RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

viernes, 28 de junio de 2013

HABLANDO DEL MAR, APROXIMADAMENTE


HABLANDO DEL MAR, APROXIMADAMENTE.


Mar de brazos extendidos y ardientes, sitio de oleaje, un campo azul que domina las mareas del tiempo, nos entretiene, se enfurece, se adorna de esa luz indigesta del sur y se mete en los rincones románticos del misterio. Somos el mar o una orilla más o la consecuencia viva de un pañuelo de agua sin picos ni pespuntes; con la sufrida paciencia de saber estar, la mar se desconoce, la mar constituye la soberanía de la inmensidad, se ha colocado en la encimera, con más compañía que soledades.
De nuevo, su contemplación. El humano agnóstico de miedos, se asoma, en estío a ruborizar las paredes blancas y el azulario, hasta el dolor. Mirar la mar ensombrecerse puede definir la actitud, se hacen los pensamientos en los claros oscuros bemoles de la atardecida y es noche intensa cuando el pensamiento está acabado, definido en la mente.
En un arrebato de caprichos la locura llega a romper el mar. Y el mar nunca se rompe, siempre es la música la que le mantiene inverosimilmente egregio y veraz, con su prontitud de vidas, con su inquebrantable persistencia. Solo un halo de luna lo vacía para volver a llenarlo. Como el mar, la sobrecogedora luminosidad, el sínfín de los movimientos. Como un mar despierto, el deshilachado arrullo de los vientos, la ternura sin destino. Como el mar, el propósito de aproximación del hombre.
Que hoy es una página la mar que mira las playas amarillas del redondel de la ofuscación; escribir en ella de la constelación Vida, de la nocturnidad, del fugaz remo que se engulle el agua, de los ocasos calientes. Escribir, cómo no, de todo el sustrato de inspiración, del arrope que nunca niega. Como el mar, no cualquier recuerdo de otra latitud, no cualquier adjetivo. Como el mar, el horizonte sin alcance, la esperanza.


Ramón Llanes. 27.6.2013. publicado en huelvabuenasnoticias.com

martes, 25 de junio de 2013

DON NADIE


DON NADIE

Muerto pero mío, encerrado, tímido, loco; perdió los papeles del paro, acarició la escalera, volvió a sus sueños y desapareció luego de haber comprado pastillas para el olvido.
De pronto durmió tres noches en la soledad de la ausencia, calle arriba, sin cansancio ni futuro. Ahora piensa que ha llegado a ser un importante Don Nadie en el suburbio de los miedos y canta que se ama, muerto pero mío; su decencia le impidió deshacerse de presente y tiempo. Su educación, depurada y técnica, como una obra de Velázquez, le aprisiona en ámbitos de bienestar que tal vez tuviera en vidas anteriores; es un genio de la falacia, un trincón honesto con tripas de algodón que no acusan los golpes de la calle, es un bufón de los credos pero sigue con su cartel de don nadie colgado en los ojos.
Si hubiera elegido ser cartero, aún estarían las cartas en el buzón, sin entregar, sin abrir, solo observadas y vistas por él; si hubiera sido payaso contaría las verdades de sus semejantes y las mentiras suyas; si hubiera aprendido a leer sería un inculto con certificado de primaria; si se hubiera dedicado apasionadamente a la política habría llegado a lo más alto, sería senador, portavoz, presidente de varias comisiones, llevaría su nombre una plaza del pueblo y se jactaría en los foros más íntimos de cobrar dietas dobles y tener cinco amantes. Pero eligió vivir y se ha quedado en carcelero de sí mismo, más don nadie.
Ni a dormir que se pusiera le respetaran las moscas; ni para romper un plato han de llamarle al brete. Está , pero es opaco, inocuo, pusilánime, aire.
Ni le envidian ni envidia; ni le buscan ni le aprecian ni le echan de menos. No le vieron en la segunda instancia rellenando la página del placer, se quedó en los renglones de saber sonreír y a eso se apega, fanático. Acaso usted le viera en la tarde semipálida del jueves, esbozando palabrerías repetidas, anunciar que había decidido ser galán en un documental sobre El Serengueti; no existe otra constancia de su marcha salvo un grafitis en rojo a la puerta del último lugar que fuera su paradero, donde imprime “muerto pero mío”, con una firma que dice “don nadie”, y olvido.
El público se ha desentendido de su existencia, - en el transcurso de su sueño-, claro.

Ramón Llanes. 20.6.2013. publicado en digitalextremadura.com

sábado, 22 de junio de 2013

LAS COSAS DEL PATIO


LAS COSAS DEL PATIO.


El patio se ha puesto tan hortera que ni los vecinos menos distinguidos acuden a las celebraciones de la comunidad; el jardín tiene ese color mustio que impone el invierno y las viudas del quinto parece que callan en el sueño del letargo. Apenas se oye gritar el niño del segundo que tiene prohibido jugar en la arena porque viene contaminada de excesos de un cloruro dañino que produce picazón y dolor de garganta. Un ególatra que reside por casualidad en el ático, acostumbra a tirar al patio colillas encendidas, produce repulsa e indica que desistirá de su actitud cuando obliguen a bajar la música a la novia del “guiri” que se expande en canciones la mañana completa entretenida en nada mientras acompaña a Rocío Jurado en sus constantes orquestaciones de coplerío.
Lo demás es tan insignificante como que unos trabajan y cobran al final de todos los meses, otros se apuntaron al desempleo y cobran al final de todos los meses, la pensionista del cuarto no quiere oir de la arena prohibida y desea que le suban un poco más para poder seguir llegando al final de todos los meses; los padres del niño, que grita por no poder jugar en la arena, han comenzado también a gritar para que retiren la arena del patio; el ególatra grita solo por escucharse a sí mismo; la novia de las coplas grita desafinadamente y así hasta un interminable alegato de circunstancias que se suceden día sí y noche también en este complejo patio que padece, sufre, vive, disfruta y le pone una extraña salsa a la vida para sentirse orgullosos de tener una casa con un patio muy particular.



Ramón Llanes 20.6.2013. Publicado en huelvabuenasnoticias.com

jueves, 20 de junio de 2013

DIOS ESTÁ EN LA SOMBRA


DIOS ESTÁ EN LA SOMBRA

Dios está en la sombra de una piedra,
de un árbol, de un deseo, de tu cara.
Dios eres tú y la novia y el ocaso y el beso y el pecado
y el arrepentimiento y la voluntad y tu amor.
Dios no tiene miedo ni caballo ni canciones
ni prisas ni amigos ni aire ni te tiene a tí.
Dios no siente ni padece, no llega tarde,
no desespera, no miente,
no se inventa el cansancio, no ama, no te ama.
Dios carece de pasiones, de cosquillas, de frío, de dinero,
de derechos, de zapatos, de impermeable, de tí.
Dios no se asusta de la tormenta
ni de la guerra ni del viento ni de los siglos ni de tu amor.
Dios no se acuesta
y nunca podrá saber
la ternura que tienen tus ojos cuando duermes.


Ramón Llanes.

martes, 18 de junio de 2013

DE LO SENTIDO


ARENA PISADA


Estarás con los ojos puestos en el único horizonte que te deja la mar, lejano, inalcanzable, como los deseos, como los sueños; pero tendrás los pies acariciados de arena húmeda, en la ola que no se cansa de mojarte, en el trazo de la brisa. O tendrás las manos troquelando una figura surgida de tu entusiasmo, pero habrás conocido cómo se toca una piel imperfecta. O tendrás el pensamiento pendiente de un espasmo que alerte la consigna de un tiempo que nace para no perderse. O estarás en el pico más alto de una nube sin agua esperando un resultado de descanso, pero sabrás que de la nube se cae, a veces. O irás a las cumbres, a los roquedos, a las correntías, a pactar con tu conciencia, pero la luz la llevarás en los morrales, inquieta y avispada.
Andarás campos, cornisas, planicies, hasta que todo aquello parezca libertad, donde el grito tenga siempre la respuesta del eco y sea impúdico volver. Allá, donde estén los materiales del universo, arena pisada, luz soberbia, deseos corrientes, la vista alargará la tarde y la tarde se dejará querer si se abraza; mientras, los huracanes dejados pasarán a la moda antigua, a la despensa.
Alguien tocará tu espalda anunciando el regreso y desde entonces lo cotidiano te será mediocre e insulso, pero no habrás olvidado la complicidad con la arena, con tu tiempo, contigo.

RAMÓN LLANES

DE LO PENSADO, DE LO ESCRITO.


CAMBIOS


Al cambiarnos presente por pasado,
educación por vana indiferencia,
calamidad por calmas y paciencia,
realidad por un sueño deseado.

Al cambiarnos tres libros por un dado,
cambiar una pasión por la demencia,
la soledad cambiarla por creencias,
toda la luz cambiarla por un palo

haremos el agua en sólido estado,
la razón en un ratón convertida,
y la paz en un molde derribado.

Nos quedará conciencia pervertida,
ansias por conseguir lo no ganado
y un dolor tan procaz como una herida.


Ramón Llanes
emitido en Cadena SER.

lunes, 17 de junio de 2013

ASUNTOS PROPIOS


HISTORIAS DE OTROS

Si cae la tarde se muestra un ocaso que aparece de una genialidad. Nosotros estuvimos presentes en el último milagro de los colores pero fuimos a repetir los lugares en un semicírculo de ironía, la luz no se apaga, se enciende otra. El general ascendió desde la reserva, se le agrandó el sueldo, le llegaron más medallas, limpió los sables, había quedado un hueco vacío en aquel ocaso de jerarquías y le tocó permitirse doblemente una misión a continuar acariciándose el bigote con más galones; un experimento no guerrero pero sublime para él, acostumbrado a tanta pérdida de tiempo y ninguna actividad.
Con cierta sutilidad, indeciso y ambicioso, acabó su discurso en el ateneo, proponiendo a los asistentes, -próceres de adicción- remediar la mendicidad con tapones de papel que ocultaran para el gremio de turistas las caras y harapos de cuantos ensucian el paisaje por su cualidad como ciudadanos de menos diez que convierten en vida cualquier alcantarilla y molestan el tránsito habitual. Aplaudieron y nadie culpó de ello al tal imbécil, culparon a la palabra. También fue un aparente ocaso, se habló de aquello que alentó la fusta del tiempo.
Dónde estarán ahora los miembros de la Asociación del Crepúsculo Roto, que, como excelentes católicos apostólicos, pulsan cada mañana el botón del “quitar” y denuncian a los bichos vivientes que operan en la versatilidad de sobrevivir a base de desvivirse en cada rato de hambre. El flujo del recorte ha dejado de ser una metáfora y ahora la metáfora es excepción. Estos caníbales del Crepúsculo Roto se alimentan de desgracias ajenas y visten con la piel de los muertos. Otro milagro generado por el ocaso de los derechos, como bien jurídico próximo a extinguir. “Era imprescindible hacerlo, nos estaban desacreditando”, dijo el jefe.
Yo no he venido a maldecir, mi ocaso me requiere lírica constante; en mi atardecer de cada día tampoco hago pronósticos, vivo en esta comunidad que se amedrenta y subsiste y va a continuar gozando de los ocasos y buscándolos a cualquier precio, a pesar de la niebla.


Ramón Llanes. 16.6.2013. publicado en digitalextremadura.com

viernes, 14 de junio de 2013

DIARIO DE ONUBA


CRÓNICAS DE LA VEGA LARGA

En la paralela del río, en su bajada del norte, cuando llegara a esteros que parecieran dibujados en el agua, se hacía presente en su izquierda natural la esbeltez de la Vega Larga que hasta la misma entraña céntrica de la ciudad Onuba se asomara, con su recuerdo desbrozado y sus germinados soles en cabestrillo de la dinámica de la cuenca que marcara la consigna de continuar hasta las ubres de la mar, allá donde los dos río –Odiel y Tinto- son un abrazo.
Luego, que la Vega Larga ha seguido respirando la vida húmeda de su puerto, del olor a marisma y de los condumios de labranza, legumbres y hortalizas, que dieran otro alimento a la marinería en sus vueltas a tierra. De la bulla inquieta de las mañanas de mercado y vocerío de pescas y subastas; de la recogida de quienes se quitaran los sueños en la omnipresencia del tugurio donde se componían amistades entre copas; de aquel carro que frenara, de aquella bocina que llamara a brega y de los “monturios” de sal, al frente, como un avispero blanco, observando con placer y templanza las jugarretas del tiempo.
Desde antes del otero, desde mucho antes de la margen que cuida la insolencia del río, existe una conspiración egregia y no escrita entre la fuerza de las aguas que bajan y la prestancia de los cabezos que la dejan pasar. Complicidad de gigantes, de médanos, de garcillas, de espátulas, de juncos y jaguarzos que sellan un esplendor de paisaje para embelesar.
Parecería un rumor durmiente de Vega Larga y sus crisoles, que traerlos sonara a nostalgia y guardarlos fuera olvido pero a nada de ello es llamada la palabra más que a enriquecer el sonido inequívoco de una ciudad que se entretiene en vivir, con estos adorables perejiles.

RAMÓN LLANES 13.6.2013. publicado en huelvabuenasnoticias.com 

martes, 11 de junio de 2013

HILOS DE LA AMISTAD


OTRA PÁGINA ABIERTA


He buscado, de la amistad, los ritos enjaulados en los pocos años, la pasión por todas las cosas, la adoración a los buches de guitarra, la mezcla de cansancio y fútbol en las tardes de los descansos, el colegio-escuela en un mirador inmenso y constante; he buscado las caras juveniles de los mis amigos que se columpiaban conmigo, reían por mí y soñaban al mismo compás que latían nuestros barrenos, corta vieja abajo.
A todos los amigos del club he localizado en los años de la madurez, quizá me quede alguno lejano que no atino a conseguirle el actual destino. El martes, de noche, mi primote y también amigo Rosendo, llamó al alma para dedicarme con su entusiasmo el teléfono de nuestro común amigo Manuel Fernández Delgado, a quien el tiempo se había llevado al silencio de Madrid (si es que existe silencio en esos lares) y se nos aparecía íntegro, solo a un golpe de botones de móvil para más acercarlo.
Nos hicimos bien, aquella nublosa noche del martes, en encontrarnos para devolvernos mutuamente el abrazo, la sonrisa, la canción y la guitarra; para recomenzarnos las esperanzas de la amistad, como dos niños que quizá desearan continuar siéndolo para salvar aquella memoria de nuestro Tharsis mitológico de tantas ensoñaciones y recuerdos. Henos aquí, amigo Manolo, como si el tiempo hubiera sido un pasamanos y la distancia un soplo; henos, sin mutaciones, sin predicamentos, sin estrategias, sin complicaciones, solo con el calor afable que nos insufló aquella vida febril de nuestra tierra.
Desde ese instante quedó otra página abierta, para que desde ahora sepamos llenarla de borrones, gritos, cantes, risas, paseos; abierta a nuestro entendido desorden de jinetes sin bridas, abierta osadamente a la amistad, como antes. Así desde la mirada cómplice al infinito, luego la palabra, luego el abrazo; como siempre, amigo.




RAMÓN LLANES. 25.10.2012.

CUADERNO DE HORAS


SONATA PARA DORMIR.


En el espacio más íntimo de la noche
me espulgas y me duermo, por asumir contigo
el ritual de las caricias, por desmayarme
de pudor cuando atolondras las sienes
y emigramos al convento de la lujuria.
Tú, incandescente,
tú, indígena de furia, alobada,
tú, gacela entre los muérdagos, ligera,
tú, incienso sacro y con muecas jalde
en las sábanas. Me hieres, me endiosas, me colmas;
me devuelves a la santidad golfa del amor
cuando de tí me prestas el quíntuplo de placer.
Me hago el muerto y muero en la memoria
para vivir la última primacía del gozo,
me arrastro en los sueños, me alisto a la cobardía
vencido por la sonata de piel y besos que me ofreces,
antes de tí era la nada,
después de tí la eternidad es poco.
Tú, y las pócimas calientes de tus manos.

RAMÓN LLANES.

EL DIARIO DE LOS PÉREZ



PERDONANDO A PÉREZ


Pérez es un árbitro que en una noche de sábado creó desconsuelo colectivo a una afición a causa de sus errores; Pérez es un fontanero que colocó al revés las tuberías del aseo y dejó salir agua hasta llenar la casa; Pérez es conductor que se saltó un semáforo y atropelló a un niño; Pérez es también un ladronzuelo dedicado a robarle los bolsos a los ancianos; Pérez es un marido violento que arremete contra ella cuando toma dos copas de más; Pérez es un político que se olvidó de servir y se sirve del cargo para engordar su patrimonio; Pérez es un médico que olvidó ponerse aquella mañana su bata de médico y extendió un diagnóstico equivocado; Pérez es un futbolista que falló un penalti. Pérez es también un hombre cualquiera que se equivoca.
Para todos los hombres Pérez existe un nivel de tolerancia que la propia sociedad va marcando, con sus pautas de desencanto, de desconsuelo, de inestabilidad. Y para todos los Pérez sociales que nos movemos en este circo existe también un nivel de condena y otro nivel de perdón. No solo los Pérez son culpables, no solo a ellos se les deben magnificar los infortunios, no solo para ellos ha de existir rechazo, entre otras muchas cosas porque todos somos Pérez alguna vez en la vida. Quede que somos perfeccionistas y nos gustas las cosas bien hechas, quede así.

RAMÓN LLANES

EN BUSCA DE LO PERDIDO.


PAZ SOCIAL


Mirando el panorama de la ciudad, de la provincia, del país, del mundo, inquieta la escasa paz social que nos reina. De esa paz pequeña, de la de casa, de esa paz estamos faltos. La quietud mediática, la calma laboral, el sosiego político, bienes protegibles de los que no somos capaces de gozar. Y necesitamos meternos de lleno en esa paz, de esos ingredientes que a la postre serán los imprescindibles para que la paz de espíritu también se haga a nuestro hogar con vocación de permanencia.
Entendíamos que los estados de derecho deberían conformar y confirmar la tutela del ciudadano en todos sus órdenes, y no es así; a cada paso, esos miembros ocupados en protegernos, aleccionan violencia dialéctica, enfrascan tormentas de escándalos, desembalan las cajas de los truenos, se pelean y consiguen que nos alteren la paz social, la convivencia. No ejemplarizan, no trabajan para sernos guardianes; se dedican a consternar, a crear discordias, a foguear los plenos, las calles, la prensa; se dedican a hacernos, cada vez, la vida menos pacífica siendo su misión, como creíamos, exactamente la contrario.
No somos merecedores de padecer las inclemencias, los insultos ni las descalificaciones de los políticos. Que se dediquen a preservarnos contra ellos, que nos reserven la concordia, el bienestar, la paz que necesitamos. Y estarán cumpliendo mejor con su deber.

RAMÓN LLANES

DIARIO DE CORRETURNOS


OTRO PELDAÑO.


El tiempo suele ser el compañero inevitable de todas las consecuencias agradables o desagradables que nos depara la vida. Y es también el tiempo el detonante de los acontecimientos, el impulsor, el testigo, el mediador o el detector, de esos sucesos que nos acaecen y que van haciendo que seamos de una u otra manera. Y esto lo sabemos cuando empezamos a conocer al tiempo y no antes.
Ese mismo tiempo nos pone paulatinamente los peldaños de nuestra existencia, unos más altos, unos más débiles, unos más torcidos, unos más lógicos, unos más trágicos, hasta componer la totalidad de los que forman la escalera. Sin saber, siquiera por asomo, los peldaños justos que tenemos asignados o los que realmente tiene nuestra escalera. A nosotros nos toca vivir, el resto es competencia de la vida, ella se vale sola para dividir, designar, comprobar o torcer cualquiera de las opciones que tiene metidas en su caja de sorpresa.
Ya de por sí la vida es una sorpresa y mucho más la subida de cada uno de los peldaños que día a día tenemos delante para intentar escalar. Somos pues, escaladores de oficio, alternando con los grados de parsimonia, valentía, desaliento o felicidad que esa tarea nos depara.
Vivir es un deleite, tener la vida es una asignación natural biológicamente perfecta, disfrutar de esa existencia puede constituir una meta imposible o un camino de azúcar; está en nuestra actitud ser carne de una o de otra alternativa.
Desde la vida, un peldaño es una ilusión o un peldaño es una carga; desde nosotros, si nos enfrascamos en esa aventura por designio natural, el peldaño tiene que ser necesariamente una inquietud ilusionante; de lo contrario mal nos perdonarán las horas.

RAMÓN LLANES

domingo, 9 de junio de 2013

PENSANDO MAL.


ALGUNAS PINZAS VERDES EN EL ARMARIO



Se trata de distinguir las cosas; de saber el color exagerado de unas, de asegurar la dureza de otras, de conocer cualidades, - en definitiva-, que nos aseguren su utilidad. Una casa roja no responde al estado de pasión de los propietarios, una camisa blanca no es un signo de pureza, una pinza verde no descubre una esperanza. Otros conceptos como voluntad, ardor, impotencia o rapidez, no tienen cualidad tangible pero evocan distintas sensaciones en nuestro cerebro.
Cuando esa cualidad de las cosas permanece oculta, por muy importante o trascendente que sea, se representa como un beso guardado y queda en una efigie que nunca llegará a convertirse y aparecer al mundo de las utilidades. La custodia de las cosas tiene el sentido de conservación y la debilidad de la falta de uso; dos cualidades al mismo tiempo, una en tono positivo y otra en tono negativo (o quizá las dos en tonos positivos o negativos). Cuando el tiempo domina la voluntad, lo guardado se hace inmune a los deseos, desaparece de las necesidades del placer o se convierten en obsesión para su logro o para su olvido.
Trato de no fortalecer la idea psíquica del miedo a perder algunas cosas importantes y preservarlas con carácter indefinido de la vista o el uso, hasta ocasionarles –a las propias cosas- un desacertado descontrol que las pudre hasta la ineficacia –dicho en el sentido estricto del placer-; porque es evidente que el oro seguirá siendo oro por muy guardado que esté pero habrá perdido su deber de relucir y producir complacencia.
Cuando el dinero alimenta nuestro celo y su conservación se mistifica, se adora y se engrandece, pierde su más completo sentido de interés, dentro de los habituales niveles de eficiencia; aunque en la guarida conserven su valor o incluso lo aumenten. El dinero pervivirá sano si su distribución y utilidad se compaginan con su deber de asistencia e intercambio. Trato de insinuar agnosticismo con respecto a la frivolidad de la posesión por el solo prurito de la estima o reconocimiento social pero me caben muchas dudas sobre mi aserto.


RAMÓN LLANES. 7.6.2013. publicado en digitalextremadura 11.6.2013


MEMORIA DEL PRÓDIGO. (extracto)


El paso ingente de horas,
el desatendido placer de buscarnos,
los laberintos superados,
aún, la esgrima de la espera;
a más no daban los motivos.

RAMÓN LLANES

miércoles, 5 de junio de 2013

ELEGÍA EN PROSA


DOLOR.

(Requiem por mi amigo Benito Limón en la tristeza de su muerte)

No es para mi día de gloria, que a poco se me ha muerto un amigo del alma y me ha dejado sin sitio en esta vida que cada vez pierde más sentido. Ese amigo con quien compartiera felicidad, ha soñado con la eternidad y ha querido perderse sin huir, para conocer los miradores de sus ojos abiertos. Nos ha dejado repleta la memoria de él y de sus preciosas carantoñas. Mi amigo Benito, a partir de mañana, abonará con sus cenizas la corta grande de Filón Norte, en Tharsis; y allí quedará mezclado al clamor de nosotros que le reiremos y le cantaremos en sonatas de alboradas y dianas y seguiremos compartiendo quizá los sueños y también el futuro.
Más que el dolor, duele la ida, la muerte en estado insomne, sin prórroga, sin el segundo tiempo para otra caricia. Y más que la ida duele un adiós sin retorno. Adiós a todo lo naciente, a todo lo amado, a los nuestros latidos de amarnos que ahora serán neuronas de recuerdos.
Amigo, Benito, mereció la pena vivirte y tenerte, los 48 años que dejaste y los 88 que usaste para ti. Te queremos, como tú sabes, como te gustaba.



Ramón Llanes. 18.11.05.

DEDICATORIA


EN EL ATARDECER DE LA VIDA

A mi compadre Carlos Gálvez
en el ritual de su júbilo.


No se te atardecieron los sueños ni la voluntad
ni se te atardecieron las esperanzas,
acaso atardeció en tus manos una ansiedad impresa
en deseos para deslizar la ternura a otro horizonte,
acaso para mirar desde otro balcón la vida
o acaso para escribirla con la física de la palabra
olvidando la química innata que tú meritaje medicinal te diera.
Has escogido tiempo calmo
para tus tareas de cuadernos,
para tus ensimismaciones de hombre,
para tus novelas pensadas.
Has limitado ahora un tiempo febril
para abrirle pasión a tus pensamientos y escritos.
Es todo los mismo, compadre;
de curar vienes y a curar te empeñas.
Con palabras medicabas y con medicamentos escribirás.
Las recetas son manifiestos del hombre
y las palabras son el mismo hombre en un manifiesto.
Para esos sueños infinitos de ahora,
esos que han perdido la mordaza y el compromiso,
para esos sueños nativos, de tí, de siempre,
para esos sueños, el amor te pedirá presencia,
irás de una soledad a un solsticio
con las manos repletas de apretones
y seguirás comprendiendo a quien disimula
que la fuerza es una consecuencia de la voluntad.

Acaso no atardece en tus ojos
ni tus gritos han cerrado con la última estrofa,
acaso ahora el escenario tiene dos partes,
aquella para el mar, esta para la tierra,
y acaso tú andarás, como siempre de río en río
nadando al placer de tus exigencias
y dejando la huella nítida de tu bondad en cada tramo.
Acaso en tu vida, de nuevo, amanece.
Seas bien hallado en la primera página
como reconocido fuiste en la primera vida
que a salvarla te entregaste.


Y gracias, compadre Carlos, por estar en la canción de amigos
que toca siempre mi guitarra en las tardes de desvelos
y en las noches emocionadas de amistad.
Gracias por ser un emblema de eterna fidelidad,
constante comprensión y vieja armonía.

Y ahora, suelta las riendas largas de tu imaginación,
distribuye a tu antojo la conciencia
y hazle huecos al tiempo para que soporte tus empujones
en la escritura y te aumente la felicidad
hasta más allá de cuanto le solicites.




Ramón Llanes.
14 de abril de 2013.

DE "VERSOS A PEDAL"


      YO

Los ególatras no andan
por caminos hechos,
los inventan.


    RAMÓN LLANES

DE "VERSOS A PEDAL"


      OLVIDO

Me vieron desperdiciar contigo
aquel sol de agosto
con viento ábrego,
supe que por tí
me olvido
que atardece.

       Ramón Llanes.

lunes, 3 de junio de 2013

EL ESCRIBIENTE A SECAS


MIS JUEVES CON TERESA

Fue a la hora de los lánguidos deseos cuando nos presentamos cubiertos de esperanzas para iniciar el diario que nos habíamos prometido. Ella contaría, yo escribiría con rigor sus venganzas y sus victorias. Todos los jueves; lápiz, cuaderno y la tarde de todos los jueves, así habría de ser por exigencias del guión pactado.
Mi teoría de la libertad no consentía confesiones, yo no quería ser confesor de Teresa, tampoco admitiría que me utilizara para sus desviaciones terapéuticas, tampoco para trazar líneas abstractas en el cielo colmado de estrellas. La misión quedó dibujada en nuestra primera conversación: “si te gusta escribir, escribe de mí, los jueves por la tarde”, y hasta hoy jueves, veintitantos de octubre, primera vez.
Yo no sé de qué ansían hablar las mujeres de cuarenta años en una tarde de jueves, en un paseo lunar por cualquier orilla de cualquier playa, no lo sé. Ignoro qué especial angustia enloquece a una mujer hermosa para buscar un silencioso escritor para que escriba sus credos, sus pasiones y sus mentiras. Teresa llegó con una esplendorosa mirada de infinitos y un chal rojo; el pelo suelto y aún más suelta la voz.
Estuvimos treinta y dos jueves llenando páginas y actualizando recuerdos. A veces me pareció loca, otras veces la creí diosa, las más de las veces me contaba una historia incierta, que inventaba para el diario o para ella misma. Teresa hablaba en el mar, no atendía la insinuación de las olas ni las mías, se refugiaba en su palabra, que era su único misterio. Pasé momentos de mucho placer y emociones oyendo de Teresa cómo engrandeció su vida y cómo nunca sucumbió al desánimo.
En la última página del cuaderno conservo una relación de mis aprendizajes con Teresa; ella desapareció de esta “imaginería de santificados mártires y dolorosos sinverguenzas” -era su frase- una tarde de jueves después de la sesión ordinaria de nuestra entrevista.
A Teresa la he buscado desde entonces en los andenes, en las soledades, en los miedos, en las insatisfacciones y hasta en el aire. Teresa dejó de existir en aquella noche de sonrisas, acaso fuera un fantasma creado por mi retorcida mente como excusa para escribir “un diario de nadie”.


RAMÓN LLANES. 2.6.2013. publicado en digitalextremadura.com

LETRAS EN BOLSAS DE PAPEL.

COSAS QUE PASAN.
Es curioso cómo todas o casi todas de las cosas que pasan en el mundo tienen una trascendencia tan notoria que nos llegan a afectar en sobremanera mucho más de lo que nosotros intuímos. Una guerra en el lugar más apartado del mundo empieza a formar parte de nuestras vidas desde el Telediario hasta la devaluación de la moneda que utilizamos; la caída de un determinado producto en el mercado de valores, también nos afecta; y los flujos de la economía y el tiempo. Todo es un conglomerado de premisas que alcanzan un fin la mayor de las veces para desestabilizar nuestros posicionamientos individuales y colectivos.

De ello se deduce que pertenecemos a una colectividad sorprendentemente engranada y cuyos resultados integran el devenir del individuo. Y aunque no queramos entrar en el conocimiento de las noticias no somos capaces de ignorarlas porque nos machacan con los análisis de ellas hasta puntos extremos. Y nos repiten las consecuencias y los problemas.

Es también curioso que todo esto se produce cuando se trata de situaciones perversas (dicho en términos coloquiales) que afectan de manera negativa a nuestro medio. Otro tipo de noticias o sucesos que a montones se suceden en el mundo y que tienen un cariz más liviano, alegre o agradable (las llamadas noticias buenas) no entran en la rueda del noticiario. Tienen menos audiencia, interesan menos, son menos morbosas. Estamos enganchados a lo trágico y somos seres con un drama que contar, vendedores de la propia desesperanza, hasta el punto que casi no respondemos a la tan acuñada frase de la sabiduría del pueblo.

Y digo esto por todas las razones que se me han venido a la mente este fin de semana en el cual he pasado unos días sublimes repleto de emociones y convivencia.

RAMÓN LLANES

domingo, 2 de junio de 2013

DIARIO DEL AGRADO



A CANTILLANA CON PASIÓN.

He venido por segunda vez
a este lugar hambriento de entregarse.
He venido sabiendo que al esperarme
se me unían mis gozos de estar y de querer.
He venido con el sentido puesto en la razón
aquí se ensalza a la mujer,
la poesía concede fuerza y parecer,
aquí se alimenta al corazón
y se sale sin prisa, con emoción,
con lo ojos soñando otra venida,
con las manos ansiosas por volver,
con el alma alegre y tan henchida
que se me quedan todas las ganas por saber
de Pastora, de Asunción, de esta vida,
de girasoles, de la Torre del reloj,
de la Plaza del Caño, de aquella canción
que se hiciera himno en Andalucía,
del Viar, del palmitero, del algodón,
del Coro Azahar, de la alfarería,
de vuestro consuelo y vuestro dolor,
de vuestra esperanza y vuestra fantasía,
de todo aquello que me llevaría,
en el hueco más sentido de mi voz
y luego con sentimiento pregonaría
hablando de vosotros, con devoción,
con el respeto más agradecido,
con la más comprometida intención,
con la alabanza como son preferido,
con el abrazo como mi mejor pasión.
Gracias cantillaneros por vuestro afecto,
gracias por vuestra atención,
por vuestro aplauso y vuestros gestos
gracias por darme tanto y con tanto amor.

RAMÓN LLANES 31.5.2013 (con motivo de mi presentación del XVIII Certamen literario femenino Ciudad de Cantillana)

MEMORIA DEL PRÓDIGO


H.- 1
Te oí el último latido
y tu voz no era la tuya
y tus ojos no eran los tuyos.
Tenías fiebre pálida
y diste portazo
en mi alma.

Has dejado lápiz, carmín, tormenta,
un sitio sin ocupar,
un árbol sin sombra,
un tiempo sin calor.

Bajaste a otra memoria
donde estaba un hombre
que no era el tuyo.

Y no se llenarán
los huecos que dejamos
más que de tristeza.


RAMÓN LLANES.

DIARIO DEL OLVIDO


OLVIDANZAS


El olvido es un pequeño desconcierto de la memoria y un espejismo de la voluntad; el olvido puede ser también una terapia del recuerdo o un sosiego o un apartado incierto donde la nada se oscurece como un ambiguo resorte para seguir conservando todo aquello que no debe olvidarse. Ayer quise olvidar voluntariamente y no lo conseguí, no he aprendido a olvidar, no sé olvidar. Quise componer un recuerdo que figuraba roto, pensé cada uno de los trozos, los enaltecí para darles mayor valor y las piezas se dejaron unir con toda su solvencia; cuando lo tuve restaurado lo disfruté mil veces -todo en la memoria-, le encontré las emociones y las viví, un rato, con la misma pasión. Y allí estaba todo, intacto, caliente como un pan nuevo, como si lo hubiese guardado ayer.
Me gustó tanto que empecé a revolver antiguas vivencias que habían desaparecido de mi control, quizá por la lejanía en el tiempo o quizá por la falta de huella que pudieron haber dejado en las células que controlan estas cosas. Hice acopio de mis eventos naturales, me esforcé en reconstruirlos, les tendí mi mano virtual, mi llamada amorosa, les devolví la ilusión por aparecer y se me vinieron a la sonrisa hasta ocuparla y privilegiarla; ¡cuánto deleite!.
He pensado también -casi me ha dolido pensarlo- que la memoria guarda, por obligación, todo aquello que no fue útil o produjo malestar, desencanto o dolor; la memoria reserva un arsenal infinito de horas para hacerlas vivas cuando se le antoje. Rechacé esta posible opción, se me puso mala cara, se me trincharon las ganas de pensar y le perdí el respeto a la memoria. Me merezco conservar lo puro, lo emocionante y lo alegre, me dije. Pero mi vida es todo el recuerdo, toda la memoria; con sus sobresaltos, sus remiendos y sus veleidades; y no quiero apartarme, lo inventé y no puedo permitirme renunciar ni siquiera a la más insulsa de las moléculas que guardan lágrimas y efemérides de mi vida. Y me olvidaré de intentar olvidar.


RAMÓN LLANES. 29.5.2013. publicado en huelvabuenasnoticias.com.