RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

jueves, 25 de enero de 2024

PRESENTACIÓN DE POLIFONÍA DE ÁNGEL POLI

 

PRESENTACIÓN DE POLIFONÍA DE ÁNGEL POLI

 

Es como si Ángel se hubiera puesto a escribir en 1990 y hubiera acabado nunca. No en tus pupilas, más allá. Como si hubiera empezado a descubrir un verso en un charco qué consuelo cruzar caminos que has cruzado y volverse poeta de pronto o un indígena de la ausencia; como si hubiera invertido el infinito de sus tardes amorosas y se diera cuenta de ti, tu piel entonces asciende al mismo son de gracia y de sentido. Como si se hubiera encontrado con unos ojos y se hallara privilegiado en la estepa más absurda, sé de un lugar perdido que batalla con mitos y certezas y de aquel misterio de indelebles sueños pronunciara su discurso de prohombre en las esquinas del mundo y evocara su palabra defiendo con silencio lo que predico, no en tus pupilas, más allá. Y luego el grito pálido de otra evocación para señorearse en la humildad de su cristal humilde mi torre de marfil ni es torre ni marfil, solo una choza de donde salvo más que en mar abierto, y no se quejara de ser un náufrago, un redimido o un preso de olas que anduviera buscando las orillas de la otra parte de la libertad, no en tus pupilas, más allá, diría, cantaría, vocearía por las tempranas enredaderas de sus tranquilidades.

Es como si Ángel nunca hubiera escrito un poema, como si no supiera qué es un verso y se creyera que una metáfora es un sobre lleno de letras y como si no supiera qué nombre ponerle al día y se encontrara con que a la distancia de trescientos metros una mujer se acerca, y lloraran juntos o amaran cada cual por su soneto y sellaran con algo de lejanía el deseo de un abrazo, suena la voz y voy a su encuentro, una rapsodia pisoteada en un baile de hormigas donde recitaba el poeta  y el recordar que es tanto posible como puede la hormiga diez veces con el peso de su cuerpo y la más pequeña lombriz se mueve fuera de escena advirtiendo no en tus pupilas, más allá; y se haya humedecido tanto la voz de Ángel que solo quede un reguero de los versos menos rotos que olvidaran las pisadas en el baile y oliera de nuevo como si apareciera un místico con bigote que pretendiera saber escribir a los idos y a los eróticos y vieran los siglos que la Onuba vieja, tan calada de humos y tan estrecha de trenes, gozara de un andante Baudelaire, misántropo como el gemido de una garza, insistente como la llovizna e intrépido como un verano, un paseante de bulevares que no existen, llevando siempre en la cabeza un poema, en el bolsillo una carta, en la sombra un libro; ese Ángel que no ha desaprovechado presentar sus versos a concursos de otros universos distintos de este de acá y ganarlos, que puede enseñar cómo es de tímido el pudor, cómo de cercano su tránsito y cómo solo tiene veinte palabras para pronunciarlas y un millón de hipérboles para arropar sus versos. Ese Ángel, que entiende su libertad como un cuaderno. A ese me refiero, a ese que un día escribió a tono con su estadio de armonía: no en tus pupilas, más allá.

 

       Ramón Llanes. 25 enero 2024 en 1900 Company Bar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario