RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

jueves, 14 de marzo de 2013

NO SÉ


NO SÉ

Es una página blanca, sin mácula y seductora la que se me presenta en esta pantalla de insospechadas pretensiones. Nos miramos con la misma complicidad de siempre, le propongo escribir de Bárcenas y las letras se tambalean, tiritan de miedo y se caen hasta impedirme que continúe gratamente mi deber. Está de moda escribir de este elemento -me digo- no sé de la aversión de la página, no entiendo de rarezas literarias o al menos no comprendo por qué la página blanca me impone sus condiciones. Nos volvemos a mirar, con la misma complicidad de siempre y le recrimino su actitud pero me convence.
Cambio de tema y escribo la palabra crisis y se bloquea el tabulador; no consigo articular adjetivo que acompañe la frase, es ridículo, la pantalla se blanquea, las letras no aparecen. Otra vez nos miramos y se me pone a temblar con espasmo y miedo. No sé de la aversión de mi sistema informático por este candente tema, tan demodé y con tanto debate ya en sus huesos. Me vuelvo a reprimir, me convence, me quedo un rato largo sin ideas.
Le sugiero escribir una reflexión no dogmática ni intelectual sobre política social actual y esta vez la pantalla se ennegrece y se apaga. Reinicio, nos miramos de nuevo, con la misma complicidad de siempre, se solivianta a modo de intermitencias minimizando mi asunto cada tres segundos. La vuelvo a mirar, esta vez más enrabietado, aprieto con fuerza las teclas, repito hasta cuatro veces las palabras y el sistema me manda al garete; otra vez la nada delante de mis narices. Me resigno o la olvido; opto por lo primero.
De qué escribir que en nada moleste a este censurador sistema de chips, sin conocimiento ni buena voluntad, de qué se puede escribir que no dañe el cerebro gris de este goloso aparato de quien tanto dependo. La página sigue con su blanco perfecto, ni una raya, todo es quietud y armonía, todo soledad, hasta que le imprima mi carácter y se tenga que conformar con mi pensamiento. No sé de megas tanto como para modificar la memoria.
Propongo un cambio de estrategia, le escribo en el centro de la página blanca la palabra “amistad” y me sorprende su reacción, ha colocado de pronto dos mil adjetivos detrás de ella, la ha subrayado, aparece en mayúsculas, en rojo, con signos musicales, con una sonrisa. Le ha gustado a mi pantalla que escriba de amistad y me convence y me domina y me desestabiliza mis esquemas hasta comprender que no tengo el control sobre está listilla máquina y me deja con la boca abierta.



RAMÓN LLANES. 9.3.2013.  publicado en digitalextremadura.com 11.3.2013.

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