Huellas
Estarás con los ojos puestos en el único horizonte que te deja la mar, lejano, inalcanzable, como los deseos, como los sueños; pero tendrás los pies acariciados de arena húmeda, en la ola que no se cansa de mojarte, en el trazo de la brisa. O tendrás las manos troquelando una figura surgida de tu entusiasmo, pero habrás conocido cómo se toca una piel imperfecta. O tendrás el pensamiento pendiente de un espasmo que alerte la consigna de un tiempo que nace para no perderse. O estarás en el pico más alto de una nube sin agua esperando un resultado de descanso, pero sabrás que de la nube se cae, a veces. O irás a las cumbres, a los roquedos, a las correntías, a pactar con tu conciencia, pero la luz la llevarás en los morrales, inquieta y avispada.
Andarás campos, cornisas, planicies, hasta que todo aquello parezca libertad, donde el grito tenga siempre la respuesta del eco y sea impúdico volver. Allá, donde estén los materiales del universo, arena pisada, luz soberbia, deseos corrientes, la vista alargará la tarde y se dejará querer si se abraza; mientras, los huracanes dejados pasarán a la moda antigua, a la despensa.
Alguien tocará tu espalda anunciando el regreso y desde entonces lo cotidiano te será mediocre e insulso, pero no habrás olvidado la complicidad con la arena, con tu tiempo, contigo.
Ramón Llanes. Huelvahoy.com