RECORDANDO LA INDIGNACIÓN.
Apenas he conseguido cuarenta
segundos para expresar un privilegio cuando me he dado cuenta de que me han
inscrito en el listín de los indignados; al parecer doy el perfil, se me nota
en la manera de andar; ahora, con este compromiso en el cuerpo no se me ocurre
otra cosa que repetir el lema “si no nos
dejáis soñar no os dejaremos dormir”, calzarme la más fuerte voluntad y
partir con ellos hacia esa singladura donde la ventisca es la mejor de las
caricias que se consigue y la contracorriente la única esperanza.
Apenas estoy en los elegidos cuando
consigo aprender que somos más de cuarenta millones de indignados y nos parece
útil cruzar esta maravillosa aventura de la utopía. No hemos soñado otro
remedio. Y aún seguimos en las mismas.
Ramón Llanes.
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