RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

sábado, 4 de noviembre de 2023

CÓMO SALIR DEL TIEMPO

 CÓMO SALIR DEL TIEMPO

 

 

         Desconozco si se puede salir del tiempo con la verdad puesta en la frente y con la estrategia guardada en la entretela o acaso salir del tiempo requiera velocidad, aceleración y frenada, o incluso formar camada junto a los voluntarios para desafectarse en comunidad y que parezca una huída colectiva anticipada de toda una generación o de un determinado sector social en un estado más agónico.

         El poder de la utopía crea una magia impersonal entre los adictos a los sueños; para elegir tiempo bastará el perfecto empleo de la utopía con esa porción de magia, con la libertad y con el pacto comprometido con los compañeros de viaje. La segunda parte consistirá en diseñar el mecanismo con el cual realizar el traslado, luego la elección exacta del tiempo a donde se pretenda constituir el asentamiento y luego el acarreo de los medios a llevar y la voluntad de la emprendida. Poco más que el hatillo de esperanza, la pócima de sinrazón, el imprescindible deber de la locura y una caja de lo que sea para guardar todo aquello que sea guardable.

         No habrá prisa, nadie empujará a lado contrario, la excelencia será el consenso, la facilidad será la premisa y los fines se irán moldeando durante la ruta.

         Después de larga travesía recorrida nadie habrá preguntado el por qué de la salida ni las consecuencias del viaje; nadie volverá la mirada, nadie andará con miedo, nadie deseará volver. El horizonte se modificará en cada colina, las nubes perseguirán los pasos, la tierra será un libro inconsciente con letras de piedras y los árboles serán la sombra lírica del cansancio. Se podrá salir del tiempo sin necesidad de renegarle. El tiempo solo es un aliado de la vida que juega a sorprender, se entrega al cuidado y gusta de mimos.

         En cualquier requiebro de la solana está la parte de tiempo buscado, ese “adónde” de mucha inseguridad que haya consentido tanto respeto y tanta lealtad; toda esa efemérides del deseo se encuentra al siguiente repecho de la tarde, quizá más cercano del esfuerzo que de la lejanía, quizá a una mirada, a un pié, a unos cortos avances de los brazos, a un sentimiento.

         Y salir del tiempo no traerá estrategia precisa y bastará una verdad bien dorada y la sensación de locura entre los ojos, como si todo fuera salir de la rutina con la sencilla idea de concederle un préstamo a la fantasía.

 

         Ramón Llanes 

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