RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

miércoles, 27 de mayo de 2015

LA DEMAGOGIA DEL VOTO


LA DEMAGOGIA DEL VOTO
 

            Todo acabó y todo empieza. Las urnas no son un montón de milongas juntas ni un reguero de promesas, las urnas, en todo caso, son el resultado que el rito de obedecer otorga a los votantes; pero una urna tiene mil interpretaciones más, como muchas desviaciones o infinitas cábalas. Ya están guardadas en un almacén con ventanas altas y oscuridad a medias hasta que la próxima convocatoria o el siguiente capricho vuelvan a llamarlas para ocupar un lugar de privilegio en la misión de la democracia, acaso más que el vocal de turno, el delegado de arriba o el mismo presidente de la junta electoral. Definitivamente las urnas han cumplido.

            Empezará a subir la fiebre, con el escrutinio finalizado, en los cuerpos de quienes se alzaron con la suculenta victoria -a veces pareció una batalla-, y bajará el nivel de autoestima en aquellos que no supieron ganarse el derecho al voto en la demasía necesaria. Contaron los vencidos sus refriegas y sus conatos, admitieron el empleo de cargas y artimañas para intentar conseguir un premio quizá inmerecido. En el interior, los vencidos piensan que el pueblo se equivoca, que sus personales valías no se tuvieron en cuenta, que los contrincantes no alcanzan la mitad de su compromiso; es así, una reflexión que nunca admite la culpa ni la capacidad del contrario, se limita a retrotraer su ego a un ejemplo anterior donde demostrara más de lo exigido. Olvidó el vencido las reglas del juego y el respeto al otro.

            Después de tan gruesa pulpa, rehechos los ajustes, apuntados los números de votos para las estadísticas, cumplido el trámite de la firma y entregado a cada cual su acta, después de toda esa menudencia, surgirán mejor que el diálogo las demagogias que se guardan en lugar tan seguro como las urnas y que a los menos vencedores les parecerán tan importantes como las mismísimas urnas para reiniciar un proceso de venganza tardía a base de trucos y en algunos supuestos -los más sensatos- echarán en la mochila sus recuerdos y legarán su cargo al sustituto que a buen seguro tendrá idéntico o mejor compromiso y hará su trabajo exento de sospechas. No queda otra.

 

            Ramón Llanes 27.5.2015  EN DIGITALEXTREMADURA.COM

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