RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

lunes, 26 de mayo de 2014

DEVOCIONES Y OBLIGACIONES


DEVOCIONES Y OBLIGACIONES


Estas elecciones han coincidido con la celebración de gran número de comuniones por esta baja ladera de la baja Andalucía que nos sirve de cauce de vida. En conversación aparte nos preguntábamos la influencia de una sobre las otras sin tener una idea común bien contrastada que nos hubiera podido dar la clave a nuestro diálogo. Apenas cerrarse los colegios electorales, casi al mismo tiempo de la finalización de los convites y festejos propios de la liturgia de tan importante sacramento, indican las noticias que la participación de los onubenses en las urnas ha sido mínima, con unos registros que rozan niveles alarmantes.
Sobre ello escribirán mañana los diarios analizando todos los elementos sociológicos de influencia, hasta dar cifras comparativas y niveles de abstención mostrando las causas que han provocado la escasa participación ciudadana en las urnas. Quizá a pocos analistas se les ocurrirá proponer conclusiones que culpen a los cultos devocionales de tan rácano resultado e incluso puede que nadie lo considere de valor de alteración y pondrán énfasis en la apatía, la desgana social, la desafectación del ciudadano con la política o acaso también la poca importancia que pueda tener Europa en nuestra ciudad. O miles de opciones más que barajarán para acabar su trabajo -los analistas- con la mejor cuota de acierto para atender adecuadamente el dogma de las estadísticas.
Tampoco considerarán de interés la opinión íntima de los electores. No admitirán los estudios las posiciones personales tendentes al rechazo a todo aquello que se encasille en “lo político” ni admitirán que los gustos a veces están reñidos unos con otros y no se pueden compatibilizar estos con la obligación que impone el derecho al voto. Quienes andan metidos en órganos de representación o son familiares de algunos de ellos, prestan una especial atención a los comicios pero el resto de los humanos no está interesado en renunciar a sus aficiones primarias para acercarse a depositar su opinión a sabiendas del mal uso que hasta el momento se le ha dado.
El domingo gran parte de la plebe dedicó su tiempo a llenar iglesias y ponerle consideración a los actos de familia, a la comida junto al niño, a los regalos, a la conversación con el compadre y a menesteres de este sutil bienestar que llega al alma, olvidando a conciencia cuánto ganarán en Bruselas los elegidos.

Ramón Llanes.
Publicado en diariodehuelva.com

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