Urna-Elecciones (2)
Habrás pensado más de una vez echarle morro a la vida y apuntarte a una lista de candidatos a ocupar un sillón en cualquier parlamento, comunidad, ayuntamiento o sarao y así resolver para siempre tu raquítica situación económica. Lo has pensado porque sabes de sobra que un cargo proporciona buenos beneficios, aunque solo tengas formación básica y no hayas aprendido más allá de las reglas de sobrevivir. Y acaso siempre te haya faltado descaro o te haya sobrado dignidad; y acaso nunca encontraste ese momento idóneo que reuniera tanta morbosidad. Otros lo hicieron.
Se te habrán venido a la memoria un sinfín de soluciones a todo esto y tendrás un catálogo de mejoras perfectamente definidas. O quizá siempre te ha desorientado tener que ocuparte de aquello que no te incumbe y has desechado la idea de ponerte al servicio del bien común o no te consideras con capacidad suficiente como para ocupar cargo o puesto de responsabilidad. Otros, sin embargo, sí lo hicieron.
Si tú fueras candidato estarías en este momento mirando las encuestas para confirmarte que eres ganador; se te habrá puesto la cara de mil colores de altivez y tendrás ya preparado el primer discurso; los pronósticos te son favorables y tú te has engrandecido en ilusiones o ya sabes cómo cambiar criterios de contrarios para acercarlos a los tuyos. Serás pronto uno de ellos pero podrás elegir meterte en el vagón de los aprovechados y vivir del cuento o enfrascarte en una preciosa aventura de emplear tu vida en favorecer la vida de los demás. Otros lo hicieron.
Ramón Llanes en HUELVAHOY.COM. 23.3.2015