RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

jueves, 23 de enero de 2020

A JAVIER SÁNCHEZ DURÁN


PRESENTACIÓN DE JAVIER SÁNCHEZ DURÁN
CENTRO SOCIAL BELLAVISTA.

            Este hombre que dice: en la gruta del tiempo, varados en el techo, cuelgan, incontables, los recuerdos como tristes murciélagos, se asoma a la luz con la consigna eterna que su madre le dejara: “para que tú seas poeta yo dejaré de ser vida” y empezó a ser amamantado de la química indestructible del amor de aquel simulacro de muerte que nunca llegara a consolidarse porque siempre se tuvieran apasionadamente unidos por las ternuras.
            Y se hizo poeta en la andanza de los otoños, entre el viento, allá en la altura del Cortelazor amado, no sé caminar sin él, escribiera con la armonía de sus fondos comprometidos, con toda su solidaridad y  entrega. Se dedicó a enseñar viviendo, a compartir camino con las lunas pobres, a fomentar los sentimientos entre quienes no entendían de abrazos, a beber de las concordias en los momentos más difíciles de la paz; se deshizo de credos impuestos cuando tomó conciencia de la imposible convivencia del dogma con la utopía. Quiso ser el hombre que ahora es, no más, con figura semi desbaratada, cuerpo de niño en una chaqueta libre, humildad en sus gafas y convicción en sus zapatos; recorre el  mundo con pelo y versos en la dirección de su propia rebeldía.
            Para estar en la lontananza de la vida no cree mejor actitud que descreer los mandatos divinos, decrecer en intolerancias y dislocarse a través de la lírica con sus fundamentos de convivencia, amor y búsqueda en rincones del universo del ser humano por un mundo más justo y ético. Si algún día se va, irá su esperma a confín destinado para pobres, en fosas comunes, con los suyos, con su estirpe de disidentes de la felonía.
            El poeta se hizo inmenso en el inmenso sustrato de la palabra y se guardó muchos silencios para contarlos ahora a través de La percepción de la lluvia porque quizá lloviendo se sienta mejor la bondad de la tierra; besamos y amamos el asfalto más brillante, se atreve a contar para acercarse al algo que busca; hay que volver al viento es su detalle con la naturaleza de lo imposible y lo real al mismo tiempo; hay que entrar en el arroyo, es su mística; al canto silencioso de los olmos, es su manifiesto. Estaremos figurándonos  ser Javier Sánchez Durán al leerlo, querremos ser su parte ardiente, su utilidad social, su bondad; nos uniremos al espíritu comprometido que le ha hecho poeta, hombre, lícito, sonriente, plácido, amable, locuaz, sabio, acogedor, único…nos enganchará con su fórmula de vida; léanle también los labios del alma y comprenderán por qué lo digo.

            Ramón Llanes. 23 Enero 2020.

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