RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

lunes, 6 de abril de 2015

EL HONOR DEL MAYORDOMO


EL HONOR DEL MAYORDOMO


En el contexto religioso de la Romería de Piedras Albas se consagra, con la requerida humildad, el honor del Mayordomo. En el contexto social también tiene aprecio tal consideración llegando a ocupar gran parte del deber que la familia proyecta en su vida y procura cumplir, la mayor de las veces como testimonio de lealtad a la tradición y a los antepasados y otras como verdadero acto de fe y solidaridad. Todas las formas de llegar a alcanzar la dicha de tocar el Pendón se descifran y se consolidan en el honor que tamaña misión produce.
El citado honor es semilla de una extensa excusa para las emociones y estas se suceden en los planos personal, afectivo, humano, religioso o devocional como para merecer un tratado amplio y minucioso que dejaría al descubierto un mundo íntimo al cual resultaría imposible acceder sin la autorización o confesión de cada individuo que lo hubiera vivido. El honor no se presenta en soledad, viene precedido de compromisos, requiere una entrega inmaculada y perenne, determina un comportamiento de ética e integridad moral que puede alcanzar no solo el tiempo de su vigencia sino toda una vida. El protocolo o ritual de la posesión del Pendón no se acaba, permanece, y su distinción genera atención a una verdad dogmática como modelo de actitud que impone la misma pertenencia al credo. Es Piedras Albas la referencia que concreta todo lo religioso y todo lo humano, es el comienzo de esa identidad castillejera y almendrera que califica a quienes se sienten atraídos o profesan estos principios.
Que el ser humano necesita de estímulos para la supervivencia y que estos son ingredientes para el alcance de la felicidad parece cuestión muy probada a la que se han dedicado muchos estudios y se han llegado a muchas conclusiones que así lo aseveran, no obstante sería conveniente indagar más en las consecuencias que producen la pertenencia a una Hermandad y la elevación espiritual que se consigue con ser Mayordomo de ella. Una simple observación conduce a admitir la mejor capacidad de los seres para entender, entenderse, colaborar, compartir, participar y solidarizarse cuando han colgado de su sentimiento el honor de la representación de su Hermandad y han trabajado por los demás, a veces hasta la extenuación, solo por conservar el respeto al lugar donde viven, a la espiritualidad personal o al mantenimiento y enriquecimiento de la devoción a la Virgen de Piedras Albas como primigenia guía de valor personal y colectivo.


Publicado en la Revista de Pascuas de Piedras Albas 2015

Ramón Llanes. 8.2.2015.

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