre fraguando en infinitas batallas diarias, del poeta que se hace voz y eco del hombre de su tiempo, de su solar milenario y pacífico como gérmen de las culturas más autóctonas y permanentes: Tartesos. Con vosotros Tharsis en la voz de Ramón; Ramón en el sentir de Tharsis. De lo elemental a lo esencial por el camino del amor vital. Tierra y seres andevaleños entrañados en el sentir universal de su poeta, que nos lo cuenta, nos la canta, nos la cuenta, lo siente y lo consiente:

 

                    MI CAMINO VIEJO

                   

Por el camino viejo de mi barca

                    te enseñé mi luna de poeta

                    y la tendrás junto a la orilla… llena.

                    Porque tú sueñas

                    la misma paz que yo atesoro.

                    La ilusión de tu mirar quiero llevarme…

                    Yo quisiera tener en mi guitarra

                    el son eterno de tu risa

                    y ofrecerte un canto de bordones

                    que mezclaran tus notas con las mías.

                    Alguna vez, sin que me esperes

                    te dejaré que me copies esa luna

                    a cambio de saber que no me olvidas.

 

Como a la amada,  amigo lector, también te dejará que le copies “esa luna”, la luna de su creación a cambio de tener  presente  para siempre a nuestro poeta, Ramón Llanes.

                   

                   

viernes, 9 de mayo de 2014

LOS DESCUIDOS DE LA VIDA

Viernes, 9 mayo 2014

LOS DESCUIDOS DE LA VIDA


Ramón Llanes
Apenas comenzando el anochecer del día ocho de mayo, en plenitud de primavera de proyectos, sueños de nacencias con todos los protocolos que la estación propicia, apenas todo eso para que la vida descuidara su misión protectora y la carretera pusiera un límite a los niños. ¡Insensata desconsideración!, ¡injusto destino!. Y aquí estamos, lejos ya de la serenidad y proscritos a un dolor eterno. Bien hubiera podido la vida aplazar el desenlace como aplazara el partido o bien pudiera la vida haber prestado una desmedida atención sabiendo que el autobús solo portaba sueños y ternuras. Era suficiente patrimonio humano como para dotarlo de un especial respeto, y no lo hizo, y se desentendió, y se nubló toda la primavera y se llenó de tragedia la tierra grande de Extremadura y se anegó de lágrimas la ruta, creando un miedo tormentoso en los hogares y un dolor infinito en el alma.

            Pero las culpas andan sueltas por el aire, siempre atentas a pronunciarse en tono maldito y se despacharon en alevosías hasta morder las esperanzas y quebrar el sentido más bondadoso de los hombres. Los niños han dejado sus nombres y sus risas en aquel arcén como dejaron su impronta agradable en sus asientos, como dejaron la alegría motivadora en cada gesto. Quedarán los recuerdos totalmente enfundados en una retahíla de emociones y los padres conservarán la sutileza toda de la vida compartida y le buscarán razones para poder soportar los golpes de la memoria.

            Ha de quedar un hálito de honor para ellos, un brindis de amor por ellos, un afán cálido siempre recordable, por ellos. Han de quedar sus vidas grabadas en lo más poderoso de nuestros sentimientos, para que no dejen de ser vidas o vuelvan a ser vidas, para siempre.

domingo, 4 de mayo de 2014

TIEMPO DE JAMUGAS

  • Tiempo de jamugas

    Vuelve la memoria al lugar donde se pusieran los primeros pasos casi una vida atrás, ermita de San Benito, -a medio entenderla de templarios o clausuras-, a donde no castigan los ojos la intemperie del tiempo y vuelan imaginaciones sueltas de sanbeniteros viejos que allá dejaran, -quizá-, polainas, cabestros, estribos y folías; décadas de alquimias y dulceros, de sinceridades y reglas; décadas también de pregones escritos en los soportales místicos, hacienda de las piedras y majadas, hervores de cacerolas en espera del hambre que ha de llegar inquieta desde los campos erizados y cerreños. Las parvas aún por recoger allá abajo, los horizontes largos y preciosos, las jamugas altas como amuletos de devociones y la sosegada paz de la danza. Vista adelante imaginando las acrobacias de los mayordomos para llegar al fondo de la emoción con toda la fe puesta, sin perderse un sonido, un eco, una esperanza.
    San Benito
    Arriba, donde se queda el tufillo extraño del tiempo a convivir las caídas de los tardíos soles del estío y donde los poleos se bailan con la soberanía cordial de las mudanzas, los toques son estornudos que sienten las semblanzas del santo y se vislumbra en toda la gran estancia una soledad compartida que hace reinar, de paso, la decencia de peregrinos nunca idos de aquel aire.
    Cuando en El Cerro ordene el prioste y toque a partida, los cabestreros tomarán las mulas hacia el camino viejo y las jamugueras crearán su paisaje con la felicidad a mano; Isabel –la expresiva mayordoma bella- irá con su gala del amor y sus miradas extendidas para acoger, desde la sublimidad que le corresponde, a cuantos caballistas y devotos persigan con ella, la gloria soñada. Simón,-mayordomo intenso- someterá su hálito nuevo a una nueva sonrisa que prenderá en las torviscas y en los surcos sin apenas mediar palabra que pueda deshacer su complicidad con el silencio. Y en la tarde, morderán las luces las espigas atentas y empujarán la comitiva para estar en Los Montes, renacer del cansancio y sentirse recibidos por la generosidad alegre del gentío para antes de las primeras sombras poder alcanzar la solemnidad de los sueños con San Benito en el abrazo y hacer la función de los siglos con la sencillez de la estirpe y la banda sonora del tamboril y la danza, todos los días, hasta que se cumplan los ciclos y toque, de nuevo, a partida.

    Ramón Llanes.

    TE CONOZCO


    TE  CONOZCO.

     

    Con mi pura devoción humana

    a El Cerro de Andévalo.

     

     

           Yo sé de ti, te he visitado en horas de calor y estío, en tardes largas de riquezas y acogimiento, en tardes cortas de aguaceros con las pestañas mojadas, en noches de pregonarios y mañanas de albricias, en días de música y días de dolor, en momentos  de templo, en procesiones sanbeniteras, en muchos ratos de folías y poleos junto al paisaje de los pagos claros del Andévalo, en fechas señaladas en nuestros únicos almanaques porque alguien estaba en mayordomía u otro alguien me dejaba caer su agasajo por el alma, en fiestas de agosto probando la paz hecha luces de colores y la satisfacción de la convivencia, en minúsculas conversaciones con hombres que me aportaran en un segundo un mensaje completo, en mayúsculas conversaciones donde el tiempo era lo de menos porque la ocasión aquí era premio por tanta emoción, en dulces de turrón y sombras de eucaliptos.

           Te conozco, amado Cerro; te conozco desde mi primera entraña, desde la consistencia de tu paisaje, desde el corazón viejo que me parte la sonrisa de tanto usarla, desde la miel de tus gentes en la serenidad de un abrazo, desde la hornilla que amolda los sabores a nuestro gusto, desde la poética de tu Trinidad, desde la nobleza de toda tu estirpe, desde un rincón que se nubla a otro que se aclara, desde mi intensidad de observador, te conozco.

           Te pretendo en la golosina que eres para mí cuando soy niño en tu aire especial que me aquieta, te pretendo en el pestiño, en un aviso general consagrado al sentimiento, en un salto atrás del tiempo, en la onírica promiscuidad de mis realidades en este lar, en mi acto por venir, te pretendo.

           Y te amo, Cerro altivo, con la potencia de cada una de mis sístoles, con el fuego que nos transmitimos, con el respeto a las familias de la mujer que me acompaña la vida y con el afecto a ellos, con las carnes abiertas por tanto que me das, te amo.

     

     

     

                                                     Ramón Llanes. 6/02

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    TE  CONOZCO.

     

    Con mi pura devoción humana

    a El Cerro de Andévalo.


           Yo sé de ti, te he visitado en horas de calor y estío, en tardes largas de riquezas y acogimiento, en tardes cortas de aguaceros con las pestañas mojadas, en noches de pregonarios y mañanas de albricias, en días de música y días de dolor, en momentos  de templo, en procesiones sanbeniteras, en muchos ratos de folías y poleos junto al paisaje de los pagos claros del Andévalo, en fechas señaladas en nuestros únicos almanaques porque alguien estaba en mayordomía u otro alguien me dejaba caer su agasajo por el alma, en fiestas de agosto probando la paz hecha luces de colores y la satisfacción de la convivencia, en minúsculas conversaciones con hombres que me aportaran en un segundo un mensaje completo, en mayúsculas conversaciones donde el tiempo era lo de menos porque la ocasión aquí era premio por tanta emoción, en dulces de turrón y sombras de eucaliptos.

           Te conozco, amado Cerro; te conozco desde mi primera entraña, desde la consistencia de tu paisaje, desde el corazón viejo que me parte la sonrisa de tanto usarla, desde la miel de tus gentes en la serenidad de un abrazo, desde la hornilla que amolda los sabores a nuestro gusto, desde la poética de tu Trinidad, desde la nobleza de toda tu estirpe, desde un rincón que se nubla a otro que se aclara, desde mi intensidad de observador, te conozco.

           Te pretendo en la golosina que eres para mí cuando soy niño en tu aire especial que me aquieta, te pretendo en el pestiño, en un aviso general consagrado al sentimiento, en un salto atrás del tiempo, en la onírica promiscuidad de mis realidades en este lar, en mi acto por venir, te pretendo.

           Y te amo, Cerro altivo, con la potencia de cada una de mis sístoles, con el fuego que nos transmitimos, con el respeto a las familias de la mujer que me acompaña la vida y con el afecto a ellos, con las carnes abiertas por tanto que me das, te amo.

     

     

     

                                                     Ramón Llanes. 3/14

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    jueves, 1 de mayo de 2014

    COSAS DE ANDÁVALO

     
    COSAS DE ANDÉVALO
     
    Coincide con el primer domingo de mayo o es que mayo quiere comenzar en aquel templario de folía, jamuguera y San Benito, en la estribación alta de un lugar mágico donde el templo guarda tanta antigüedad como la sombra. No estará el eucalipto grande más que en la memoria, estarán año más el sabor en algo íntimo, ubicado en el preciso claro que a mediana y pozo la primavera echa su esplendor por elegancia. Ermita dedicada al santo que se evoca e invoca en tierras altas de El Cerro a compás de ritos indescifrables que componen deliciosamente una paz única. No es siquiera fiesta, no diré que se trata de romería al uso, no, tampoco desfile de vanidades; es, lo subrayo, devoción, ritual, convivencia y sencillez. Es también un conglomerado de misticismo e intimidad infrecuentes, poco dados, donde no impera más que el servicio a una reflexión y la alegría por un contento que mayordomos y familia se llevan a su gloria. Ese patrón goza de gran importancia en el entorno cerreño y en Los Montes, y digo que desde siempre, desde siempre, y allí están los signos.
    A poco trecho se encomiendan los seres a Santa María de la Cruz, y le hacen regazo nuevo en su paraje de dehesa. Son cruceños que se blanden en tantas emociones como caben en estos días para establecer, en puro ensueño, todas las claridades de luz y ansiedades necesarias para un festejo que más se trata de alargar hasta allí cocina, despensa y alcoba y compartir con magnitud todo lo habido y todo lo que falta por tener. Villanueva de Las Cruces, pequeña y alzada, presume de tener y más de ser causa de esta misión casi nueva de convivirse juntos el tiempo y los agradables desahogo.
     
     R. Llanes. 30.4.14