RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

lunes, 22 de febrero de 2016

CARTA ABIERTA A UN SONÁMBULO

 
CARTA ABIERTA A UN SONÁMBULO

Estimado primo Miguel:

Te habías dejado dormir simulando estar despierto, abriendo reiteradamente los ojos a modo de burla contigo mismo y como si creyeras que por estar dormido tu mundo sería más dulce. Al mismo compás del sueño te levantabas inquieto, administrando la luz de tu mirada y abusando de quienes te sabemos sonámbulo y nunca consentimos despertarte porque -dicen- puede poseerte cualquier diablo que impregne en tí un maligno perpetuo que te vuelva loco de remate. Nadie quiere despertarte cuando te paseas desnudo por la casa, por el jardín y cuando vas de la cocina al pozo con mágica facilidad y cuando te cruzas por la escalera con el hueco del zaguán y ni te inmutas de miedo.
El día nueve cumpliste cuarenta y dos años, estás sin descendencia, te haces a la holganza con la misma frialdad que al sueño y nos pides el pan, el vino y la despensa; te enmascaras de pérfido e inútil, te arrastras sin mesura y cuando el mundo se te pone en contra, te duermes, para volver a tu buen estado de realeza. Nunca recuerdas lo sucedido ni admites haberte enterado. El martes, quizá al alba, cuando ibas de mudanza en mudanza como cuidando los rosales, sin hacerlo, la cocina explotó de pronto porque se te olvidó apagar el fuego y tu café ocasionó no pocos destrozos en toda la casa. Tú eras un indolente absurdamente enfrascado en una bola ascética, ajeno a la vida. Te recuerdo que en ocasiones has dejado abierta la bañera hasta correr el agua piso abajo; has encendido todas las luces cuando todos dormían; has puesto la música a todo volumen en cada amanecer que se te antojara; has encendido la chimenea en pleno agosto a la hora de la siesta.
En fin, primo Miguel, que nosotros dejamos de ser problema cuando dormimos y tú eres y serás eternamente un problema, tanto en el despertar como en la dormida; con tal panorama, la familia acordó anoche, despertarte la próxima vez, a cualquier precio. Te escribo esta carta más como una advertencia que como una amenaza aunque tampoco me solivianta en exceso si como tal te lo tomas.
Indolente primo Miguel, no vuelvas a dormirte, ¡maldita sea! y si lo haces, entérate bien, serás ansiosamente despertado a bombo y platillo y luego allá tú con el diablo.
Con todo cariño, tu primo Juan.


Ramón Llanes 19 enero 2013.

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