RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

miércoles, 28 de marzo de 2012

DIARIO DE NAVEGANTE. PASIÓN

DE CIRIOS Y SAETAS.


Cuando los palios bailan en escenarios de calle, cuando el velorio desentraña la fugacidad del tiempo, entonces son las horas cómplices de los ritos. Todos los pedestales de dioses en grande y en pequeño transitan asfaltos quemados, unos tras otros, semana y día, entre devoción y saeta.Suben los arrepentidos escaleras de calvario. Y el Dios grande baja a las manos y a los labios primero en la sacristía, luego a cualquier corazón que ofrezca hospitalidad.

Acá los santos muerden remordimientos y aconsejan la semblanza adecuada para cuando llegue una pasión cruenta no entendida. Ellos no se atreven a fumigar con incienso los sitiales de los cofrades, no se lloran, no se amontonan en los retablos pero se ajustan al deber de la santería, cumplen normas de apaciguar y calientan paces con cirios de luna. Es hora, en la sangre de mi tierra, de malvas azucaradas, amarillos fuertes en oro, penitentes, pasos como tabernáculos, hervor de sahumerio, canción de penitencia y súplica de armario.

Para colmo la primavera ha reventado los azahares y los cielos se asoman para olor a terciopelos. Con peinetas acusan seriedad mujeres de ojos abiertos y dejan , incluso ahora, garbo y belleza. La procesión es la majestad del hermano, a ella inclina una labor de presencias para dedicarle estética al “ nadie del capirote” y al nazareno.

El pueblo perdonador no hace especial memoria de la pasión, la hace esplendorosa, sin cuñas de dolor, ajustada ya por los siglos al momento nuevo. Renacer, resucitar más de lo debido, empeñarse con El en su mandato, hacerle guiños al temerario ardor que trae el odio. Así los santos están en la misma fila que las hermandades, les protegen, se protegen entre sí , como sanadores. Semana de Dios, semana del hombre en mi tierra clara, clareada por los placeres en las llevanzas, en las caidas, en las levantadas, en los sudores costaleros con sabor a madera y a barnices de abajo. El pulso y la fuerza son mezclas y los gritos son alabanzas y vítores que para algo se muere y se resucita.

Semana de nacer al palpitar del rezo, con bondad Un Todopoderoso atiende y mima la niña fe de los redentores de mi tierra que son los dioses del asfalto y que hacen genuflexión en cualquier esquina.
Ramón Llanes.

DIARIO DE NAVEGANTE. POESÍA

EL VENDEDOR

En la plaza, un soñador con alegría
a vender tristezas comparece.
Por aquella vez del primer desprecio
a real lo pide,
a mil quiere vender
un desengaño amoroso,
una caída por cien la ofrece
y poco más por renegar de un beso;
solo tres mil por la amistad perdida
y qué si no
por codiciar merece,
menos de lo que por perturbarse
con ocasión de un duelo
por celos y mujer
su tristeza vende,
que allí perdió, aunque ganar
en otra valentía
acuerda no atreverse.
Regala el vendedor un saco a medio hacer
de acariciar pasiones,
que dice que al pensar
con ellas se estremece
y nada de comer, mezclar con lo de dar,
a permitirse puede.
Pregona sus tristezas
en la miseria oculta de su mejor deleite
y alguien le pregunta
con intención de armarle
¿ y a cómo venderá señor,
su propia muerte?.


Ramón Llanes

DIARIO DE NAVEGANTE. AMISTAD

DEL FANDANGO AL VINO.


Para mi amigo Juan Manuel Baquero
fandango en Jerez, vino en Castillejos.

Es, por aquí, setiembre alto y pastizales,
sombrar de ejidos, besana muerta y tropas de sesteo,
agazpachado el gesto, es, por aquí, aún, el lustre del estío.
Es, por allá, rumias de espejos en vides
de bodegas, el sol como llegando a casa,
es diaconado de brillo un solo tiempo
para apresar la uva, uno solo para adorarla
en botas de duelas de tránsito.
Y acá la lezna en el sermón
y allá la copa en la liturgia
y acá fandango, salitre y brea,
y allá solera y corcel, vendimia y rumbo
y acá solana de cuadrilla, sonanta y espera
y allá los bailes y los estilos
y acá por doquier los pasos de la noria
y allá quien busca la guitarra
y acá quien la requiere.
Y allá, tú, con tu apariencia, contigo, con ser
como te basta de capitán y sereno,
con lados de feria en las “jechumbres “,
con todo por hacer y todo hecho,
con dos retoños,dos,
con mil recuerdos en la biblia de tu almacén de viento,
con el grito en la fe y el sacho en Osma.
Y acá, no más que nosotros,
oyéndote en el descompás de la distancia
válidos para estericar los dones,
acristalados y ahítos al devocionario de querer,
de quererte, con estirpe y ropa, con dote , con estrenos,
hipotecados a una eternidad por tí, por vosotros,
umbráculos de paces que nos llegan
y amor que se precisa.
Aprisa ya, nosotros los de acá nos deshacemos
en bruces de arrumacos y calostros,
un juanmanuel y antonia nos pintamos
en los atardeceres sin tulipa de las cabezas altas
de los oteros nuestros, tan amados.
De acá, aguamiel y choches,
meloja y algarroba, van en misivas de requiebros.
De allá, basta con un tú abigotado y enhiesto
apasionado y noble,
y una tú, morenilla de tormenta,
y los dos, en zambra de encontrar,
la transmisión de un beso.


Ramón Llanes.

DIARIO DE NAVEGANTE. POESÍA

CAVILACIONES DEL DÍA.

Me he sentado a la par que el libro
para tres palabras de envidia
para soñar, si puedo, tres veces igual,
para aterirme a un cansancio de valentía.
Hoy se me cayó el sentido de vivir
en tres burdas ocasiones,
en tres miserias.
Un saludo incompleto,
una ignorancia,
un mal resultado.
Menos que llorar es cualquier cosa
y yo, siempre soy menos que mirar,
que ni a mirar me atrevo,
siempre menos, siempre menos,
acostumbrado a poco más.
Me han llovido las ganas de un borrón al día
pero me vino ciego y sin sombras,
atardeció como si nada
mientras en su mesa sobraron tres migajas
de nada.
Me ha faltado tiempo para tomarle el cariño propio,
para enterrarle también me faltó tiempo
y para odiarle.
Le dejo una página blanca en el diario
borrados los números de las fechas,
tachadas las horas, roto el santoral.
Y mañana lo hará bueno, si cabe, si tiene oficio,
si le sobran tres rayas para escribirle el atardecer.
El futuro solo recordará la tristeza,
jamás existirá para los poetas,
jamás vendrá a reinar en trápalas y maldiciones
se le partieron tres motores de andar
y dejó aceite en los arcenes,
manchas negras, calenturas.
Ni un adiós cerrado ni un bostezo,
ni una pantomima, ha merecido.
Con tres pésames le arriendo el olvido.
R. Llanes

lunes, 26 de marzo de 2012

DIARIO DE NAVEGANTE

REQUIEM POR UN AMIGO


La pérdida de un buen amigo se escribe siempre con el dolor, el dolor a su vez es un rompecabezas de recuerdos, los recuerdos tienen colores nítidos de emociones compartidas y estas emociones tienen la facultad de traer de nuevo al amigo a la vida. Ahora mi tiempo se resigna a compaginar con él todo cuanto fuimos en la amistad; aquello cantado, lo otro contado, lo mucho vivido; me refiero a mi amigo Onofre López, ese ser humano que hizo más prodigioso al fandango y más culta a Huelva; me refiero a quien se recorrió el universo del flamenco con un libro de conocimiento debajo del brazo; a quien anduvo coplas y coplas le anduvieran el alma; a ese Onofre mayúsculo que elevara a rango de “manifiesto de amor” cada una de sus sevillanas dedicadas a su tierra Onuba y a su Rocío eterno.
El alma escrita de Onofre no se ha ido, no se irá. La voz canosa y pura de Onofre no se apagará, estará en la marisma, en su bandera blanca y azul, en la Merced, en su Conquero; el sentimiento perpetuo de Onofre no se rendirá por este contratiempo y será su credencial de garantía en la banda sonora de esta su ciudad natal y de descanso.
Mi amigo Onofre ha cerrado los ojos setenta y siete años justos después de haberlos abierto a esta luz amada en donde sus retinas glosaron el desvelo y las nuestras les hicieron espuma de afecto para saber que seguiremos amándole.
Si existe un lugar especial en el aire de Huelva para los mejores, Onofre tendrá reservado su hueco infinito. Me diré muchas veces que hubiera merecido venir a la vida aunque solo hubiera sido para estar contigo. Me diré que me has dejado huellas de sabiduría que estaré desentrañando este resto de horizonte que aún divisamos. Hermano, se te acabó la prórroga pero nosotros seguiremos cantándote.



Ramón Llanes. 25.3.2012.

DIARIO DE NAVEGANTE

ONOFRE LÓPEZ GONZÁLEZ.


Para saber deducir el flamenco es necesario atravesar el episodio de la vivencia, como él. Es imprescindible casi comprender el credo y la creación del flamenco, como él. Para ser traductor del flamenco es obligado conocer su lenguaje, como él.
Se resumen en sus conocimientos las elementales facultades y condiciones para asegurar que estamos en una recta de confrontaciones de sabiduría flamenca que acaba en una voz estimulada y bronca, en unos ademanes de preocupación y en un cabello gris-blanco, tirando a gomina de ángeles. Y están en él las asonancias para los versos flamencos, el cajón sonoro de la guitarra apostando brechas y quejíos; y están en él arrugas de tristeza y llanto, adverbios de gitanería, santidad de pensamientos.
Una especie entera y llena de seguiriyas, cañas, tarantas, bulerías, alegrías, soleás y los resúmenes de todas las idas y todas las vueltas que se quieran. El es el compendio, nuestro compendio hecho en enciclopedia cana, en encíclica de flamenco. Y qué más se precisa para otorgarle el reconocimiento?.

domingo, 18 de marzo de 2012

DIARIO DE NAVEGANTE

DIOSES DE MI TIERRA.




He burlado la anatomía del universo proyectando sobre el buche mismo de mi tierra macerada y colorista la pasión de los dioses que, al igual que yo, te veneran con fiesta y policromía de retablo. He bajado a la media profundidad de ti, diosa, a lamer entrañas y neumotorax, a caminar por la vía de la sangre, a traerme la parte sensual que tienes en la herida. Y hemos estado juntos en ese anfiteatro natural que tus piedras te han formado para adornar el paisaje, para los dioses que establecen contigo la cultura de la belleza. En la planta, casi vísceras, de un reguero de azufre, cruzamos la mirada, nos detuvimos a comprobar que era allí a donde me invitabas y, sin palabra, nos rendimos. Me esperabas, me esperas siempre, allá en tu hígado rojo con presencia de siglos. Soy el hombre de pirita con gosán o plata que te revela los secretos que no sabes en la tierra, tu alma es una alacena de almíbares, de arcillas y de colmos, y te traigo los mensajes que recluto y selecciono para esparcirlos en tu alfombra. Vine, hoy, para presentarte el hombre “yo” que conocías y mis meditaciones sobre ti, tierra mujer, que en dos amores y uno me acrecienta el pecho. Te pisé con el respeto que te debo como diosa, miré tus carnes al sol, tus reservas de sangre para cuando necesiten que la dones, te hice en la mañana las caricias en fotos.
He captado los rasgos de todas tus sonrisas, el piélago es tu mar enrojecido por el tiempo, el aire lo racionas, la sombra, tu piel como un cuaderno de niño en colores superpuestos y todo el cuerpo con trazos de esperanza. Me enamoras, siento el beso de una diosa calarme los labios cada vez que oteas mi pensamiento, cada siempre, siempre, siempre, que permaneces en la crecida de mi ola amorosa. Enniñado y hombrón sé que atiendo por los costados un llamador de tierra mujer que me entiende.
Con un poco adelantado en el tiempo, a tus entrañas mismas, metiéndome en tu piedra alma, en tus regolas de sangre, en tus mismos ardores, llegué con toda mi jerga a escribirte, tierra mujer, allá en tu agua, que te quiero.




Ramón Llanes

DIARIO DE NAVEGANTE

SONETO CÁLIDO PARA UNA OCASIÓN





Con el recuerdo al hombro me andaría
los esteros sobrados de pureza,
las raíces profundas, la maleza,
la sombra del pinar, la serranía,

la lontananza de la luz vacía
que ilumina de brisa la tristeza,
las pasiones y la delicadeza
donde caben mejor las fantasías.

Con el recuerdo al hombro buscaría
lugares ya sabidos de mi andén
para dorarme el alba en mediodía

y apenas con un libro y una mujer,
una guitarra y viejas melodías,
cruzar la vida y desaparecer.





SER 16.3.2012.
RAMÓN LLANES

DIARO DE NAVEGANTE

AL DÍA DE HOY


Cuento con los dedos los días de sol que nos faltan, cuento los ratos de luz oculta, me he quedado en tres; ahora que a poco hace que el año ha comenzado y ya son tres las faltas que le puse a la luz. No he podido contar las gotas de agua caídas ,fueron tantas que me perdí. Ahora me queda por contarle a cada día su resultado de bienestar. Los niños cuentan las bicicletas que pasan, las bocinas que suenan; los hombres cuentan el dinero y poco más, los animales no saben contar, que yo sepa, pero saben cuándo tienen hambre y cuándo alguien les acaricia. Las noches cuentan los grados de oscuridad y las estrellas que se caen, la luna cuenta su órbita. Todos hemos aprendido a contar algo, todos contamos la batalla del tiempo, la miseria, la agonía o la soberbia; todos contamos los cuentos que llevamos grabados desde que nos impusieron el orden. A más que quisiéramos no podríamos olvidar todos los cuentos. Al día de hoy quizá todos los cuentos estén contados más desde la opulencia que desde la armonía. Al día de hoy me ha faltado emitir por este costado del aire, el cuento del hombre pobre, lo había comenzado justo delante de esta hoja, luego me resultó imposible ponerle título, luego me robaron las letras, se fue la inspiración; la conformidad me inyectó esta manera de formatear los cuentos, de forma que han quedado todos fuera de la disciplina de la memoria y solo he sido capaz de traerme unas letras cursivas, escritas en un blanco sin bordes, que , juntas, componen lo que he quedado en llamar "sin título", como enigma sin gracia para este viernes consentido en ser el espejo de la semana azul que ahora acaba, como todas.

Cadena SER,
Ramón Llanes.

martes, 6 de marzo de 2012

DIARIO DE NAVEGANTE

ANSIEDAD.


Fíjate, hermano lobo, has cazado la pieza y has perdido la ansiedad; habías escrito en tus ojos solo el deseo de llegar y apresar y te quedaste en eso, luego perdiste el placer de disfrutarla. Como el lector que ignora el resultado de la historia, como el niño que no aprendió a manosear el juguete, solo a encontrarlo; como la luna que acaba el ciclo sin interesarse por las ráfagas de luz que se dejara en las oscuridades o como el hombre que llega, a veces, sin saber para qué. Pérdida de la ansiedad, moda nueva, de arraigo actual, de aceptación general.
No discuto, hermano lobo, tu hambre, discrepo de tus deseos, del ansia para después del deseo, del gozo que no te produce la victoria, de la emoción que no le pones a la batalla; discrepo de tu manera de no lamer tus zarpas al recibir el trofeo. Imagino que posees tantos que ya no te halagan o imagino que no te altera el entusiasmo una meta más, pero discrepo, te falta ansiedad. Para correr, para la estrategia del combate, para la mirada; tu alma, imagino, necesitará el alimento de todas las sustancias que espiritualizan tu rol en el contenido de esta selva donde te dieron luz y cuerpo para vivir.
Es tu mundo un cuadernillo de letras sin calidad, hambre y pocas cosas, que limitan el sentimiento a ello; y hasta tu loba te escasea en detalles, la seducción, la preñez, la parida, la nacencia; le quitas la ansiedad y se queda en animalada, en rutina. Y no me discutas, hermano lobo, casi te diré que no estoy ahora para sermones de santos, ni dogmas, ni monsergas; no olvides la ansiedad y punto.



Ramón Llanes.

domingo, 4 de marzo de 2012

DIARIO DE NAVEGANTE

EL PASO DE LAS LUCES.


Mira, América, estaba a punto de ser lunes en aquel domingo por la tarde que fuera después de un sábado tardío, ya sabes, la línea opaca del horizonte sin mimbres que llenaba de piedras el paso de las luces que se iban. Era como estar cercando la sabiduría del placer y llegaron los focos enfilando los labios, el esplendor de un tiempo de ardores, llenando los cristales de claridad indeseada. Dije que nos iluminaba la noche, dijiste que si la luz se volvía, que si la luz se torcía, que si la luz se tornaba, y oíste que empezaba otra vez la sombra para gemir con pasión. Mira, que se quedó luego la voz de los besos en un silencio de fronteras, acaso mirando la luz furtiva que nos pasaba a los ojos la imprudencia.
Y era, resulta, el aviso de la nada, que se retorcía de envidia por los roquedos del crepúsculo y resolvía su morbo queriendo desear a quien yacía tras los brazos, erguida mujer en complot con la vida o con la libertad de tocar todos los placeres o con la calma de sentirse infinita por un halago que esperaba. No fuera a parecer que a la cima de santidades, como dicen, llegaras mujer a endemoniar los ocasos sino que, al contrario, todo se temía más noble que nacer, más inmenso que correr a las alas del olvidado sombrero que dormiría inquieto con ganas de un respingo. Así, volvió la noche sin caer en su cuenta de vernos.


Ramón Llanes.

DIARIO DE NAVEGANTE

DE HUELVA.



Navegábamos desde mar abierto hasta las estribaciones que la tierra ofrece, guiados por la luz blanca de un faro lejano; antes de la última singladura se nos abrió la margen izquierda y la mar nos descubrió el estuario buscado, donde desembocaban dos ríos que llenaban de esteros los lados, con islas y recodos de agua. El capitán nos alertó de aquel descubrimiento insólito, nos asomamos desde proa al entorno húmedo, solo el rumor del poco viento, el bullir de las gaviotas y la ilusión de la llegada nos despertó del inquieto sueño.
Habíamos arribado a la tierra de tartessos y la pisamos con el máximo respeto, buscando huellas y memorias que de tantas casi no supimos elegir. El lugar tenía el nombre escrito en el recuerdo, las aguas acariciaban mansas las orillas, las miradas acosaban el paisaje. Alguien gritó ¡Onuba¡ desde el mástil y todo comenzó a hacerse, hasta que decidimos quedarnos al abrigo de la belleza y de la ría.






Ramón Llanes.

CON GANAS DE GRITAR

CON GANAS DE GRITAR


Algunos días son tan simples que entran unas enormes ganas de gritar. Y no sabes a qué gritarle hasta que te adentras en la mañana y ves una papelera rota, un coche mal aparcado, unos ciudadanos que olvidan la existencia de los pasos de peatones, un político que insulta a otro político (de distinto color), una farola que no enciende, un recibo del banco con gastos por comisiones de no sé qué, un dolor de muelas inesperado, una esquela en la prensa de alguien que conoces, una llamada que esperas y que nunca llega, una avería en el bajante de las cañerías de tu casa, los aromos amarillos que ya se marchitan, el frío tan trocho, la calle cortada por obras, un atasco en el centro, alguien que te falta a la cita, otro alguien que te hace esperar, una cola en el banco.
Acabas el día con cara de haber deseado todos los gritos y olvidas todo aquello importante por lo que hubiera merecido la pena no gritar.


Ramón Llanes. MARZO 2012

sábado, 3 de marzo de 2012

CANDIDATOS

CANDIDATOS



Comienza la carrera electoral para muchos candidatos, serán días de trasiego y promesas, será momento de defender los pilares básicos de la democracia, ante todo. Defensa desde la ética, la razonabilidad, la compostura y el compromiso; así, nosotros los electores, tendremos en la capacidad de elegir, la mejor de las fórmulas.
Votaremos a quienes nos convenzan con argumentos de bienestar, de solidaridad y de trabajo. No votaremos a quienes ofrezcan satélites inexistentes, ventajas que conlleven derroche o posiciones que consistan en la pérdida de la dignidad humana. Estaremos muy pendientes de cada uno de vosotros, mediremos vuestras palabras y valoraremos la honradez y la verdad. Sabed que un voto es una carta de garantía, tratadlo con mimo y afecto. Sabed también que en vosotros, candidatos, se vuelcan gran parte de nuestras esperanzas para diseñar una sociedad mejor. No volváis a defraudar.


Ramón Llanes.
Marzo 2012

VOTAR BELLEZA

VOTAR BELLEZA


Ante el examen de la urna, un suspiro de alivio más por la intención de acertar que por el deber de cumplir. Nadie votará candidatos que hayan prometido desempleo, sequía, insolidaridad, intolerancia, desfachatez, corrupción o que se hayan entregado ahora para esconderse después; nadie votará reglas, imposiciones, soberbias o dogmas. Estaremos entre la mayoría que votaremos intenciones, ideas, compromisos y honestidad. Si todo dependiera de los candidatos votaríamos sorpresas; si votamos ideario nada nos alejará de nosotros mismos; si votamos voluntad nos conformamos; si votamos utopías seguiremos soñando.
Nos queda la opción de votar belleza. Votar, sin rubor, agua, paz, sueños, felicidad, acequias, amistad, solidaridad, afecto, logros, sosiego, templanza, pasiones, verdad, conocimiento, armonía. Aún así las urnas se llenarán de ilusiones que no se entretengan en la tenencia de más de lo tenido, más bien accedan a conseguir el alcance de lo posible de ser, en lo humano, en lo natural, en lo ético. En el estado de bienestar sobran alfileres, tarjetas de crédito, coches, hipotecas y luchas. En nosotros también sobra de todo, incluso la obligación de comer en el pesebre impuesto, y nos faltan agallas para que nadie nos mande en el pudor, la mirada, el tiempo o el hambre. Nos quedan la voluntad y la belleza.



Ramón Llanes.
Marzo 2012

ABELARDO

Odiel

ABELARDO.


Abelardo se quedó en casa con 57 años de vida en un traste de su Marismaire, consolando a quienes le lloraremos; sin extremaunción, a su gusto, perdido y ganado en Sevilla y Huelva, en Punta y en los añiles que a la tarde le pintaba en su forma lírica de expresar la estética más bella “quién pudiera como tú, recién llegado, ver por vez primera esta playa”, se quedó queriendo ser barbilampiño y siendo barbudo constante, contrario al ruído, y al desorden, amante del equinoccio, de las boreales, de los amigos y de las tertulias con altramuces y vinillo peleón, enfundado en negro por el luto de todos los que se fueron, un tributo a su forma de sentir.
Abelardo, me duele decirlo, se ha ido a la muerte con un dolor en su gastado corazón, firmando la premisa de volver, o mejor, de estar siempre, de fumarse su Onuba vieja a paseo, leyendo las caras y los espacios, buscando un transilium de libertad a su modo, con abrazo, para ofrecer su gota de humor enlazada con el silencio extraño que produce la carcajada. Se ha ido Abelardo sin llevarse prenda ajena y dejando paisajes, poesía, cuadros, colores, amigos, amigos, amigos. Hasta así me duele contarlo porque tampoco él creía en la reencarnación, aunque para nosotros resucite en cada atardecer del agua y su marismaire le delate cuando esboce la más tierna sonrisa de un ser inteligente que no pudo agarrarse al pasamanos y se cayó a la eternidad como poeta, como pintor y como hombre. Abelardo se nos ha ido desde septiembre al infinito del alma.



Ramón Llanes. 23.09.05.

A LOS PIES DE LOS CABALLOS

A LOS PIES DE LOS CABALLOS.


A veces son los caballos quienes enseñan la fe. Ellos nunca faltan, acuden con la nostalgia pensada para el cansancio, trotan en el bulto de los otros relinchando a modo de súplica sin saber nosotros humanos de postín qué pedirán los caballos. Y no es la sed, ni es el hambre, para sustentarse tienen sonidos distintos, ponen otra cara, como más exigente. Para la plegaria parece que sonríen y la Madre, que también conoce el lenguaje de los equinos, se pone a otorgar a los pies de los caballos dones de animales adorados y se lo agradecen.
Algo les pasa por la memoria para ser capaces de hacerse devotos. Y vienen cada año con esa inquietud de la esperanza soslayando el temprano renacer de su conspiración y complicidad con la hegemonía de la Madre. A ellos, en su mente, inteligencia o lo que sea, les llegan efluvios de sentimientos, no puede ser de otra manera, de los contrario no se mostrarían tan adeptos.
Los caballos sean quizá ángeles buenos que acompañan a la Virgen, sean hombres grandes con otro rictus de plegarias o sean sencillamente quienes portan la estética tienen el merecer ganado y la complacencia de los humanos que les consideran imprescindibles para la fe y para la devoción.
Fíjese jinete descubriéndose, arrodillándose el caballo, espuelas cortas y quietas, mosquero al ritmo, manta, estribos y montura, fíjese si pretende conocer estampa más singular y linda que se mueva con vida por estos campos del Andévalo donde es de buena voluntad ser emotivo; fíjese que las cosas tienen siempre dos caminos y el caballo sabe los dos y fíjese que caballo y caballero son entre ellos la necesidad y la síntesis.
Aprendo el paso de los caballos y me sé la cara de su agobio, también la de su alegría; aprendo a saber que conforman un credo, y quisiera saber qué le piden a la Peña cuando se arrodillan o cuando parecen distraídos o cuando piensan, me gustaría conocer la milésima parte de uno de sus sentimientos para confrontar con mi teoría esta experiencia y concluir que ellos son a veces los que están por encima de nosotros y que por eso la Virgen les otorga dones, se baja, les toca y les deja que la acaricien poniéndose con todo su amor a los pies de los caballos.




Ramón Llanes.
Huelva marzo 2010

viernes, 2 de marzo de 2012

NO ME GUSTA

NO ME GUSTA



No hay forma de tener la fiesta en paz,
no me dejan siquiera ni escribir,
las finanzas ni se olvidan de mí
ni me dejan en santa soledad.

No quiero que me vengan a buscar
y me cuenten el cuento de vivir.
Detesto que me traten de mentir
y disfracen con cuentos la verdad.

No busco una sonrisa si no es
un signo de ternura o de amor,
no tengo mucho tiempo que perder

ni espero que me canten la canción
que se canta en un atardecer
como despedida o como adiós.





R.Llanes. 2.03.20