RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

lunes, 17 de junio de 2013

ASUNTOS PROPIOS


HISTORIAS DE OTROS

Si cae la tarde se muestra un ocaso que aparece de una genialidad. Nosotros estuvimos presentes en el último milagro de los colores pero fuimos a repetir los lugares en un semicírculo de ironía, la luz no se apaga, se enciende otra. El general ascendió desde la reserva, se le agrandó el sueldo, le llegaron más medallas, limpió los sables, había quedado un hueco vacío en aquel ocaso de jerarquías y le tocó permitirse doblemente una misión a continuar acariciándose el bigote con más galones; un experimento no guerrero pero sublime para él, acostumbrado a tanta pérdida de tiempo y ninguna actividad.
Con cierta sutilidad, indeciso y ambicioso, acabó su discurso en el ateneo, proponiendo a los asistentes, -próceres de adicción- remediar la mendicidad con tapones de papel que ocultaran para el gremio de turistas las caras y harapos de cuantos ensucian el paisaje por su cualidad como ciudadanos de menos diez que convierten en vida cualquier alcantarilla y molestan el tránsito habitual. Aplaudieron y nadie culpó de ello al tal imbécil, culparon a la palabra. También fue un aparente ocaso, se habló de aquello que alentó la fusta del tiempo.
Dónde estarán ahora los miembros de la Asociación del Crepúsculo Roto, que, como excelentes católicos apostólicos, pulsan cada mañana el botón del “quitar” y denuncian a los bichos vivientes que operan en la versatilidad de sobrevivir a base de desvivirse en cada rato de hambre. El flujo del recorte ha dejado de ser una metáfora y ahora la metáfora es excepción. Estos caníbales del Crepúsculo Roto se alimentan de desgracias ajenas y visten con la piel de los muertos. Otro milagro generado por el ocaso de los derechos, como bien jurídico próximo a extinguir. “Era imprescindible hacerlo, nos estaban desacreditando”, dijo el jefe.
Yo no he venido a maldecir, mi ocaso me requiere lírica constante; en mi atardecer de cada día tampoco hago pronósticos, vivo en esta comunidad que se amedrenta y subsiste y va a continuar gozando de los ocasos y buscándolos a cualquier precio, a pesar de la niebla.


Ramón Llanes. 16.6.2013. publicado en digitalextremadura.com

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