RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

miércoles, 24 de junio de 2015

HOMBRE RICO, HOMBRE POBRE


HOMBRE RICO, HOMBRE POBRE

Al final del mandato podrán hacerse todas las especulaciones de capricho o sensatez que quepan en la pantalla y será momento para que unos critiquen y otros encumbren la gestión realizada, para que cada cual emita sus juicios de valor y sus enmiendas con respecto a quienes se ocuparon de regir nuestro estado en el tiempo prevenido por las leyes. Esta legislatura tiene cercana fecha de caducidad y ya se comienzan a juzgar sus actitudes.
Mucho se dirá -desde los adeptos y desde los adversarios-, en una u otra dirección acaso halagadora, acaso reprochable; cada ciudadano tiene su modelo en la mente y existen tantos como personas. Se harán balances, se contrastarán resultados, se observarán las conductas; se pondrán en liza los valores y desvalores que han formado la gestión en general y será un debate más puro que cualquier otro hecho en foros institucionales o parlamentos políticos. La calle se pronuncia con otros códigos, no se vulnera el principio de presunción de inocencia ni se juega a cambiar reglas después del partido; la calle es tímida pero nítida y emitirá un juicio claro y conciso, que ya circula. Y dice que hace cuatro años teníamos un estado deficitario pero sus habitantes rozaban los buenos niveles de felicidad marcados por los protocolos de aceptación que los determinan. Y dice que, ahora, cuatro años después, hemos alcanzado las notas más altas de pobreza de toda la historia reciente de España. Que ahora -dice la calle-, se han superado los mínimos grados de satisfacción desde tiempos inmemoriales, que la felicidad no es cualidad sino utopía, que la proliferación de ricos hasta en un cuarenta por ciento más denota el desamparo en la tutela exigida. Si la pobreza es un signo negativo y la riqueza un signo positivo, se evidencia –lo dicen los números además de la calle-, que nuestro estado de bienestar ha mermado considerablemente en sus cuotas durante la legislatura que está próxima a fenecer y que sus gestores no han realizado un trabajo real, justo y honesto en favor de los propios ciudadanos.
Desconocemos el slogan para la venidera campaña política del partido que ostenta el poder pero mucho tendrá que cambiar el telar si pretenden acercarse con un hilo de vergüenza a quienes tanto empujaron a esta menguante forma de destruir sonrisas. ¡Pardiez!

Ramón Llanes. 22 de junio 2015.
EN HUELVAHOY.COM

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