RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

viernes, 15 de mayo de 2015

APRENDIENDO A GOBERNAR


Corría el rumor de la incapacidad de algunos para tomar las riendas de la gobernanza. Aquellos que eludían su cuota responsable y se limitaban a observar y cuidar escrupulosamente su asiento, pronosticaron debacle en el foro; quienes obtuvieron mayor apoyo electoral se mostraban perplejos ante tanta insolidaridad para con los ciudadanos que fueron los votantes. Otros especulaban con expectativas por conseguir bulas y gracias para otorgar su preciado galardón de confianza a la candidata a gobernar. Todo parece un galimatías sin regla que se enquista cada día más. Despropósitos superables que nadie ha querido superar.
Duele que, al fin y al cabo, no sean los ciudadanos el bien jurídico a proteger; ni la escasa renta de bienestar ni la geografía andaluza ni los premios literarios ni las convocatorias a oposiciones ni los pagos a proveedores ni los informes sobre las minas ni el trabajo parlamentario ni la inmediatez por iniciar el proceso legislativo ni la vida en general. Es más sencillo, tan sencillo como que todos los elegidos quieren tener más; más de poder, más de comodidad, más de garantías, más de consideración, más de publicidad, más de todo. Ahora que ellos gozan del privilegio de haber sido elegidos no pierden su postura egregia y ocupan fila primera en la puerta de las exigencias, para eso fueron llamados, no importa quién votó ni sus preocupaciones ni su urgencia, importa el señorío del partido y la exuberancia en la dinastía vulgar. Entienden todos que existe un enemigo a quien aniquilar y olvidan que apuntan constantemente a los ciudadanos como enemigos principales de tanta displicencia y de tanto envite.
Cuando la cruda maleza que cubre sus inteligencias quede despejada, los gusanos de abajo del todo estarán buscando amparo en malvas silvestres, columpiándose unos días en la inutilidad y otros en la tribulación. No llegará la paz elegida, no se habrá conseguido el arrope necesario para continuar viviendo. Y por sugerir: que aprendan a gobernarse y sean lógicos hasta unirse en fuerzas y compromisos en una tarea común donde predomine el bien por la comunidad y nunca el rédito del partido. Como mínimo.
Ramón Llanes en DIARIODEHUELVA.ES

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