RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

jueves, 9 de enero de 2020

EL HOMBRE DE LA CALLE


EL HOMBRE DE LA CALLE

 

 

            La ciudad tiene su frialdad y su calentura, como nosotros, como la marisma; la ciudad se esconde o nace desde el mucho o desde la nada. En un instante surge el hombre cotidiano por el lateral derecho de la iglesia que preside la calle, se santigua y escupe al mismo tiempo que cruza el pórtico.

            Nadie prestó atención, el  mundo entero pasaba por allí un día cualquiera, nadie observó que el hombre -ajeno a mis ojos- se santiguó mirando fijamente la puerta y escupió de inmediato dejándome con la incógnita de saberle interpretar los gestos.

            No hemos vuelto a verle, quizá ya no viva en la ciudad que escupió y quizá no sepa que ahora he decidido contar su actitud sin atreverme a calificarla. Si usted se lo encuentra pregúntele la razón de santiguarse y de camino que le cuente por qué escupió en ese lugar, en ese preciso momento y en esa determinada ciudad; otro día hablamos.

 

 
            Ramón Llanes.

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