RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

domingo, 28 de julio de 2019

ELEGÍA POR ANTONIO SEGOVIA

ANTONIO SEGOVIA


Cuando alguien deja libre el hueco de la vida, como ayer lo hiciera Antonio, acostumbramos a mostrarnos generosos y en el adiós virtuamos en exceso los actos del amigo, bonificamos su existencia en halagos y nos sentimos más considerados y sobradamente afables. Ayer a nadie le fue necesaria la cuota de exageración para hablar de Antonio, a nadie se le ocurrió magnificar lo que ya él mismo había trazado con magnificencia. Se encargó de ser hombre y llegó a alcanzar toda la dignidad, al ser alcalde de su ciudad puso juventud y honestidad, en su profesión de abogado se caracterizó por su elegancia en el estrado y fuera de el. Y a la vida le añadió, además, su temple humano, su saber estar, su onubensismo, su pasión y un incalculable listado de bondades.
Antonio Segovia no pensará que le estamos admirando, creerá que le avisamos para el próximo pleito, para estar juntos en un homenaje a algún compañero, para conversar de derecho o para fumar un cigarro, como tanto le gustaba. Es ya eterna la costumbre de tener que dejarnos; a él le cubrían ochenta y tres años, quizá no era aún su tiempo, quizá para gente así nunca sea tiempo; deberían quedarse dos o tres vidas más, como ejemplo. 
Hemos de conformarnos con saber que se ha ido sin cerrar del todo su página y nos valdrán su estela, su carisma y su recuerdo, tan sobrados de riqueza.

Huelva. 7-9-06.

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