u).
Se
nos rompió el paraíso.
Muerte
hembra, también, como la tarde.
Como
nacer de prisa por miedo a malnacer,
como
llegar cansado a vivir
y
obligarte a volver. Al pie, el entusiasmo
puesto
a cada hebra, la petulancia del amor
y
las renuncias a destruirlo.
Nada
después de la nada, acaso una coma,
un
punto, una habitación, de nuevo, vacía,
dos
miradas sin ojos,
la irrupción de la desidia,
el
dolor de los otros sufridos para confortarnos
del
error. Y acaso un crespón negro en la luna.
#Ramón Llanes #
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