RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

miércoles, 25 de mayo de 2011

POEMA RECITADO

La suerte de ayer me trajo a la emoción un poema recitado, una voz de mujer, suave como un terciopelo grana y triste como un olvido, una voz inmensa que hablaba de amor. Me quedé extasiada y reflexioné sobre las voces que había oído por la mañana y se me formó una tormenta de desagrado en mi mente. Ahora escuchaba la ternura del poema, luego oía el grito desmesurado de una protesta, más allá la sinrazón hecha palabra, después la bronca de un alguien con otro alguien, inconscientes ellos de que alteraban la banda sonora de la vida.
Casi no recuerdo cuando volví a la realidad, aquello pareció más un desafío a lo cotidiano y casi tuve miedo de regresar al vocerío del entorno, incapaz de poder asumir mi nuevo papel de mujer en un despacho vacío de una voz poética. Me rehice del susto y comencé a recitarme poemas en el interior como una niña aprendiendo la tabla de multiplicar, corrí paisajes inventados, perseguí los solsticios de la luna, fui a reencontrarme con la mujer del poema y ella seguí allí, tierna, gentil, recitando la vida.
Algo debí prometerme porque reinicié el disco duro con toda mi capacidad de mujer y rechacé las ofertas de la tarde donde voces huecas hablarían de nada. He puesto de fondo en mi espejo claro miles de palabras, miles de versos, miles de susurros que además de hablarme me enseñan y me emocionan y me he sentido mejor, más mujer.

Carmina Santos.

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