RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

jueves, 23 de septiembre de 2021

LA CASA DEL MAR. (AUGUSTO THASSIO)

 

                                   LA CASA DEL MAR DE RAMÓN LLANES.

                                                                                                     Augusto Thassio.

Grande. Ramón Llanes es un poeta grande, inmenso. Un poeta de exquisita sensibilidad, capaz de hablar  con la brisa, con los dorados malvas de los atardeceres y con la vieja farola de su terraza, en lo alto de la mina, que se deja querer por los versos no escritos del mirar silencioso de Ramón.

“Guardo viejos versos/ para ocasiones/ escritos en servilletas de papel/con memoria”

Tharsis le admira y le quiere desde que era un mocoso que trasteaba en el cajón de sastre de su padre, jugaba a ser capitán de los pinos del Madroñal y descubridor de fabulosos tesoros, que las naves de rey Salomón ocultaron bajo montañas de escorias, en espera que poemas azules de “La Casa del Mar” señalen el cielo abierto y rumores de luces nuevas.

“Basta la primera luz/para cubrir consecuencias/y no cunde el desánimo en las clases de vivir/que ofrece lo cotidiano”.

Precisamente, su último poemario “La Casa del Mar”, sugerente título y sugerente portada del pintor Juan Carlos Castro Crespo, fue presentado, reción estrenado septiembre, en el teatro Villa de Tharsis.  Las butacas fueron ocupadas por tharsieños de todas las edades, sedientos de versos y añoradas mareas que quedaron ancladas, como barcos, tierra adentro donde el sudor y la sangre se mezclaron para parir la idiosincrasia de un pueblo que goza y disfruta con la belleza de la palabra y los melódicos sones de los suspiros.

“No nos dejemos/ viciar con olvidos de memoria,/ ya no somos la utopía/ primigenia de la mar,/ahora tenemos de alma sana/la emoción/ y seremos capaces/ de sembrarnos de verdad/toda la relación necesaria de los besos/ hasta las últimas eternidades”

Los 63 poemas -suman el mágico 9- se derraman a lo largo de todo el poemario en cantos a la libertad, a la justicia y al reencuentro de espíritus afines a la esencia primaria de la esperanza, vencedora de intrigas, engaños, maldades y guerras fratricidas.

La presentación, emotiva y conmovedora, contó con la intervención a la palabra de Paco Durán, María Llanes, Simón Llanes, Elena Rodríguez Llanes, Simón Pérez Volante, Susana Llanes y un servidor, que me equivoqué, confundiendo Tharsis con Riotinto, y por dos veces. Imperdonable.

Ramón, con la parsimonia de un sacerdote druida, agradeció a los asistentes su presencia, nombrándolos, uno a uno, con cariñosas palabras.

En definitiva, un acto extraordinario para presentar un extraordinario poemario que todos los que aman la poesía deben leer, despacio, verso a verso, sorbo a sorbo, como el mejor de los licores.

Ramón Llanes sabe cómo emborrachar con sus poemas a los espíritus más exigentes.

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