NO TENEMOS NECESIDAD
DE MIRAR ATRÁS
Los
resultados electorales se convierten en datos de castigo. Solo los ciudadanos
serán sufridores, los partidos se felicitan todos sin entrar en valoraciones de
fracasos, la nueva tendencia hacia valores caducos, trasnochados y retrógrados
es innecesaria porque no aportará posibilidades de evolución y se dedicará a
minar a la sociedad de una infructuosa nostalgia incapaz de proponer gérmenes
de progreso. El asentamiento de posiciones radicales proviene del descuido general
de la filosofía de la democracia, del desprecio político hacia los principios
que inspiran nuestro sistema de bienestar y avance. Quienes hicieron guerras,
sacaron sables, provocaron muertes, desahuciaron sin pudor, recortaron derechos
y se aliaron más con la arrogancia y la riqueza que con el ciudadano medio y
con la pobreza, esos son los culpables de que ahora aparezcan opciones que ni
creen en la democracia ni en la sociedad constitucional ya asentada. Ellos, con
sus posturas egregias y falaces, con sus trinos de ópera impúdica, sus
discursos de mentira y sus horrores, ellos son los culpables de estos
innecesarios resultados, indignos para un pueblo que solo quiere aspirar a
conseguir paz y trabajo.
Ramón
Llanes. 3 diciembre 2018.
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